Atrapada En El Destino

"¿Algo más? De lo contrario, quiero volver a mi habitación. Hay algo que necesito hacer…" Se inventó una excusa para ir a su habitación inmediatamente. Algo la estaba molestando. Comienza a disgustarse con la actitud fría de Jaxon. Y por primera vez, se arrepintió de su decisión de aceptar casarse con un hombre como Jaxon Riley.

—¿Debería cancelar nuestro acuerdo? Keyla pensó mientras intentaba mirarlo a los ojos, pero segundos después, volvió a bajar la mirada.

¿Cómo podía ser tan fuerte su aura?

Ni siquiera podía mirarlo a los ojos. ¿Qué más le había pedido que cancelara su contrato de matrimonio?

La frase que acababa de componer en silencio en su mente desapareció instantáneamente cuando su mirada se posó en ella. Este hombre era tacaño con su mirada y sus palabras.

"Señorita Keyla, sobre el problema de su padre y el señor Aron, lo he resuelto por usted. Así que no necesita preocuparse".

La voz profunda de Jaxon sobresaltó a Keyla. Levantó la cabeza para mirarlo a los ojos. No había una mirada fría habitual en sus ojos, sino una calidez que la hizo sentir segura, como si viera la primavera en sus ojos azules. Y por primera vez hoy, se sintió aliviada. Por ahora, su padre y Victoria la dejarán en paz.

Está muy agradecida con Jaxon. "Muchas gracias, señor Jaxon". Ella le sonrió.

Jaxon se levantó de su silla, "No hay necesidad de decir eso. Después de todo, ¡esto es parte de nuestro trato! ¡Buenas noches!" dijo y se fue.

Como alguien acababa de golpearla en la cabeza, de repente se despertó. ¿Cómo podía pensar que este hombre estaba empezando a sentirse amable y cálido con ella?

Resultó que lo que vio antes era solo una ilusión que sus ojos querían ver. La cálida mirada de Jaxon es falsa.

¡Despierta, Keyla!

"Ah! Tienes razón..." una leve sonrisa apareció cuando lo vio entrar a su habitación sin decir una palabra.

El Príncipe de hielo Jaxon ahora la confundía. No tenía oportunidad de cancelar su acuerdo. Él ya la había ayudado. Ahora, solo podía continuar con su plan. Mañana por la mañana lo seguirá a la capital para registrar su falso matrimonio y vivirá con él durante un año.

Sonaba fácil, pero ¿por qué sintió un sentimiento extraño sacudiendo su corazón?

'¡¡Scarlet!! Puedes hacerlo. Un año solo tiene 365 días...' trató de pensar positivamente y motivar a su débil alma mientras arrastraba los pies hacia su habitación.

Keyla no podía dormir en absoluto.

Su mente estaba inquieta y le dolía el cuerpo. Le dolía la garganta cada vez que tragaba. También sentía que su cuerpo se calentaba más; el aire frío del aire acondicionado no le hacía ningún bien.

Pasaron varias horas. Keyla se movía y daba vueltas en su cuerpo, tratando de encontrar una posición cómoda para dormir. Pero no podía dormir en absoluto. Y ahora, sentía que su cuerpo ardía.

Luchando, se levantó de la cama y caminó hacia el baño. Quería lavarse la cara que le ardía con agua fría, pero cuando vio su reflejo en el espejo, se sorprendió. Apenas reconocía su propia cara. Parecía un cangrejo hervido.

"¡Oh, Dios mío! ¿Por qué tengo fiebre ahora?" Murmuró mientras se tocaba la frente ardiente: "¿Qué debo hacer?"

Después de un breve aturdimiento, Keyla decidió llamar al servicio de habitaciones. Necesita pedir medicamentos. Pero el teléfono fijo de su habitación no se puede usar. No tenía otra opción, pero tenía que salir.

Keyla abre lentamente la puerta de su dormitorio. Temerosa de hacer algún ruido que despierte a Jaxon. No puede irritar a ese Príncipe de Hielo. Además, no quería que él supiera que tenía fiebre ahora.

Solo imaginar la expresión irritada de Jaxon hizo que le doliera la cabeza a Keyla. ¡El tipo no debería saberlo!

Keyla se sintió aliviada cuando descubrió que la sala de estar estaba oscura. Inmediatamente buscó el teléfono fijo y lo encontró cerca del sofá. Intentó llamar, pero el teléfono también estaba inutilizable.

"¡Dios mío! Una habitación tan lujosa como esta, pero ¿el teléfono fijo no funciona? Expresó su fastidio con el teléfono en la mano.

Su cuerpo ardía y su cabeza daba vueltas y empezaban a hacerla sentir débil. Se sentó en el sofá un rato, tratando de calmar su mente. Y también de pensar en qué hacer a continuación.

Después de un tiempo...

Ella había decidido no despertar a Jaxon, para que ese hombre no se molestara. Quería llamar a Morgan, pero tampoco sabía su número. Solo había una cosa que podía hacer ahora, ir a la recepción y pedir ayuda.

Pero ¿podría hacer eso? Le costaba incluso ponerse de pie. Se sentía impotente.

Esta era la primera vez que extrañaba a Cain, su asistente.

Cain era el único en quien podía confiar en un momento como este. Sin embargo, ese hombre estaba a cientos de millas de donde ella estaba ahora. ¿Cómo podía ayudarla?

Keyla se masajeó las cejas antes de ponerse de pie y tambalearse hacia la puerta.

Sin embargo, justo cuando estaba a punto de abrir la puerta, escuchó a Jaxon llamarla por su nombre: "¿¡Señorita Keyla!?"

Al instante su cuerpo se congeló.

Jaxon, que acababa de terminar su trabajo, escuchó un ruido proveniente de afuera. Salió corriendo y se sorprendió al ver a una chica que llevaba un camisón blanco, de espaldas a él, tratando de abrir la puerta.

¿Keyla? No, no puede ser ella. El cabello se ve diferente. La chica tiene el pelo largo y rojo, mientras que Keyla tiene el pelo corto de color gris ceniza.

¿Alguien se entrometió en su habitación? ¡Imposible! Esta habitación de hotel es una suite presidencial. Nadie puede entrar en este piso, solo él y su gente.

Camina rápido hacia la chica sintiéndose confundido. ¿Quién es ella?

Aunque duda, todavía la llama: "Señorita Keyla, ¿verdad?"

Cuando la chica se dio la vuelta, no podía creer lo que veía. La chica frente a él era de hecho Keyla. Pero ¿por qué tiene el cabello tan largo?

Después de unos segundos, Jaxon finalmente se dio cuenta de que esta chica había estado usando una peluca todo el tiempo. Nunca pensó que la chica usara una peluca.