Enamorarse No Está En El Contrato

Después de aquella tranquila tarde de sábado, antes que el sol cayera Indigo se llevó a Aidan de regreso a casa. Durante el camino no hablaron de nada, ambos iban guardados en sus pensamientos confusos. Indigo vería la forma de acercarse sigilosamente a Aidan para que el chico no huyera de él. En cuanto al pelinegro por alguna razón iba perdido tratando de saber quién era la persona que realmente le gustaba a su rival, sólo esperaba que no fuera Kilian o su amigo Sayer, después de todo estaba bastante enojado por no haber cuidado bien del pelirrojo.

Finalmente llegaron. Aidan le dio las gracias por el paseo, pero no lo miró, luego cruzó la calle y se dirigió a su casa. Indigo albergaba una pequeña esperanza después de ver que aún llevaba el collar de corazón.

El pelinegro entró a su casa y saludó a sus padres, para variar Cleissy y Arturo le preguntaron si habían hablado algo del matrimonio a lo que su hijo negó. Luego de eso el chico fue a su habitación, sólo quería darse un baño y olvidar todo, más el haber pasado una tarde casi cita con su rival. Dejó de pensar en ello y sacó su celular para llamar a su amigo.

—Sayer.

—Hello bambi, creí que estarías encerrado en casa de tu salvador.

—No digas cosas sin sentido. Quería pedirte disculpas por mi mal comportamiento, nos puse en riesgo a los dos. Indigo algo me contó, ¿es cierto todo eso?.

—Primero imagino que le agradeciste por salvarnos. Segundo es todo verdad, conocimos a unos chicos que se quedaron con nosotros a bailar. Tomamos harto, más tú que yo. Nos fuimos cerca de las cuatro de la madrugada, ibas inconsciente en alcohol y esos tipos nos siguieron. Uno de ellos me empujó mientras el otro te tomaba para llevarte a su auto. Te grité, pero no hubo respuesta de tu parte, fue entonces que llegaron Indigo y Odris. Nos defendieron, golpearon a los abusadores, Indigo te llevó en su auto y Odris me llevó en tu moto. Mañana te la devolverá. Los chicos estaban bebiendo en el mismo bar, y nos vieron cuando los desconocidos se acercaron a nuestra mesa, me dijo Odris que Indigo sospechaba de algo, así que se quedaron vigilándonos. Y de verdad se los agradezco.

Del otro lado Aidan suspiró, era verdad toda la historia que le había contado Indigo. Fue una suerte que estuvieran los dos ahí, definitivamente los habían salvado.

—¿Te dejó en tu casa?— le preguntó Sayer.

—No, él me llevó a la suya. Le envió un mensaje a mi madre diciéndole que yo lo llamé para que me pasara a buscar porque estaba muy bebido. Después de eso le avisó que me llevaría de paseo.

—¿Te llevaría de paseo?— preguntó con cierto tono entusiasta—. ¿Enserio te llevó de paseo?.

—Sí, él preparó comida y bebestibles. De hecho acabo de llegar, fuimos a una reservación natural y nos quedamos ahí toda la tarde.

—¡Qué romántico!.

—¿Romántico?. ¿Estás demente?. Además hablamos algunas cosas, Indigo está enamorado de otra mujer que no es Brenda. También me preguntó si amaba a Kilian.

—¡Me jodes!. ¿Por qué te preguntó eso?.

—No lo sé— le dijo Aidan mirando el techo—. Pero le dije que no lo amo, pero si que me siento cómodo con él. Además que Kilian dijo que se las seguiría jugando por mí.

—Vaya— dijo Sayer después de escuchar eso—. Supongo que mientras Indigo no te moleste como antes, y tú puedas hacer tus cosas con Kilian, irá todo bien.

—Sí, supongo que sí— dijo el pelinegro—. Te veré mañana en la universidad. ¿Te pasará a buscar Odris?.

—Sí, me vendrá a buscar.

—De acuerdo, nos vemos entonces.

Cortaron la llamada. Aidan dio un suspiro y dejó el celular en la mesita.

El domingo fue un día tranquilo para Aidan, el chico no se levantó temprano sólo quería estar relajado. La semana que se avecinaba los alumnos tendrían los ensayos para la obra. Ese día sólo le envió un mensaje a su amigo para saludarlo, no vio ni supo nada de Indigo.

Lunes por la mañana y Aidan se levantaba para iniciar su semana, se dio una ducha y luego se vistió. Tomó sus cosas y salió de la habitación, no quería desayunar por lo que simplemente pasó por el comedor saludando a sus padres.

—¿No comerás nada?— le preguntó su madre.

—Eh no, no tengo hambre, comeré en la universidad— les respondió con una sonrisa—. Nos vemos.

