Mi Papá, Jefe De La Mafia

Capítulo 16

Paolo estaba desayunando en compañía de sus padres y de Javier, ese día regresaría su hermana Elisabetta a vivir a su casa. Esperaba que su hija bajara a desayunar con ellos.

—Buenos días abuelo, abuela, Javier.—saludó a todos excepto a su padre, además se sentó al lado de su instructor.

—¿Va a venir Bruno hoy contigo?—

—Si, además creo que Anubis y él se han hecho amigos.—

Paolo no pudo evitar sentir la severidad de su hija hacia el, su indiferencia era peor que a cualquier grosería dicha por ella misma. Tenía que ponerle un alto a su conducta y ser mas severo.

—Paola ya es suficiente de tu actitud.—

—No quiero hablar contigo, vete con la mujer de cabello de trapo y ten hijos con ella, a mí déjame tranquila.—Paola tenía el carácter de los Soria.

—Bien, estás castigada. No tomarás clases de equitación hasta que medites que soy tu padre y que merezco respeto de tu parte.—

—Gánatelo, mientras sigas viendo a esa mujer, no tienes hija, me voy al colegio ahora. Que sigan teniendo un buen desayuno.—

Todos estaban sorprendidos por la manera de contestar de Paola, se comportaba como una persona adulta, capaz de defenderse de quien sea.

—No puedes culparla hijo, ha sido muy difícil perder a su mamá. Verte con Katrina no fue agradable a sus ojos, aquí el problema es que te compara con su abuelo Aníbal.—

—Pero yo soy su padre, hago todo para tenerla contenta y que sepa que es el amor de mi vida.—

—Creo que no debo escuchar temas familiares, con permiso.—dijo Javier y se levantó de su asiento.

—Recuerda que durante ocho años no exististe en su vida, ella fue criada por Aníbal incluso se expresa igual que él.—

—No me digas eso papá, por favor.—

—Es la verdad, ella quiere volver con él. Me lo dijo, te sugiero que antes de pensar en mujeres, arregles tu relación con Paola. Tal vez más adelante puedas rehacer tu vida, así que pídele a Katrina que no ponga un pie en la casa de tu hija.—

Paola no quería otra mujer en la vida de su papá, ella lo quería mucho, más que a su abuelo Aníbal. Sin embargo no quería demostrárselo, definitivamente Katrina no le inspiraba confianza, entonces haría cualquier cosa para mantenerla lejos de su padre.

—Hola Pao, hoy se te hizo tarde.—

—Lo se Bruno, discutí con papá.—

—Sigues con la idea de fastidiar a la mujer esa.—

—La cabellos de trapo viejo jamás será mi madrastra, tal vez a mi padre lo engañé con su personalidad mustia. Pero a mí no, mi abuelo me enseñó cómo identificar a las personas con malas intenciones.—

—Por cierto mi mamá va ser nuestra maestra, la señora Greco se enfermó y tuvo que anticipar su retiro.—

—Ya quiero conocer a tu mamá, debe ser alguien muy interesante.—

La mamá de Bruno el mejor amigo de Paola era maestra en otro colegio, debido al retiro de la maestra Greco ella tomaría su lugar pero ya como maestra titular, ella era Selene Sultenfuss que venía de Santorini, Grecia.

—Bienvenido soy su maestra Selene, y me gusta que todos participen en clase, así que alguien podría decirme en qué se quedaron con la maestra Greco.—

—Estábamos estudiando la historia de la caída de Constantinopla.—respondió Paola

—Gracias eres muy amable, ¿Cómo te llamas?—

—Soy Paola Gabellotti.—

—Mucho gusto Paola, tu eres la amiga de mi hijo Bruno si no me equivocó. Me alegra conocerte al fin.—

Selene tenía mucha vocación, lograba que sus alumnos le prestaran atención todo el tiempo, además era muy dulce con todos ellos y también les mostraba paciencia.

En la mansión, Javier estaba cepillando a Horus el caballo de Paola, en ese momento Giussep se acercó para avisarle que habían enviado otro caballo más.

