Estar casada con el amor de tu vida suena como un sueño hecho realidad; incluso si sólo eres un reemplazo de su gran amor.
NovelToon tiene autorización de Nix Agriche para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.
Capítulo 15
—Tienes que entender que independiente de lo que haya ocurrido con ustedes, él sigue siendo el padre de los niños. Y tiene derecho de compartir con ellos, le corresponde legalmente.
Odiaba admitirlo, pero mí padre estaba en lo correcto. Cuando no sé que hacer siempre recurro a él, papá siempre sabe hacerme entrar en razón.
Ciertamente no podía negar la verdad en sus palabras, no podía seguir negándole a Daven ver a los gemelos. Porque así como yo, él es su padre.
Sí, él cometió faltas conmigo, pero no con ellos. Los niños son inocentes ante los problemas de los adultos, así que lo mejor que puedo hacer, es permitirle su paternidad.
Mientras estaba haciendo la cena, los gemelos estaban viendo televisión. Fue cuando la puerta sonó, me acerqué y cuando abrí, pensé que era una maldita alucinación.
Habla del diablo y aparecerá.
Y aquí estaba él, Daven Worwick.
El diablo estaba de pié frente a mí con un ramo de rosas, una caja de libros de fantasía; y la nueva edición limitada de muñecas Barbie, las favoritas de nuestra hija.
—Eva... –Su voz ocultaba una profunda tristeza y una añoranza secreta que sólo él conocía. Sus ojos, antes brillantes, ahora eran opacos y sin vida–.
Daven tiene todo lo que siempre ha querido... Entonces, ¿Por qué se ve tan miserable?
—¿Daven? –Pronuncié su nombre con incredulidad, pues no podía creer que él estuviera aquí– ¿Qué estás haciendo aquí? –Cuestioné–.
—Vine para hablar contigo. –Verbalizó con firmeza, pero no estaba molesto y tampoco imponía su poder, era más bien... Suave–.
—¿Hablar? ¿A las 08:30 de la noche? –Dije sarcástica, haciéndolo rodar los ojos–.
—Sé que es tarde, pero es importante. Por favor, Evangeline. –Suplicó–.
Por mucho que quisiera negarme, ya no podía hacerlo. Ésto es lo que hablaba con mí padre, sé bien qué Daven nunca me quitaría a mis pequeños, pero si en algún momento él lo hiciera; estaría destruida.
Creo que así debe sentirse él al no poder pasar tiempo con sus propios hijos. Así que voy a dejar de ser egoísta, porque los problemas de adultos son de los adultos y de nadie más.
—¿Quieres pasar? –Pregunté con más tranquilidad, él me observó con incredulidad y luego sonrió con alivio–. —Sí, por favor...
Me hice aún lado, dejándolo ingresar a mí hogar. Tan pronto como entró, tendió las rosas hacia mí.
—Son para ti. –Soltó en voz baja, mientras evitaba mí mirada. Pude ver cómo un pequeño tinte rosa cubría sus orejas; estaba avergonzado–.
—No tienes que traerme nada, mejor lleváselas a tu prometida –Sentencié, comenzando a caminar hacia la sala–. Niños, vengan aquí.
Ambos pequeños se bajaron del sofá, comenzando a correr hacia nuestra dirección. Tan pronto como vieron a Daven, se ocultaron detrás de mí.
—¡Es el hombre malo! –Gritó Francesca, mientras se aferraba a mis piernas como si su vida dependiera de ello– ¡Va a golpear a mami como lo hizo con el tío James! ¡Corre, mami!
Pude ver cómo el rostro de Daven se llenaba de absoluto dolor ante la declaración de Francesca, él intentó acercarse pero Frederick se interpuso.
—¡Mami, corre y ocultate! ¡Yo lo detendré! –Vi como mí niño se arrojaba a los brazos de su padre, comenzando a morderle los brazos para intentar detenerlo–.
Sé que no debería, pero aquélla acción me causó mucha gracia y comencé a reír. Sobretodo por la mueca de dolor que hizo Daven ante las mordidas de Frederick.
Él también comenzó a reír, tomó a nuestro hijo en brazos y le acarició el cabello.
—¿Parece que alguien es un poco protector con mamá, eh? –Bromeó, mientras bajaba a nuestro hijo al piso, quien rápidamente regresó a mí lado–.
Reí levemente y asentí.
—Me recuerda a alguien –Le dí un leve golpecito en el costado, y ambos comenzamos a reír–.
Por un momento me olvidé de lo que había ocurrido entre nosotros y, por un segundo, se sintió como cuando éramos jóvenes.
De pronto recordé nuestra realidad y mí sonrisa se borró.
