Oliver Harris, tuvo una infancia complicada, su familia fue atacada cuando el apenas tenía cuatro años en su casa, pero su padre y hermano menor sobrevivieron, pero con el tiempo Oliver juró venganza, en una noche de celebración en un club tiene intimidad con una desconocida, pasados los años se vuelven a encontrar, pero ella guarda un secreto qué a él lo lleva a tomar una improvisada decisión.
NovelToon tiene autorización de Silvia para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.
Tu fuerza no está en tú complexión.
Oliver se dió cuenta que, Katia una mujer decidida, toda la enseñanza la había absorbido como esponja, pero venía la más difícil, confiaba que también la superaría, aún no se decidía a explicarle de qué se trataba, no quería asustarla antes, la manera en que la entrenaba sabía que era dura, pero no sabía cuánto tiempo tenían, y era necesario, un alumno normal lo que ella hizo en las casi tres semanas, lo hubiera hecho en más de seis semanas, claro que no se lo aclaro a ella.
El concejal llegó traía con el cuatro de los hombres que servían en la defensa de su jefe, hombres temibles que con solo verlos debías huir, Frank su concejal era el único que sabía que iba a pasar, fue testigo del entrenamiento de Trevol con la diferencia que los que el enfrentó doblaron la cantidad, el lugar de ser tres fueron seis derrotando a todos.
Oliver tenía la capacidad para entrenar al máximo galeador, porque así fue entrenando el mismo desde los 16 años jamás lo había vuelto a derribar terminándose de forjar en las cloacas, después el entrenó a su equipo Trevol fue su mejor alumno, preparó tres más para seguir preparando a todos sus reclutas, y sus guardaespaldas, se hizo famoso por los resultados obtenidos en todas sus batallas de pelea.
El concejal llegó al lugar de entrenamiento para Katia, dejó los dardos y los cuchillos donde le dijo su jefe, poco después arribó Trevol, ya Katia y Oliver iban en camino, Katia miraba qué Oliver la miraba con atención, pero no quiso preguntar a qué se debía.
Pero ver a Trevol y a Frank el concejal ahí, la hizo extrañarse, ¿Qué hacen ellos aquí? Vienen a ver tu rendimiento, y que voy a entrenar hoy, me dijiste que era la última y más importante, Esa te definirá, para enfrentarte con uno o dos oponentes que te doblen tamaño, Katia se sonrío incrédula, me has mirado el tamaño que soy nunca le ganaría a alguien tan grande y fuerte.
—¡Tu fuerza no está en tu complexión! —Si no aquí, le tocó la cabeza, ¡La agilidad también cuenta mucho!— Y eso lo vamos a ver hoy, y como lo voy a demostrar? Solo recuerda todo lo que aprendiste todo esta en tu interior junto con tu fuerza, verás que esta sierto de lo que habló, jamás tengas miedo porque eso puede ser tu derrota y el enemigo se aprovechará.
Trevol le dedicó una sonrisa de compasión o al menos eso miró Katia, volteó la mirada hacia Oliver que le decía algo a los dos hombres que la miraban sorprendidos, Katia no quería pensar lo que le tenía preparado, pero estaba decidida, pero cuando los hombres se fueron al que sería el campo de batalla, negó! ¿No creerás que voy a combatir con tus gorilas verdad? le dijo sospechosamente, así es, pero a tu favor se que saldrás librada.
Oliver se retiró a unos diez pies, los hombres se pusieron en posición, pero antes de ella pensarlo Oliver dio la ordenen—Ataquen uno de los hombres se abalanzó pero Katia se barrió pegándole en la pantorrilla haciendo que el hombre cayera de rodillas, se levantó pero el otro se unió cada uno la tomó de un brazo pero ella con una maromera he impulso se liberó del agarre con una pierna alcanzó a brincar en el hombro de uno lo rodeó de cuello con ambas piernas, el hombre se rindió ya que se estaba asfixiando, pero el otro contrarrestó haciéndola caer pero se levantó dando una patada en la columna cayendo ella hombre de bruces.
Oliver dio una señal de derrota a los dos hombres, dándole una sonrisa a Katia, Trevol sonreía palmeando sus manos, Cuñada te felicito, perdón si te llegó a ofender no quiero pasar por esto, haciéndola reír,—¡Al que voy a crucificar es a tu hermano! Por hacerme pasar por esto! Oliver se acercó a su oído,—¡Que sea sin ropa si no, no es castigo! Le dijo con una sonrisa, Katia abrió los ojos por sus palabras de doble sentido, Trevol levantó los brazos en señal de qué no quería escuchar,— Me van silbar los oídos mejor me voy, digo sonriendo.
—¿Como te sientes?— le preguntó viéndola pensativa,—¿Crees que un día tenga que enfrentarme a alguien?— Preguntó mirando el todoterreno que esperaba por ellos, —Confiemos que no, nunca—contestó ayudándola a subir a la camioneta,— El entrenamiento no es porqué te vallan a atacar, es para que estés preparada, yo puedo protegerte pero no siempre estoy contigo.
Katia entendía perfectamente a lo que se refería, pero extrañamente sentía una amenaza, no sabía porque pero presentía algo que no la dejaba tranquila.
Otro día partieron rumbo a la Ciudad, ya Trevol se había adelantado junto con Frank y los dos guardaespaldas, pero había algo que tenía que investigar, pues Trevol le había dicho que alguien de su entorno le había dado las coordenadas de la última mina a alguien, habían querido atacarlas, pero con el nuevo sistema que habían instalado no lo lograron.
Cuando llegó a la Mansión su padre los recibió alegre, felicitando a Katia, ya Trevol le había platicado,—¡Niña eres una mina de oro!— Le dijo haciéndole cariños a su nieto, — ¡Denme a mí nieto que ahora le toca un rato con el abuelo sonrió ya que el niño prácticamente se le fue de lleno a los brazos sonriendo.
Les adelantó, no tenemos cocinera, tuvo que irse hubo una emergencia en su familia, así que encargué la cena a domicilio, mañana la agencia de colocaciones me mandará quien la sustituya.
><><><><><><><><><><><><><><>