Salió de la casa y se dispuso a caminar a la parada de autobús. Había dado apenas unos cuantos pasos, cuando vio el auto detenerse a su lado.

—Buenos días Aidan— lo saludó Indigo—. Sube.

El pelinegro lo quedó mirando, el mayor no había sido grosero y tampoco usó un tono de mando. Lo miró por unos segundos y luego subió al copiloto.

—Buenos días— le dijo Aidan colocándose el cinturón de seguridad. Al menos ese día recuperaría a Rayo.

Mientras en casa de Sayer, el pelirrojo esperaba unas calles más allá de su hogar a Odris. No quería que su familia lo viera subirse a una moto con otro chico.

La Honda se detuvo frente a él.

—Buenos días— le sonrió Odris sacándose el casco.

Sayer se acercó y miró a todos lados, le dio un suave beso en los labios. ¿Un beso en los labios?.

Flashback.

Despué que dejaron a Indigo, Odris y Sayer subieron a la moto de Aidan. El pelirrojo le había dado la dirección de su casa por lo que no tardaron en llegar. Después de unos minutos la moto se detenía en las afueras de la casa de Sayer, el pelirrojo bajó y se sacó el casco, lo puso en el asiento de atrás.

—Gracias por traerme y también por salvarme de ese tipo— le dijo Sayer.

Odris se sacó el casco para verlo mejor.

—No hay problema. Te vendré a buscar el lunes— le dijo el pelinegro.

Sayer lo quedó mirando, y por un instante dejó de ver a ese chico como el enemigo, además que directamente nunca lo fue. Sintió una extraña sensación de hacer algo que no tenía ninguna razón ni sentido, se acercó a Odris, lo tomó del rostro y le dio un pequeño beso.

El pelinegro quedó tan descolocado que apenas pudo responder a esos tímidos labios. Sayer se alejó sutilmente viendo sus ojos.

—No tenía otra forma de darte las gracias— le dijo el pelirrojo con algo de vergüenza.

Odris lo tomó de una mano y antes que el chico se alejara lo jaló nuevamente hacia su cuerpo, puso su mano en la nuca del contrario y le dio un cálido y húmedo beso. Esta vez pudieron sentir la lengua del contrario. Sayer sintió que todos los nervios se le subían a la cabeza, sinceramente no podía creer que estuviera besándose con Odris. El mayor lo soltó sutilmente y luego miró esos ojos confundidos y sus húmedos labios.

—Te veré el lunes.

Sayer asintió apenas, Odris se puso el casco y salió del lugar hacia su casa. El pelirrojo lo vio perderse en la oscuridad.

Fin Flashback.

Sayer se sentó atrás después de colocarse el casco, se afirmó de la cintura del mayor y salieron en dirección a la universidad.

Minutos más tarde Rayo llegaba a Crisol, Odris estacionó al lado del auto de su amigo. Aidan e Indigo los esperaban.

—Buenos días— les saludaron ambos después de bajarse de la moto.

Sayer fue con su amigo, por obvias razones él y Odris quedaron de acuerdo en no decir nada de lo ocurrido entre ellos. Ese parcito necesitaba primero arreglarse entre ellos y luego saber la verdad acerca de su comienzo de romance.

—Bien, gracias por todo, nos vemos— les dijo Sayer tomando a Aidan por los hombros para irse a las clases. Le dio una rápida mirada a Odris, éste le regaló una sonrisa.

Salieron del estacionamiento y se dirigieron al salón, en el camino se encontraron con Kilian y Mael que iban a la sala de profesores.

—Buenos días— les saludaron los mayores con una sonrisa.

—Buenos días— respondieron los chicos.

—Recuerden que después de clases tenemos los ensayos de la obra. El profesor de teatro nos ayudará— les recordó Kilian. Sus ojos estaban fijos en Aidan, el pelinegro sólo le sonreía con amabilidad.

El timbre de clases sonó y los chicos se despidieron para ir a sus salones, Aidan por alguna razón se sentía algo extraño y no sabía que era exactamente.

Las horas de las clases matutinas terminaron dando paso a la hora de almuerzo. Los chicos se levantaron de sus asientos y salieron rumbo al comedor. En el pasillo hablaban de los trabajos que les habían tocado hacer, le pedirían ayuda a Kilian y Mael. Seguramente ellos ya habían pasado por ese informe.

Compraron su comida y luego buscaron un asiento para almorzar. Se dispusieron a comer.

—¿Nos podemos sentar?.

Kilian y Mael estaban con sus bandejas con comida. Los chicos les sonrieron, ambos se sentaron.

—¿Cómo estuvieron las clases?— les preguntó Kilian.

—Nos dieron unos informes que debemos hacer, y les queríamos pedir ayuda— les sonrió Aidan.

—Será un placer— le sonrió el rubio.