—Ah... –Rasqué mí nuca con incomodidad–. Daven, lo siento, yo... –Él se acercó a mí, interrumpiéndome mientras tomaba mí mano–. —Evangeline... –Murmuró–.
Él quería decir más, creo que también yo. Sin embargo, guardamos silencio al escuchar un chillido de nuestra hija.
—¡Mami! ¡Son muñecas, muñecas, mami! –Gritó, mientras le quitaba la caja a su padre–.
Daven se rió de su entusiasmo, mientras le acariciaba su precioso cabello blanco.
—Sí princesa, traje éstas muñecas especialmente para ti. –Verbalizó, mientras la observaba con absoluta admiración–.
—¡Frederick! ¡El hombre malo también trajo libros! –Comentó con entusiasmo, mientras que su hermano observaba toda la situación con escepticismo–.
—Es cierto, traje libros de fantasía especialmente para mí pequeño inteligente. –Se dirigió a nuestro hijo, quien no quería saber nada de su padre–.
—Si, que interesante, ya vete. –Musitó el pequeño, mientras se ocultaba detrás de mí–.
—¡Frederick! –Lo regañé–. Ya basta ambos, es hora de ir a bañarse. –Ordené y ambos refunfuñaron, pero aún así comenzaron a caminar hacia el baño–.
Una vez estando solos, Daven y yo finalmente pudimos comenzar a hablar en serio.
—Seré directo, quiero ser parte de la vida de los niños. –Verbalizó, mientras se sentaba junto a mí–.
Sabía que éste día llegaría, y ya no podía seguir huyendo del pasado.
—Me parece bien, los niños tienen derecho de pasar tiempo con su padre –Asentí, mientras me cruzaba de brazos–.
Él me observó incrédulo, realmente no podía creer que estuviera de acuerdo con su petición. Nos quedamos en silencio un momento, sintiendo la tensión que comenzaba a formarse en la habitación.
—Evangeline... –Llamó mí nombre, giré mí cabeza hacia él, sólo para darme cuenta de lo cerca que estábamos. Nuestros rostros estaban a centímetros del otro, me quedé en shock por unos segundos, sin poder reaccionar–
—¿Qué rayos haces? –Cuestioné–.
—Te extraño mucho... –Murmuró, mientras al hablar sus labios rozaban los míos–.
Estaba incrédula, ¿Qué pasaba con él?
—Daven Worwick, será mejor que entiendas tu lugar –Lo aparté, poniéndome de pié–. Puedes tener una relación con los niños, pero conmigo no, estamos divorciados y fue tu maldita decisión –Le recordé–.
—¡Me arrepiento, Eva! –Tomó mí cintura, acercándome a él, enterró su rostro en mí estómago mientras se aferraba a mí como si fuera su salvavidas–. Fue mí culpa, fuí un idiota... Perdóname, mí muñeca, mí Evangeline... Te extraño tanto... –Su voz era amortiguada, pero aún así podía entender todo lo que decía–.
—He sido tan imprudente con tus sentimientos, me has amado desde siempre. Y yo simplemente dudé de ti, de tu lealtad. Mí amor, ¿Puedes perdonarme? –Preguntó, mientras levantaba la vista de mí barriga, observándome a los ojos con absoluta tristeza–.
Lo observé en silencio, aquéllas palabras eran las que había esperado hace mucho tiempo. Pero ahora, luego de cinco años, ya no servían de nada.
—El día en que dudaste de mí, lo nuestro se acabó, Daven. –Declaré y su rostro se llenó de completo dolor– Te he amado desde que era una niña, cuando me casé contigo lo hice por amor, aún sabiendo que tú lo hacías por despecho. Estuvimos casados dos años, ¡Dos! Te demostré una y otra vez que era digna de ti, de tu amor.
—Te bastó una simple mentira de tu ex para dudar de mí, la llamaste tu esposa frente a mí. Y como si fuera poco, ¡La besaste delante de mí maldita cara! –Espeté, apartándome de él–. No sé que esperas de mí, Daven, pero lo nuestro murió aquél día.
Él se puso de pié, acercándose a mí. Me abrazó, enterrando su rostro en mí cuello.
—Sé que fuí un imbécil, te traicioné, a ti y a tu amor. Me arrepiento cada día, mí vida. Pero te prometo que no me daré por vencido, te recuperaré aunque me cueste la vida. Tardé mucho en darme cuenta, pero ahora lo sé, te amo mí bella Evangeline y haré hasta lo imposible por recuperar tu amor y confianza.
—————————————————————————————————
...Recuerden seguirme en mí cuenta de instagram: @nixagriche...