NovelToon NovelToon
Entre Las Páginas Del Destino

Entre Las Páginas Del Destino

Status: En proceso
Genre:Espadas y magia / Romance / Viaje a un mundo de fantasía / Yaoi / Aventura / Fantasía LGBT
Popularitas:2.1k
Nilai: 5
nombre de autor: Shion Miller

Cleoh era solo un nombre perdido en una línea secundaria de una novela que creyó haber olvidado. Un personaje sin voz, adoptado por una familia noble como sustituto de una hija muerta.

Pero cuando despierta en el cuerpo de ese mismo Cleoh, dentro del mundo ficticio que alguna vez leyó, comprende que ya no es un lector… sino una pieza más en una historia que no le pertenece.

Sin embargo, todo cambia el día que conoce a Yoneil Vester: el distante y elegante tercer candidato al trono imperial, que renunció a la sucesión por razones que nadie comprende.

Yoneil no busca poder.
Cleoh no busca protagonismo.
Pero en medio de intrigas cortesanas, memorias borrosas y secretos escritos en tinta invisible, ambos se encontrarán el uno en el otro.

¿Y si el destino no estaba escrito en las páginas del libro… sino en los espacios en blanco?

NovelToon tiene autorización de Shion Miller para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.

CAPITULO 3

—¡Amarilis! ¡Amarilis!

—¿Sí, señora? —respondió una joven doncella de cabello rojizo y ojos verdes, asomándose con premura por el umbral de la puerta al oír su nombre.

—¿Dónde está Anne?

—¿Perdón?

—¡Te estoy preguntando por Anne Marie! Se suponía que debía encargarse de preparar el comedor, pero no hay ni rastro de ella, y para colmo, la chimenea sigue apagada. ¡¿Dónde demonios se ha metido esa muchacha?!

Amarilis vaciló unos segundos antes de contestar, consciente de la impaciencia creciente que se filtraba en cada palabra de la jefa de doncellas.

—No lo sé, señora. No he visto a Anne Marie en toda la mañana.

El ceño de la mujer se frunció con severidad mientras se cruzaba de brazos, su mirada dura cargada de exasperación.

—¡Inaceptable! —masculló entre dientes—. Ve a buscarla ahora mismo. Dile que venga aquí sin demora.

Amarilis asintió con rapidez y se alejó por el pasillo, sintiendo cómo el frío de la enorme casa se filtraba a través de su delgada vestimenta. Sus pasos resonaban en el mármol pulido del suelo, y el eco de su andar se desvanecía entre las altas paredes del silencioso y solemne corredor.

La jefa de doncellas, visiblemente irritada, se ajustó las gafas sobre el puente de la nariz y dirigió la mirada al resto de las muchachas que, tensas y expectantes, la observaban en completo silencio, temiendo ser el blanco de su próxima orden.

—¿Qué hacéis ahí paradas? ¡Volved a vuestras labores!

—¡S-sí, señora! —respondieron al unísono, dispersándose de inmediato como un enjambre sobresaltado.

—Cordiel.

—¿Sí? —respondió una joven de baja estatura, girándose bruscamente al escuchar su nombre, claramente sorprendida.

—Ve y encárgate de preparar el comedor. Ahora.

—Sí, señora —dijo con una reverencia apresurada antes de dirigirse hacia su tarea.

\*\*\*

Después de recorrer todos los rincones de la mansion y no encontrar ni rastro de Anne, Amarilis giró en una esquina del corredor rumbo a la entrada principal, cuando distinguió una figura que se acercaba apresuradamente desde el vestíbulo. Sus ojos se agrandaron al ver que no era Anne quien se aproximaba, sino un guardia con el rostro descompuesto, cargando en brazos un cuerpo envuelto en una manta.

—¡¿Qué demonios…?! —soltó, llevándose ambas manos a la boca al reconocer los cabellos oscuros del joven Cleoh.

—¡Aparta! ¡Necesito espacio! —ordenó el guardia sin detenerse, su voz entrecortada por el esfuerzo.

Amarilis dio un paso atrás, aún paralizada por el desconcierto, mientras el guardia atravesaba la galería rumbo al ala médica de la mansión. A sus espaldas, el segundo guardia apareció con Anne a su lado, aún temblorosa, envuelta en un abrigo que no era suyo.

—¿¡Anne!?

Los murmullos no tardaron en levantarse. Criados, doncellas y mozos se asomaban con rostros pálidos desde las esquinas de los pasillos. Algunos susurraban el nombre del joven. Otros miraban a Anne, con la piel de la cara enrojecida por el frío, las manos aún tensas y vacías.

La jefa de doncellas emergió del comedor como una exhalación.

—¡¿Qué ocurre?! —exigió saber, caminando con paso firme hacia la conmoción—. ¿Qué es ese alboroto?

Amarilis apenas pudo hablar. Solo alzó un dedo tembloroso, señalando la dirección por la que se habían ido los guardias.

La mujer giró sobre sus talones y, al ver la manta, al joven desmayado, y a Anne medio colapsada sobre el hombro del guardia, su expresión se transformó. Su habitual severidad fue reemplazada por una mezcla de alarma y algo que podría haber sido... temor.

—Llevadlo al consultorio del ala este. ¡Ahora! —ordenó con voz firme, pero tensa. Luego volvió la vista a Anne.

—Y tú… en cuanto puedas hablar, quiero una explicación. Clara. Completa.

Anne asintió débilmente antes de dejarse llevar por el guardia que aún la sostenía.

...****************...

