Amor En Rojo 2: Legado

...⚠️ Se les recuerda a los lectores que esta historia corresponden a los hechos que llevaron a la princesa de Susumira (Majic) a estar encerrada en una torre....

...Se publicó como pedido de aquellos que querían conocer esta parte con mayor detalle....

...El contenido puede ser sensible.⚠️...

Después del cumpleaños número tres de Kuzelny, ella junto con sus padres fueron a visitar Reviere en Fontana, como parte de los viajes que realizan para contribuir en la amistad entre sus hijos y fortalecer la relación de compromiso entre sus hijos.

- "Su Alteza, sostenga de esta manera la espada cuando tenga que atacar a alguien más alto que usted", dijo Carpio a Fortem, de trece años.

- "No lo olvidaré, Su Majestad", expresó Fortem con admiración.

Unos metros más allá, las reinas Krasa y Karoly están viendo jugar a los pequeños Josag y Kuzelny, mientras Carpio está entrenando a Fortem, como la mayoría de veces que viajaba a Fontana, el joven heredero a la corona parecía congeniar con la combativa forma de ser del rey de Susumira.

Cuando el entrenamiento estaba terminando, Josag se acercó a su hermano, llamando la atención la espada la toma, la levanta, pero como estaba energizada con el poder mágico de Fortem, provocó que Josag saliera volando violentamente unos metros, ante la atónita mirada de todos.

La pequeña Kuzelny se paró asustada y sin mucho cuidado, enganchando su medalla de sol y luna en el vestido de la reina, terminando la medalla cayendo al suelo; Kuzelny corría hacia el pequeño príncipe Josag.

- "No vuelvas a tomar mis cosas, Josag", dijo Fortem molesto y acercándose para ayudar a parar a su hermano.

Sin la medalla puesta que tenía como objeto mantener dormido el poder del enigma rojo, la pequeña Kuzelny tenía sus emociones sin control, había confundido la situación y pensó que Fortem quería lastimar a Josag y se lanzó contra el mayor de los hermanos, golpeándolo con sus pequeñas manos "no seas malo con Jos", gritó la pequeña Kuzelny mientras una luz roja la cubría y sus pequeñas manos se empezaban a llenar de fuego.

El miedo de Karoly se activó de inmediato, el peligro de que su hija se llenara de odio, los adultos corrieron está vez para separar a Majic de Fortem, quien sorprendido intentó usar sus poderes para detenerla, pero la princesa parecía hecha completamente de fuego por los que los poderes de destellos dorados resultaban inútiles, aparte la niña había creado un campo de fuerza impidiéndole el ingreso a cualquiera.

El rey Georgeus que había salido desde su despacho ante el movimiento, trataba de entender los acontecimientos y ayudó a Josag a ponerse de pie; los poderes de Carpio no eran suficientes para atravesar aquel campo, no entendía la magnitud de los poderes.

- "Hijita suéltalo, no quiso lastimar a Josag, por favor suéltalo", decía Carpio inútilmente.

Georgeus soltó a Josag para tratar de deshacer el campo de fuerza; si Kuzelny seguía usando sus poderes sin control podría lastimar seriamente a Fortem y consumirse a sí misma.

De pronto, Josag atravesó sin problema alguno el campo de fuerza creado por Kuzelny y se acercó a la princesa.

- "Kuz estoy bien, vamos a la laguna a jugar", dijo Josag con una sonrisa, tomando la mano de la princesa, quien de manera inmediata volvió a la normalidad.

- "Sí a la laguna, quiero ir Jos", expresó Kuzelny, una ligera luz salió de la pequeña y curó en automático las quemaduras de Fortem.

Todos quedaron perplejos, como si no hubiese ocurrido nada, Kuzelny y Josag caminaban de la mano, dirigiéndose a sus madres para pedirles que los lleve a la laguna.

Karoly puso de nuevo la medalla a su pequeña, mientras miraba aterrada a Carpio, el rey Georgeus fue a revisar a Fortem, quien estaba ileso, pero podía recordar perfectamente la sensación ardiente del fuego que lo quemaba.

Aunque trataron de disimularlo, salvo los pequeños estaban consternados. El hecho sirvió para que una vez más Karoly se obsesionara con los poderes de enigma de fuego de su hija y las discusiones con Carpio no se hicieron esperar; cuando regresaron a Susumira apenas y se hablaban, fueron las seis semanas más tensas y conflictivas entre ellos.

Llegó el día del cumpleaños del príncipe Ghean, su madre Lady Tiurname se mira en el espejo, su condición de segunda esposa le exigía tener un nivel de lujo menor que a la primera esposa y reina; sin embargo, el vestido que le había escogido su hermana Tessa sin ser lujoso le favorecía increíblemente, ella por sí sola no habría optado por algo como eso.

- “Creo que voy a buscar otro atuendo, no debí aceptar esto, no sé porque me dejé influenciar”, dijo Tiurname acercándose a su guardarropa.

- “Es un regalo del rey”, expresó Tessa con una sonrisa.

- “¿Qué dijiste?”, preguntó Tiurname.