Continuaron comiendo, unas mesas más allá se encontraban Indigo, Odris, Brenda y Gladys. La pelinegra aún no se daba por vencida con Indigo, no así Gladys que veía la realidad de las cosas y el como Indigo miraba con mala cara a Kilian.

—¿Qué harán después del ensayo?— les preguntó Brenda.

—Estaremos ocupados— le sonrió amablemente Odris a la chica. Indigo miró a su amigo algo sorprendido, pero a la vez agradecido que les dejara a las chicas las cosas en claro.

Gladys no dijo nada, en realidad poco le importaba si Odris quería estar o no con ella. Después del resort la castaña se dio cuenta que sus compañeros estaban algo perdidos por los alumnos de segundo año, y eso era mucho más entretenido.

—Pero.

—No los jodas— le dijo Gladys a su amiga, sabía que a ella le costaría más entender a los chicos por su orgullo de mujer—. Céntrate en la obra y los ensayos.

Indigo miró a Odris, a ambos les extrañó la actitud de la castaña, pero en silencio se lo agradecieron.

Después de comer, salieron al patio. Gladys se llevó a Brenda con la excusa de querer su ayuda para algo de "mujeres", lo cual era absolutamente mentira. Indigo y Odris siguieron su camino, y como si fuera algo neutral ambos caminaban hacia donde habían visto perderse a Aidan, Sayer y sus dos compañeros.

—Entonces, después del ensayo iremos a la biblioteca— les dijo Kilian mientras se sentaban en una banca.

—Haremos el informe, no es tan largo como se ve— sonrió Mael a los chicos—. Nosotros lo hicimos, y nos quedó bien. Los detalles son lo importante.

—Gracias por ayudarnos— le dijo Sayer.

—Espero no estemos tomando su tiempo— dijo Aidan—. Sabemos que están muy ocupados con el desarrollo de la actividades para el festival.

—La universidad necesita de este festival anual para dar a conocer los departamentos que enseña, estamos acostumbrados a este tipo de presión— les dijo Kilian—. Por ahora nosotros nos centraremos en la obra, pero también estamos viendo el evento deportivo y de baile. El teatro será lo primero, luego el concurso de baile, el evento deportivo y finalmente la fiesta de la universidad. Durante ese tiempo se promocionará la institución a la nueva generación de alumnos. Crisol es muy prestigiosa.

—¿Sabes dónde harán la fiesta éste año?— le preguntó Aidan. El año anterior no pudieron asistir con Sayer.

—Están buscando aún, no quieren hacerla en el lugar del año pasada. Era demasiado pequeño y fue un desastre— respondió el rubio.

Los chicos se quedaron mirando, después de todo sería la primera vez que asistirían a una fiesta universitaria. Eso si debía ser un desmadre.

Los chicos continuaron conversando hasta que la hora de las clases de la tarde comenzaron.

Finalmente la jornada llegaba a su término, los alumnos comenzaron a salir del salón para regresar a sus casas. Los que tenían ensayo de la obra se fueron al auditorio Orión, ahí los esperaba su profesor guía.

—Buenas tardes a todos— saludó un maestro joven—. Soy Charly el profesor de teatro.

Los alumnos saludaron.

—Escribí un guión corto, pero intenso de amor. Serán dos protagonistas, por lo que Gladys e Indigo harán los papeles del hombre enamorado locamente, y Aidan será la chica que deberá escoger entre estos dos nobles caballeros. Será ambientada en las épocas antiguas, los vestidos y pelucas que usarán los harán ver diferentes. Esto va para los chicos que les salió el papel de mujer que serían Aidan y Sayer.

Ambos asintieron con el rostro rojo, Gladys sonrió ante la idea que debían pelear con Indigo por el amor del pelinegro. Eso estaría divertido.

—Profesor— le dijo Gladys asumiendo que ella haría el papel del varón elegido—. ¿Habrá escena de beso?.

Indigo miró a la chica que ni se inmutó, Aidan se quedó con la boca abierta ante aquella pregunta.

—Claro que la hay, no es una historia de amor sin un buen final— le dijo Charly.

Gladys sonrió ante esa respuesta, y en su cabeza ya había maquinado una excelente idea. Indigo por su lado no quedó muy a gusto al saber que Aidan besaría a su compañera, sin embargo era preferible soportar eso que verlo en brazos de Kilian.

—Aquí están los guiones— les dijo el profesor dándole tres a Kilian—. Sáquenles copia después, por ahora leanlos, y en treinta minutos más comenzaremos con los ensayos.

Los chicos se pusieron en pequeños grupos y comenzaron a leer los guiones, de vez en cuando Indigo miraba a Aidan. El pelinegro se dio cuenta de aquello, en su mente sólo cayó una posibilidad y era que a Indigo le gustaba Gladys y por eso que estaba tan enojado. Ahora sí se había metido en un lío de faldas con su rival.