—Otro, no me dijo nada el señor Paolo. Vamos a ver de qué se trata.—

Javier se acercó hacia el hombre que transportaba el ejemplar, era un caballo negro e imponente.

—Es un pura sangre inglés, ¿quien lo envía?—

—El empresario Aníbal Soria, es para la niña Paola Gabellotti. Se llama Orión, creo es su caballo.—

—Esto no le va a gustar al jefe.—

—No creo que se niegue Giussep, serían más problemas entre ellos.—

—Es verdad la niña Paola tiene su carácter.—

—¿A que se dedica el señor Paolo?—

—No lo sabemos, solo sabemos que son una familia muy rica. Todo esto era de Aldo Gabellotti, murió en un accidente.—

—Ya entiendo, bien llevemos a Orión a bañar y ejercitarse debió ser un viaje muy largo.—

Más tarde Paola regresaba el colegio en compañía de Bruno, a pesar del castigo impuesto por su padre, decidió seguir con sus lecciones.

—Tu papá va a enojarse Paola.—

—No importa, no podemos dejar nuestras clases a medias.—

Al llegar hasta las caballerizas, Paola no pudo evitar sorprenderse al ver a Orión. No podía creerlo, estaba feliz de ver a su gran amigo.

—Orión, ¿cómo es posible?—

—Lo envío tu abuelo, llegó esta mañana.—le dijo Javier

—montáremos de nuevo juntos querido Orión.—decía Paola emocionada, de inmediato Giussep lo ensilló para que lo montara.

Paolo regresó a casa después de su reunión con Raphaell, ya que traía devuelta a casa a su hermana Elisabetta. Al llegar pudo ver a Paola montar, de inmediato desconoció el caballo.

—¿Qué pasa hermano?—

—Nada, ve adentro y instálate en tu habitación.—Paolo se acercó al ver a su hija montar, Giussep estaba observando.—¿Ese caballo de dónde salió?—

—Lo enviaron hoy para la niña Paola.—

—¿Quién lo envió?—

—Aníbal Soria, señor.—

Paolo enfureció de inmediato, una vez más lo estaba retando. Incluso olvidó que había castigado a Paola, fue de inmediato a su despacho para llamar a la mansión de los Soria.

📲—Estoy casando de tu hermano.—

📲—Ahora que.—

📲—Envió el caballo que él le regaló a mi hija, porque insiste en hacerse presente en la vida de mi Paola. La custodia la tengo yo, estoy apunto de mandarlo borrar del mapa.—

📲—Te entiendo, sin embargo qué explicación le darías a Paola. Además me enteré que a diario se hablan por celular, me imagino que no lo sabías.—

📲—Se supone que mi hija no tiene celular, dile a ese perro que lo quiero lejos de mi Paola, porque es mía, mi niña y nunca la va a volver a ver.—

Paolo terminó la llamada y fue directamente hacia su hija, era momento de enfrentar la verdad y aunque sabía que la lastimaría, era momento de ponerle un freno a Aníbal.

—Detente hijo, no puedes hacer esto.—

—Claro que lo haré, es hora de que mi hija conozca el verdadero Aníbal Soria.—

—No lo entiendes, sea como sea, él es muy importante para ella. Estás enojado, y puedes decir cosas de una manera no adecuada. Háblalo cuanto antes, pero no hoy. Deja que disfrute del momento, ve lo feliz que está. Solo es un caballo.—

—No es solo un caballo, es el lazo que los une, no lo ves. Me quiere quitar a mi hija, no lo voy a permitir papá, ella es mi sangre y sangre del amor de mi vida. También me la quiere quitar, no lo voy a permitir.—

—No te la va a quitar, Argelia lo tiene atado de manos. Si él intenta quitarte a tu hija, Nuria tiene pruebas en su contra, muy fuertes.—

Argelia le había dejado las pruebas a Nuria, en caso de que un juez se prestara a cederle la custodia, antes de eso quedaría todo al descubierto. Eso no le convenía a Aníbal Soria.