- “Sé que te dije, que había hablado con las modistas, pero lo cierto es que tuve que ir a preguntar que usaría la reina para la ceremonia, para que no haya problemas y el rey me vio acercarme, él fue quien pidió que escogieran un vestido que te hiciera ver muy hermosa. Ya te dije muchas veces, aunque no te des cuenta, a él le gustas, y no estás haciendo nada malo, eres la segunda esposa del rey, tienes un anillo en tu mano que lo certifica, no vas a poder amar a nadie más en tu vida, porque aunque lograras divorciarte del rey no podrías llevar a tu hijo contigo, el príncipe deberá quedarse en el palacio, y tú no vas a renunciar a tu hijo, así que te vas a quedar en este lugar, haciéndote vieja y completamente sola, tal vez hiciste un trato inicial, pero si él quiere modificarlo no deberías negarte la oportunidad. ¿Acaso no te gusta, Su Majestad?, ya has estado con ese hombre y no creo que lo hayas pasado mal, ¿Por qué te niegas a sentir sus besos y sus caricias?, Tiurname no vas a robar nada, solo vas a tomar lo que él quiere darte, también eres esposa, también es tu derecho”, respondió Tessa mirando a su supuesta hermana, diciendo lo que sabía removería los miedos y emociones que Tiurname llevaba dentro; Lapurra era experta en jugar con eso.

- “Tessa, eres muy joven para explicarte ciertas cosas, pero aunque yo haya estado con el rey, sé muy bien que cuando él estuvo conmigo no me dio su amor, él solo ama a la reina Karoly, suponiendo que estes en lo cierto y por alguna extraña razón, a él le gusto, ¿qué pasará cuando ya no le guste?; estaré peor que ahora”, dijo Tiurname alejándose de su hermana.

- “Espera”, manifestó Tessa siguiéndola y tomándola de su brazo “entonces haz que te ame a ti, todos hablan entre los pasillos que los reyes ya no se llevan como antes, que la reina ha perdido gran influencia con Su Majestad, y ese amor maravillo que tú dices sobre ellos ya no es tal. Tiurname ya eres grande para saber que ese amor romántico y eterno no existe, que hay otras formas de tener una pareja y conservarla, si no te quieres arriesgar puedo entenderlo, pero tú no le debes lealtad a la reina, ella usó tu necesidad para conseguir lo que ella quería, ella te entregó a su marido por un hijo que supuestamente no podía darle, y en su necesidad te dejó a ti en la soledad, ¿no te das cuenta?, al final te convirtió en tu madre, una prostituta; cambiaron tus servicios por el título de la segunda esposa del rey. Piensa un poco en ti, así que si él quiere cambiar el trato, y convertirte en verdaderamente su esposa, entonces solo entonces dejarás de ser la prostituta que la reina compró; nadie doblega a la reina Karoly y todos le temen, por las buenas o por las malas al final ella consigue todo lo que quiere; vas a perder la oportunidad de ser feliz por el trato que hiciste con esa mujer, además deberías pensar en el príncipe Ghean, ¿has recibido clases, verdad?, ¿qué ocurre cuando una segunda esposa no es llamada a la habitación del rey en más de cinco años?", expresó Tessa provocando los traumas y miedos de Tiurname.

- "Ella no se atrevería a alejarme de mi hijo", dijo Tiurname nerviosa.

- "¿Segura?, ¿vas a confiar en la mujer que todos en Susumira?, solo el rey puede protegerte de ella; quizás antes de que tu hijo cumpla cinco años, pida al concejo tu expulsión del Concejo. Tiurname sé valiente, conquista el corazón de su majestad, ahora que él está abriendo la puerta", insiste Tessa con sonrisa hipócrita.

Tiurname se vuelve a mirar en el espejo y deja que su supuesta hermana se encargue del maquillaje y el peinado; aún no estaba segura de lo que debe hacer, pero creyendo que el vestido lo escogió el rey, ella se convence en seguir usándolo.

La ceremonia del cumpleaños número tres del príncipe Ghean se desarrolló con normalidad, Karoly solo participó en lo estricto necesario y luego fue a sus aposentos; lo que originó que Carpio y Tiurname pasaran más tiempo juntos.

Estaba vez ella se fijó en cada uno de los gestos de Carpio, y en efecto pudo darse cuenta de que él tenía bastantes gestos coquetos con ella, Kuolema le dio un brebaje a Lapurra para que de alguna forma lo pusiera en la copa del rey de Susumira, necesitaba reforzar el hechizo de Ivetee; cuando el rey bebió aquello el interés por Tiurname se avivó, buscando roces y contactos sutiles, pero provocativos.

Pese a ello, Tiurname aún tenía dudas de responder abiertamente a ello, pero por alguna razón las palabras de Tessa regresaban una y otra vez a su cabeza; cuando toda aquella ceremonia terminó, se sintió aliviada, después de asegurarse que el pequeño Ghean dormía plácidamente fue a su habitación, las damas de la corte se encargaron de ayudarla a que se aliste para dormir.

Las damas se retiraron, un momento después la puerta se abrió, Tiurname pensó que alguna dama se olvidó algo, aunque fue raro que no le pidieran permiso para ingresar, grande fue su sorpresa al descubrir que se trataba del rey.

