les contaré mi historia y cómo es que aprendí a amarme después de un divorcio.
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Algún día
Hemos tenido unas semanas intensas de trabajo, ya está por nacer la bebé de Gaby, ella no quería saber si era niña o niño, pero Fer estaba tan insistente que terminó aceptado a qué les dijeran, hay varios casos con los que tengo que continuar, ya no estoy nerviosa, sé que ya estoy más que preparada
-Sabes que confío plenamente en ti
me dice Gaby
-Lo sé y no te voy a defraudar, voy a ganar todos los casos que me estás dejando pendientes
-No me refiero a eso, de eso nunca hemos tenido dudas, nos graduamos juntas y obtuviste mejor promedio que nosotros.
-Si pero lo había dejado por años, y estaba tan fuera de práctica.
-Pero lo bien aprendido nunca se olvida, eso siempre lo dijo tu padre, te acuerdas?
-Claro que me acuerdo, y más cuando me toca hacer algo que él me enseñó.
-A eso me refiero!, con que no me defraudes
-A que?
No entiendo de lo que habla, si no sé refiere a los pendientes que me está dejando, a qué puede ser?
-Este fin de semana vamos a decorar la habitación de la bebé, Fer quiere contratar a una decoradora, pero me negué, quiero que me ayudes a hacelo yo misma, además quién mejor que tú para pintar paredes, sé que si no fueras abogada, serías pintora de brocha gorda
-Jajaja, te burlas de mis habilidades?
-No, claro que no!, jajaja
-Esta bien, encantada te ayudo, todo lo que sea porque mi sobrinita tenga la mejor habitación, incluso mejor que la de sus papás.
Voy camino a casa de mis amigos, llevo la ropa que siempre uso en estos casos que consiste en unos jeans desgastados, una playera vieja y unos tenis viejos que aparte ya están manchados de pintura.
Bajo mis herramientas del auto y llegó a la puerta, estoy por tocar cuando Fer la abre
-Mi vida!
le grita a Gaby
-Ya llegó Dalí
y suelta una carcajada
-Baboso, te burlas pero ya verás como nos va a quedar la habitación de mi bebé.
-Tu ahijada
Dice Gaby, llegando hasta donde estamos, me da un beso en la mejilla
-Mi ahijada, de verdad voy a ser la madrina que gusto
-Nuestra ahijada
Dice Alex, saliendo de la cocina, me hace gracia ver qué viene vestido igual que yo
-Jajaja, mi hija va a tener a los mejores padrinos, a Dalí y Picazo
Dice Fer, quién no ha dejado de mofarse de nosotros
Estamos discutiendo como lo vamos a decorar, Alex solo quiere las paredes rosadas, yo quiero hacerle unas figuras, algo así como unas estrellas, flores, y un solecito.
-Como siempre, ustedes los hombres a lo simple
Dice Gaby, que está junto a Fer armando la cuna
-No se diga más, va a ser como yo digo.
No doy oportunidad a que me con contradigan, y comienzo a hacer los bocetos, le pasó los pinceles a Alex y le indico como vaya coloreando, yo hago lo mismo, mis amigos continúan armando los muebles que compraron para la bebé.
Estoy tan concentrada que a mí mente vienen amargos recuerdos de lo que añore y planeé para mí futuro como madre.
-Luis amor, está va a ser la habitación de nuestro bebé, quiero tener dos hijos, que dices?
-Si linda, pero recuerda que eso será para después, para cuándo estemos preparados
-Pero yo estoy lista
-No creo que estés lista, si no sabes ni lo que quieres
-Si, lo sé, estoy segura
-Bueno tu sí, pero yo no, aún no lo estoy para ser padre. Tu puedes hacer los planes que quieras pero por el momento no cuentes conmigo.
Yo cada que me sentía sola en esa casa, siempre me refugiaba en esa habitación y comenzaba a imaginar cómo sería ser madre, tener a quien cuidar, me acordaba de lo que Luis me decía y me cuestionaba.
"Será que no podré cuidar de un ser tan indefenso"
-Amor que has pensado en lo del bebé?
-No, ya te he dicho que no
-Yo quiero ser madre
-Antes de pensar en eso, deberías aprender a cuidar de ti y de mí y después piensas en cuidar un bebé.
Daba la vuelta y me volvía a dejar sola, claro que para mitigar mi dolor me refugiaba en la cocina y comenzaba a comer.
Siento una lágrima recorrer por mi mejilla, la limpio discretamente, no quiero que nadie se de cuenta y mucho menos quitarles esa alegría que tienen en sus caras
Por fin terminamos, estamos agotados, Fer y Gaby han pedido pizza para comer, ella la acompaño con un refresco, el resto con una cerveza, que bien sabe esto y lo mejor comer sin que te estén juzgando y limitando, comer sin miedo a que te digan que vas a engordar más de lo que ya estás. Si chicas hasta ese punto me lastimaba y yo se lo permitía.
Llegó a casa, me doy una ducha y me acuesto, recuerdo la felicidad de mis amigos y mia al ver terminada la habitación y me tocó el vientre
Algún día será!