La luz de la lámpara de aceite oscilaba suavemente sobre el escritorio, proyectando sombras temblorosas en las paredes del consultorio, mientras el caos se apoderaba de la habitación. Una de las criadas más jóvenes corrió a calentar agua, obedeciendo una orden de la jefa de doncellas, mientras Anne, ya envuelta en una manta seca que apenas lograba mitigar el frío que le calaba los huesos, se acercaba con paso incierto hacia la cama donde yacía Cleoh, inconsciente.

Sus labios, de un tono azul violáceo, contrastaban con la palidez casi fantasmal de su rostro. Un leve espasmo recorría su cuerpo empapado, y aunque el guardia lo había depositado con sumo cuidado sobre la cama, el camisón, húmedo, se adhería a su piel como una mortaja helada. Anne tragó saliva, sintiendo cómo el nudo en su garganta se apretaba.

Sin atreverse a vacilar más, se arrodilló junto a él.

—Perdón… —murmuró con voz quebrada, más para sí misma que para él.

Sus dedos, entumecidos y temblorosos, lucharon por desabotonar el camisón empapado. El tejido, pesado por el agua, cayó con un sonido sordo al suelo, revelando el cuerpo extenuado del joven. Su piel estaba marcada por el frío, con tonos azulados en los extremos, y su respiración era apenas un soplo que apenas levantaba su pecho.

—¡Necesitamos mantas secas y ropa limpia, ahora! —ordenó la doncella mayor con firmeza, girando hacia la puerta donde una criada entraba apresurada, cargando un balde humeante y algunas prendas dobladas con cuidado.

—Tome, esto es lo más cálido que pude encontrar —dijo la muchacha, dejándole una camisa de lino grueso y unos pantalones de algodón sobre una silla cercana.

Anne asintió sin pronunciar palabra. Se inclinó sobre el joven y, con una toalla tibia, comenzó a secarle el cuerpo con delicadeza. Evitó mirar más de lo necesario, aunque el rubor le subió sin remedio a las mejillas. A pesar de su discreción, la intimidad del acto se le hacía abrumadora. No obstante, no había espacio para pudores: la vida de Cleoh pendía de un hilo.

Una vez limpio, lo vistió con las prendas secas y lo cubrió con una manta de lana espesa, que contenía aún el calor del fuego. Exhaló entonces un suspiro que parecía haber estado conteniendo, y se quedó sentada a su lado, vigilando el ritmo frágil de su respiración.

En ese instante, la puerta se abrió con urgencia. Un hombre de mediana edad entró, con una capa cubierta de nieve debido a la ventisca, una bolsa de cuero colgada al hombro, y una mirada determinada bajo las gafas empañadas.

—¿Dónde está? —preguntó, con voz grave, sin detenerse.

—Aquí, doctor —respondió la doncella mayor, posando una mano en el hombro de Anne para indicarle que se hiciera a un lado y dejara espacio.

El médico se aproximó de inmediato. Dejó caer su bolsa sobre la mesa cercana y comenzó a sacar frascos, vendas y un estetoscopio con movimientos mecánicos y precisos. Se inclinó sobre el muchacho, alzó la manta, y palpó con cuidado su torso, atento al ritmo de su respiración.

—¿Cuánto tiempo estuvo expuesto al frío? ¿Alguien lo sabe?

—Aproximadamente diez minutos —respondió Anne con la voz tensa—. Pero salió corriendo descalzo… y en camisón.

El doctor asintió, sin levantar la vista, manteniendo la concentración en el diagnóstico.

.

—Entonces tenemos suerte de que la hipotermia no ha alcanzado niveles peligrosos. Habrá que mantenerle caliente y vigilarlo toda la noche. ¿Se desmayó por completo?

—Sí —murmuró Anne—. No he conseguido despertarle

—Bien. Entonces lo fundamental será estabilizar su temperatura y observar cualquier espasmo o dificultad al respirar— Mientras hablaba, el doctor alzó la mano en un gesto sutil.

Una delicada capa de luz ámbar, cálida y envolvente, comenzó a irradiar desde su palma y rodeó el cuerpo del joven con un resplandor suave, como si una manta de sol abrazara su piel. Anne y el resto de las criadas contuvieron el aliento al ver cómo el tono de la piel de Cleoh comenzaba a recobrar lentamente algo de color.

—Con esto mantendremos su temperatura estable hasta que despierte —explicó el doctor sin apartar la vista—. Ahora, dejémoslo descansar. Haré una mezcla para fortalecer su respiración.

Anne se retiró con pasos lentos y se apoyó contra la pared más cercana. Sus manos, agarrotadas por la tensión, temblaban visiblemente.

—No hay de qué preocuparse —murmuró el médico, al notar su estado sin mirarla directamente—. Todo estará bien.

Aquella frase, tan sencilla, cayó sobre Anne como una piedra. Bajó la cabeza, sintiendo cómo la emoción la vencía por fin. Lágrimas silenciosas rodaron por sus mejillas, tibias y saladas, deslizándose entre sus dedos entrelazados. Su primer día como doncella de servicio en aquella mansión se había tornado en una pesadilla…

1
Arin Wang
🥰
Shian Leen
muy buena historia, estaré esperando más capítulos
Lex
Me encanta💕
Lenn
me encanta
BodySnatcher
Me encanta como escribes, me hace sentir parte de la historia. Espero poder seguir leyendo más de tus obras.
Shoot2Kill
más capítulos porfavor
Zorro Rojo
Muy buena historia🎉✨ a mi me gustó hasta ahora, y quería saber si podrías leer alguna de las mías y darme tu opinión 😅
NovelToon
Step Into A Different WORLD!
Download MangaToon APP on App Store and Google Play