La Espía Del Rey

Los guardias volvieron a sujetar a Aldren, ahora sangrando por el brazo, derrotado.

El Rey lo miró con dureza.

Rey: Mago Aldren. Has atacado al Reino. Has atacado a una mujer inocente.. Y has atacado a tu Rey.

Eamon se cuadró, tenso.

El Rey continuó, solemne..

Rey: Por traición, secuestro y agresión al soberano… se te condena a muerte. Aquí mismo. Hoy.

Aldren abrió los ojos con horror.

Aldren: ¡No! ¡Los dioses! ¡Yo!

Pero las palabras ya no importaban.

La sentencia fue cumplida sin demora, ante los ojos del templo y la guardia real.

Aldren Exhaló su último aliento.

Y el templo quedó oficialmente bajo control del Rey de Mercia.

Despues de la ejecución los guardias se dispersaron para asegurar la zona.

Eamon respiró profundamente, todavía con adrenalina.

Eamon: Bueno… ahora necesitamos un nuevo líder para el templo.

El Rey se acomodó la capa, aún procesando todo.

Rey: Arya Capell tiene la bendición del Pegaso Líder. Por derecho mágico, sería la candidata natural.

Eamon sonrió.

Eamon: Lo pensé. Una mujer con el favor de todas esas criaturas… es perfecta para liderar el templo. Sería una santa legítima.

Pero el Rey se cruzó de brazos y negó lentamente.

Rey: Conozco al Duque Page. Si ya se la llevó… es porque ella será la próxima duquesa.

Eamon parpadeó, sorprendido.

Eamon: ¿Una santa convertida en duquesa? ¿Vamos a permitir que el Duque se “robe” a la santa?

El Rey soltó una risa suave, casi cansada.

Rey: Sé cómo es Kiran Page. Si él eligió a Arya… es porque está completamente seguro de que estará con ella. Y que la protegerá con su vida.

Eamon se pasó la mano por la cara.

Eamon: Entonces… ¿nada de reclamarle formalmente?

Rey: No. Kiran no es un ladrón. Él no “se queda” con nadie. Si Arya está con él… es porque ella quiere estar. Y eso basta para mí.

Liora escuchaba desde unos pasos atrás.

Se mantenía siempre un poco lejos.

Siempre respetuosa.

Siempre profesional.

Pero en su mirada había un brillo distinto al escuchar la palabra duquesa. Algo que no era envidia.

Era… Anhelo.. Quizás un sueño diferente.

Tras la ejecución de Aldren y la estabilización del templo, el caos se fue apagando poco a poco.

Los guardias aseguraban el perímetro, Eamon revisaba heridos, y el Rey daba las últimas órdenes a los oficiales.

Liora, mientras tanto, se apartó unos metros.

Se quedó mirando sus propias manos, aún marcadas por la energía del combate.

[Nunca pensé que pudiera hacer todo esto. La Liora original tenía estas habilidades… pero solo ahora yo puedo usarlas.]

Sintió una oleada cálida en el pecho.

Poder. Control. Autonomía. Seguridad.

[En mi otra vida nunca tuve control sobre nada. Siempre era observada, exigida, juzgada. Aquí… soy dueña de mí misma.]

Por primera vez en mucho tiempo… Liora se sintió fuerte. No por alguien más. No para ser admirada. Sino para sí misma.

Mientras estaba inmersa en sus pensamientos, escuchó pasos.

Eamon se acercó, con su andar relajado y su cara de preocupación amistosa.

Eamon: Hey… te ves pensativa. ¿Todo bien?

Liora sonrió con sinceridad.

Liora: Sí. Solo… reflexionando. Me siento… segura. Y poderosa. Y eso… me gusta.

Eamon rió.

Eamon: Claro que te gusta. Es natural. Lo mereces, Liora.

Pero Liora apenas alcanzó a responder cuando notó otra presencia acercándose.

El Rey.

No interrumpió de inmediato. Solo llegó “casualmente” cerca de ellos, fingiendo revisar la zona… pero claramente escuchando.

Eamon, que lo vio venir de reojo, disimuló un suspiro.

Eamon: Estábamos comentando sobre el Duque Page. Creo que igual deberíamos vigilarlo, Majestad. Por si acaso.

Liora giró hacia él, animada.

Y el Rey sintió el corazón apretarse al ver esa luz en los ojos de ella… una luz que ya no era por él.

Liora (con ilusión): El Duque Page… es admirable. Arriesgó su vida, su título, su reputación… todo… por salvar a la mujer que amaba.

El Rey endureció levemente la expresión, sorprendido por el entusiasmo con el que ella hablaba.

Liora continuó, cada vez más dulce, más ilusionada..

Liora: Eso sí es amor de verdad. Amar tanto a alguien como para desafiar al mundo por ella… eso demuestra quién eres.

Eamon miró de inmediato al Rey.

El Rey intentó mantener el rostro neutral… pero le tembló un poco la mandíbula.

Liora, sin notar nada, siguió con un brillo cálido en la mirada..

Liora: Arya estará bien con él. Si un hombre es capaz de renunciar a todo por salvarte… es porque te ama de verdad. Y te va a proteger para siempre.

El Rey bajó la mirada, impactado por lo que escuchaba.

Porque ella estaba hablando de amor absoluto, heroico, incondicional… y con eso dejaba claro algo..

Ella no esperaba eso de él.

No lo veía en él.

No lo soñaba con él.

Liora añadió con una sonrisa tierna..

Liora: Arya tiene un hombre que la eligió. Que no dudó. Que puso todo en riesgo por ella. Qué afortunada es.

Eamon tragó saliva suavemente.

El Rey sintió un pinchazo profundo, intenso, inesperado.

Un dolor detrás del esternón.

Una frase que retumbó en su mente..

“Un hombre que la eligió… que no dudó… que puso todo en riesgo por ella.”

Algo que él… no había hecho.

No por Liora.

El Rey respiró hondo, intentando recuperar la compostura.

Rey (voz contenida): Sí… el Duque Page es… admirable.

Liora le sonrió de forma educada, no cálida.

Liora: ¿Usted también piensa que la señorita Arya estará bien con él?

El Rey… la miró un largo segundo.

Y por primera vez entendió que su respuesta no era política.

Era personal.

Rey: Sí. Estará bien con él.

Y Liora asintió, feliz por Arya.

Ni por un segundo pensó que sus palabras estaban abriendo una herida silenciosa en el hombre que una vez quiso… y por quien ya no esperaba nada.

Eamon observó la escena en silencio.

[…Majestad, está perdiendo más de lo que imagina..]