Esperanza es una organizadora de bodas que dejó de creer en el amor y los finales felices cuando siempre por una u otra razón sus romances perfectos acababan abandonandola en el día más importante de su vida, su boda. Sus padres le concretan un matrimonio pero quién sería su esposo escapa dejándola en el altar y en lugar de ser el hazme reír la otra familia pone en lugar de su hijo a su sobrino del cual poco se sabe pero mucho se comenta. Entre ellos habrá una loca historia, un contrato y muchos problemas. ¿Me acompañas a descubrirla?
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Capítulo 17 SOLUCIÓN Y BODA
...NARRADORA...
Mientras que Esperanza estaba ajena a todo lo que sucedía con Analía dejándola más que perfecta y lista para el gran momento menos esperado por ella los Silver habían hablado con los Salvatore para afrontar la situación.
-No se cómo disculparme debidamente con ustedes porque mí hijo no se presentará a la boda- un hombre le dijo al otro que tenía ganas de matar a quien se le cruzara comenzando por el hijo de quién le hablaba
-Asi que tu estúpido hijo solo se burló de mí hija y nos humilló a todos en el proceso- escupió con furia
-Tenemos una solución Mariano Silver Bonnet es nuestro sobrino y le aseguro que es mucho más centrado que nuestro hijo y más serio, ya le pedimos que sea él quien se case y ha aceptado- el padre de la novia entrecerro los ojos con sospecha al ver a aquel muchacho hablando con el sacerdote
-Donde le haga daño a mí hija se arrepentirá él y toda su familia de ésto - advirtió y fue a ver a su hija
Los Silver respiraron aliviados. Su sobrino siempre fue más centrado que su hijo pero su carácter no era fácil, además amaba demasiado su soledad como para que alguien ingresara a su vida a la fuerza.
Un padre orgulloso intentando ocultar su nerviosismo fue a la pequeña sala a buscar a su hija sin decirle el cambio de novio que acababa de suceder.
-Hija mía estás hermosa- dijo y la miró mientras sentía como su cuerpo sudaba de nervios
-¿Estás bien papá?- Esperanza lo miró con sospecha
-Si, solo son los nervios por la boda- intentó sonreír
-Ya veo- lo miró fijamente- ¿No vino verdad?
-Hija él está acá, llegó con los Silver- era una verdad a medias pero así era. El sobrino del matrimonio había llegado con ellos, quien jamás llegó fue el novio
-¿Entonces de verdad habrá boda?- ella preguntó sin podérselo creer
-Si hija, claro que sí, ya es hora- la suave música comenzó a sonar indicando que ya debían dirigirse al altar
El padre de Esperanza colocó el velo en su lugar y Analía corrió al altar, no podía llegar después que la novia siendo la dama de honor, que vergüenza. Mientras Esperanza comenzaba a caminar con su padre al altar su amiga miraba al novio sin podérselo creer.
El novio la miró con molestia porque no dejaba de verlo y le dijo entre dientes "Disimula" apretando sus puños momentáneamente.
Esperanza llegó al altar y con ayuda de su padre subió un pequeño escalón que había allí. Cuando levantó su rostro y cruzó miradas con el novio casi se cae de la impresión y querría haber corrido pero no confiaba en sus piernas para sostenerla.
Giró su cabeza para mirar a sus padres quienes se veían nerviosos pero la miraron suplicantes para que aceptara casarse con él "mafioso".
La ceremonia comenzó y el sacerdote ajeno a todo dió un gran discurso que en otras circunstancias habría resultado emotivo para la novia pero que estaba lejos de serlo.
-Señorita Esperanza Salvatore, ¿Acepta por esposo a Mariano Silver Bonnet?...
Ella se quedó en blanco, las palabras no salían de sus labios y reaccionó cuando el sacerdote volvió a preguntar. Hasta el novio estaba nervioso creyendo que ella diría que no lo aceptaba, que bochorno más grande sería para todos...
Mirando a sus padres después de algunos segundos o minutos que parecieron eternos dijo "Acepto".
El novio lejos de estar aliviado estaba molesto, la novia había demorado bastante en aceptar, no había ni visto su rostro y entendía la sorpresa pero él no estaba allí por gusto después de todo.
Él sabía que debía besar a la novia cuando todo concluyera y esperaba que ella no se negara ni lo dejara haciendo el ridículo. Si debían fingir lo harían en condiciones porque era su reputación la que estaba en juego también y no quedaría como un inútil, eso si que no.
...Lo que Dios ha unido que no lo separe el hombre, puede besar a la novia- concluyó el sacerdote con una sonrisa
Mariano giro a la novia que estaba más dura que un maniquí de tienda y levantó su velo encontrando una gran cara de pánico. Sus miradas se encontraron y aquellos ojos que le parecieron a ella algo anaranjados se encontraron con los de ella. Sin previo aviso unió él unió sus bocas dejándola en estado de shock y presionando con fuerza sus labios prolongó el beso causando el aplauso de los presentes.
Cuando el beso acabó el tomó la mano de su esposa y comenzó a caminar con ella que ahora estaba más rígida y nerviosa después de aquel beso brutal.