Una historia de amor marcada por el dolor.
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Capítulo 12
...Kimberly Miller ...
Un mes después
Hace un mes que pasó toda esa mierda. Johnny no creyó nada de lo que Avery y yo dijimos. Me insultó y acusó. Me puso en una cruz y pidió el divorcio.
Después de aquel día… empeoré mucho. No me concentraba en nada, tenía más pesadillas de lo normal y las voces… estaban más intensas que nunca. Y cada día estaba más cerca del abismo.
Hoy es el día de la audiencia de divorcio. Intenté todo para que él me escuchara.
Pedí que creyera en mí. Mostré los papeles de mi alta, los exámenes, pero nada le hizo creer en mí. Está reacio en cuanto a mi infidelidad.
Confronté a Daniel, pero él fingió no saber y dijo que yo estaba loca. Llegué a creer que podría haber imaginado todo eso, pero Avery me hizo ver que sí estaba lúcida. Que de alguna manera él me tendió una trampa.
Intentamos encontrar pruebas contra él, pero las imágenes de las cámaras de seguridad del hotel y de la cafetería fueron borradas. Llevé las fotos a un especialista y él dijo que las fotos eran auténticas.
Aquello me hizo perder todas las esperanzas. Entonces, me conformé. Lo perdí para siempre. Lo peor es su frialdad. Solo me trata con indiferencia ahora. Antes yo era su mundo. Ahora no soy nada.
—¡Amiga, vamos a estar de tu lado! ¡Y no te abatas, ese mierda no te merece! ¡Un hombre que no te escucha y no cree en ti, no merece tu amor! —dijo abrazándome.
Asentí y seguimos hacia el Foro. Es tan malo imaginar mi vida sin él. En estos últimos treinta días he vivido en automático. Sin él la vida perdió el color.
—¡Mi cliente abdica de todo y cualquier bien de la Señorita Miller! —dijo su abogado al juez.
—¡Entonces, es eso! ¡Todo lo que es de la Señorita Miller quedará con ella y así viceversa! —fue un acuerdo que nuestros abogados sugirieron—. ¡Las partes involucradas solo necesitan firmar y estará hecho!
Fui la primera en firmar. Lance ni siquiera me miraba y aquello me estaba matando. Cuando todos salieron de la sala me derrumbé, en los últimos días no lloré, pero allí viendo al amor de mi vida yéndose cedí. Todo por lo que nosotros dos luchamos acabó. Acabó como si no hubiera sido nada.
Después de algunos largos minutos llorando, me levanté y salí de la sala. Pero me topé con Lance.
—¿Por qué finges que estás sufriendo? ¡Fue tu culpa todo esto! Si no me hubieras traicionado…
—¡Yo no te traicioné, John! ¡Pero tú no crees! ¡Imploré para que me escucharas y que creyeras en mí!
—¡Espero que no me busques más! ¡En los últimos días me has perseguido sin darme un momento de paz! Ahora ya basta… ¡desaparece de mi vida!
Mi pecho dolió, pero no dejé que se notara. Levanté mi cabeza y di un paso adelante, enfrentándolo sin demostrar ninguna flaqueza.
—¡Puedes estar seguro, Lance! ¡Iré a desaparecer de tu vida!
Y así salí sin mirar atrás. Pero estaba más rota de lo que podría imaginar. Los próximos meses me dejarían totalmente destruida y yo apenas sabía eso.