- "No quise asustarte, estuviste muy linda este día", expresó Carpio acercándose poco a poco a Tiurname.

- "¿Qué hace acá, Su Majestad?", preguntó Tiurname.

- "Sé que no suelo venir, pero... no pude sacarte de mis pensamientos", respondió Carpio tomándola de la cintura.

- "Debería ir a dormir, ha sido un día agitado", expresó Tiurname tratando de separarse de manera inútil porque el rey no la dejó separarse de él; todos los sentidos de Carpio parecían gritarle tener a Tiurname entre sus brazos.

- "No tengas miedo, tú me gustas, te aseguro que será mejor que todas las veces que estuvimos juntos, esta vez me aseguraré que lo disfrutes como nunca", dijo Carpio antes de empezar a besarla con pasión.

Tiurname ya no pudo resistir a responder aquel beso, era intenso, pasional, invasivo y sin reserva, jamás la había besado de esa forma; y aunque lo estaba disfrutando, con el poco freno que le quedaba se apartó de él.

- "Viene en medio de la noche, casi como clandestino, ¿sabe la reina que está usted en mi habitación?, se le olvida que soy esposa, no amante. Si quiere cambiar los términos de nuestro trato, hágalo bien", manifestó Tiurname con la voz agitada.

- "Eres mi esposa, no tengo que pedirle permiso a la reina. Al final de cuentas ella te trajo a mi vida. ¿Qué hago mal?", preguntó Carpio incómodo.

- "No seré la mujer que busca a escondidas, si quiere tenerme en sus brazos, como una segunda esposa, llámeme a su habitación con el protocolo que corresponde", respondió Tiurname de manera nerviosa, pensando en asegurarse de permanecer al lado de su hijo, aún temblando caminó hacia la puerta para abrirla.

Carpio la arrinconó contra la pared, la volvió a besar, luego la miró a los ojos, ella parecía algo asustada, él no se reconocía a sí mismo, pero sus ganas por ella parecían controlar su ser.

- "Te llamaré mañana, con todo y protocolo, y no va a ser la única vez, prepárate", dijo Carpio, abrió la puerta, y la cerró tras salir.

Tiurname sentía como si todo hubiese sido como un sueño extraño, pero la sensación en sus labios le hacían darse cuenta de que todo era real; y las palabras de su hermana volvían a resonar en su cabeza.

Carpio llegó a su habitación y tomó un trago, se había quedado con las ganas, y si Tiurname no hubiese mencionado a la reina, ni siquiera se acordaba de ella. Se dijo a sí mismo, que debía hablar con Karoly urgente, que de alguna manera esa necesidad por Tiurname se le iría; así que desesperado salió de su habitación.

Cuando llegó a la habitación de la reina, la encontró leyendo algunos libros, que de manera apresurada Karoly intentó ocultar.

- "Esos libros tienen el sello de Belgeun, de la casa de la familia de él", dijo Carpio molesto.

- "No entiendes que nuestra hija está en peligro, viste lo que pasó esa vez, pudo matar a Fortem y consumirse ella", manifestó Karoly.

- "Pero no pasó. Hablamos con Sago, y nos explicó ella se enojo muchísimo pensando que Fortem había lastimado a Josag y en su afán de protegerlo activó sin querer el enigma rojo, solo tenemos que entrenarla. ¿Creí que no tenías nada de él?, porque todo se lo diste a la princesa Cira; pero parece que no, tienes cosas, ya ni sé qué creerte de la relación que tuviste con él, ¿lo amaste?, ¿amaste a ese hombre?", inquirió Carpio, tomando fuerte el brazo de Karoly.

- "Estoy preocupada por nuestra hija, y me hablas de mi relación con Myeong. Estoy harta de ocultar las cosas para no enojarte, pero ya no me interesa, voy a proteger a mi hija al precio que sea; volveré a ser la misma de antes de ser necesario. Soy Karoly, hija del duque de Husag de Fontana, era alguien antes de ser la reina de Susumira", respondió Karoly soltándose del agarre de Carpio y mirándolo con rabia.

- "¿No te importa perderme?, ¡te da lo mismo lo que pase con nosotros!", exclamó Carpio, que ya no tenía control de sus emociones, cada momento se volvía más instintivo.

- "Si es el precio por proteger a mi hija, en verdad nunca debí regresar contigo", manifestó Karoly por frustración.

- "Como quieras, tal vez deba poner todo en el orden que debió ser, de ahí no te quejes", dijo Carpio antes de salir molesto de la habitación.

Karoly dió un golpe al escritorio, y ordenó que trajeran un baúl que había guardado, cuando por fin pudo abrirlo, sacó sus espadas, sus arcos y flechas, su ropa de pelea; cuando se vio enfundada en todo aquello, recordó todas las batallas que libró, y recordando las palabras de madre de Carpio, se dijo a sí misma que aquella reina había tenido razón, una demonio de fuego, aún sin poderes, no debió sentarse en el trono de Susumira, que era mal augurio y destrucción; sin saber aún, que lo peor todavía estaba por llegar.