Estuve diez años casada con el amor de mí vida, aún sabiendo que el amor de mí vida, amaba a mí hermana.
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Capítulo 15
...Kendric....
Llegamos a la inauguración y enseguida comenzamos a buscar a mis abuelos.
Pero, no pude evitar notar como la señorita Aspen era prácticamente arrastrada por un hombre.
¿Será ese su ex-esposo?
No quería que le pasara nada malo, así que Gian y yo fuimos de forma muy discreta a observar la situación.
Me sorprendió ver a una mujer tan calmada y dulce como ella; explotando de ese modo ante aquél tipo.
Cuándo escuchamos que la novia del hombre estaba embarazada y él no había tocado, Gian y yo tuvimos que contener la risa. Fue muy gracioso ver su cara pálida ante tal revelación.
Sólo podíamos ver a la señorita Carolina riendo a carcajadas mientras le daba palmadas en la espalda al hombre.
Diciendo cosas como...
<<¡Te lo mereces!>>
<<¡Ahí tienes tu karma!>>
Y cosas así, sólo me hace preguntarme... ¿Qué tan malo habrá sido ese hombre para merecerse tal burla ante tan una noticia tan cruel?
No me pude aguantar las ganas de saber lo ocurrido, así que Gian y yo nos acercamos a ellos.
—¡Señorita Aspen! –Hablé mientras le regalaba una sonrisa a ambas damas frente a mí–.
Ella me observó y pude ver cómo su rostro se llenaba de sorpresa al vernos ahí.
—¿Señor Kendric? ¿Y...? —Dejó su pregunta en el aire mientras observaba a Gian–.
—Gian Black a su servicio, mí lady. –Comentó Gian, tomando la mano de Aspen, besando sus nudillos–.
Ella se sonrojó.
—Aspen D'Oggioni... –Se presentó, recomponiendose–. Ella es Carolina, mí hermana. –Apuntó a la pelirroja que aún reía de aquél hombre–.
Los ojos de Gian se posaron en Carolina, y pude perfectamente el destello de deseo y diversión ante aquélla pelirroja de carácter fuerte.
—¿Hermanas D'Oggioni, eh? Creo que acabo de conocer el apellido de la mujer que será mí futura esposa. –Bromeó y lo golpeé–.
—No empieces a coquetear, idiota. –Me quejé–.
—¿Qué? –Levantó sus manos en señal de rendición–. Sólo admiraba la vista. —Le guiñó un ojo a ambas mujeres–.
Carolina rodó los ojos.
—Ahórrate la palabrería barata, Romeo. No nos interesa. –La pelirroja se cruzó de brazos–.
Algo que debo reconocer; es que la señorita Carolina tiene un carácter muy fuerte y explosivo. Pero, supongo que es parte de su encanto.
Gian rió ante aquél comentario.
—Lo que digas, preciosa. –Sonrió con sorna y sus ojos volvieron a posarse en Aspen–. Felicidades por la inauguración de su restaurante, mí lady. –Le tendió el ramo de rosas rojas que había tomado minutos antes de la tienda de mí abuelo–.
Aspen jadeó sorprendida.
Pude ver la sorpresa también en el rostro de Carolina; y la molestia en los ojos del ex-esposo de la señorita Aspen.
—¿Para mí? –Se sorprendió–. No tenía que hacerlo, señor Gian. –Intentó rechazar el presente–.
—Sólo llámame Gian, nada de formalidades. –Sonríe–. Y por favor, acéptalo.
Ella dudó un momento pero; finalmente accedió.
Tomó el ramo en sus manos y llevó su rostro a ellos, inhalando su aroma.
—Son preciosas... –Murmura y observa a Gian–. ¡Muchas gracias, Gian! –Le regaló una sonrisa radiante–.
Me sorprendió verla tan feliz por una simples flores.
Gian rió y negó.
—Señorita Aspen... –Llamé su atención, y sus ojos zafiros que me recuerdan a un viejo amor, se posaron en los míos–. También te traje algo... –Tendí un ramo de rosas amarillas y ella jadeó de sorpresa–. Mí abuelo dijo que serían un buen presente ante tu inauguración. –Rasqué mí nuca–.
—Oh, dios... ¡No tenías que hacerlo! –Soltó en tono de regaño, haciéndome reír–. Pero, me encantan, son preciosas... –Sonrió con alegría, mientras tomaba el ramo que le traje–.
—No es nada...
—Bueno, bueno... ¿Tres ramos en una noche? ¡Cálmate, mujer! –Bromeó Carolina–.
—¡Cállate! –Aspen se quejó–.
—¿Ya ves, cornudo? –Observó al ex-marido de Aspen–. Dejaste a una buena mujer por una zorra infiel. ¿Qué se siente saber que te equivocaste? –Habló Carolina riendo; ganándose una mirada mortal del ex-esposo de Aspen–.
—Tsk... Cállate, maldita. –Soltó a la defensiva–.
Los ojos del hombre se posaron en Aspen; y luego en los ramos que sostenía en sus manos.
Pude ver la rabia brillar en aquéllos ojos gélidos.
Pero antes de que él pudiera decir algo, la voz de un niño llamó nuestra atención.
—¡Mami! ¡Papi! –Un pequeño que era la mezcla perfecta de ambos padres; corrió hacia ellos, abrazándolos–.
Las facciones de ambos se relajaron al ver a su hijo.
—¿Interrumpimos algo? –Mi abuelo habló, siguiendo al niño–.
Aspen negó y sonrió.
—Señor Lalo... ¡Algo me dice que las flores fueron ideas suyas! –Habló en tono de regaño, pero sonreía–.
Mí abuelo soltó una carcajada.
—Un viejo como yo debe enseñarle a la nueva generación sobre el romance. –Comentó con orgullo–.
Ella rió, mientras abrazaba a su hijo.
—Por favor, pasen todos, la fiesta está por comenzar. –Señaló la puerta del restaurante–.
Fue así como todos nos dirigimos a la entrada, ingresando al bonito lugar.
Pero ella se quedó atrás, con el que alguna vez fue su esposo.
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...¿Qué les pareció el nuevo capítulo? ¿Qué opinan de Gian? Déjenmelo saber en los comentarios, ya saben que siempre los estoy leyendo. ;D...
pero ahora si comienza a ponerse un te te dan te!! jejeje