Atrapada En El Callejón

Ambos despertaron abrazados al otro día y Samara recordó las escenas que había hecho la noche anterior, le dio mucha vergüenza recordar eso por lo que se puso roja y Byron se rió al verla.

—Debemos hablar Samara, lo siento, fui un idiota contigo cuando tú me tratabas bien y sé que querías llevarte bien conmigo, lamento haberte molestado ¿Podemos intentar ser amigos? Si estás dispuesta claro —de verdad se sentía arrepentido Byron y la verdad es que le agradaba la idea de tener a alguien que lo espere al llegar a casa y no estar solo, si bien tenía empleados y eso, no era lo mismo que tener a alguien que lo acompañara así.

—Esta bien, tranquilo, lamento haber reaccionado así ese día y también molestarte de esa forma, simplemente mi orgullo se sintió herido y quería comprobarte que no soy tan horrible como parezco, pero entiendo tu opinión sobre no querer nada conmigo, somos diferentes, aunque no tanto como tú crees. —contesta ella, la verdad es que si bien antes no estaba a la par del estatus de Byron ya casi estaba en la cima de los negocios y probablemente en algún momento se conocerían, más aún sabiendo que querían invertir en su empresa, pero claro, él no sabe que ella era la dueña.

—Quiero que desde ahora seamos un poco más sinceros ¿Te parece? No me desagradan, simplemente no estoy acostumbrado a que las mujeres se impongan como tu, lo siento.

—No te preocupes, entiendo, te criaste así y no pretendo que cambies tus formas, de igual manera solo es un año el contrato , luego podremos estar cada uno por su lado y ya. —Ella estaba convencida de que se llevarían mejor estando separados, así no habría crisis ni enojos por la convivencia.

—Tengo una pregunta que espero que no te moleste... ¿Quién es Alexis? Anoche lo mencionaste muy triste, si es algo muy personal yo... —Samara se sorprendió al enterarse de que lo había mencionado, pero no le molestaba contarle a Byron, no le afectaba que una persona más lo supiera.

—Alexis es mi ex prometido, íbamos a casarnos, pero el me engañó con mi hermana y ambos se quedaron con todo lo que tenia, mi empresa y pertenencias, el día que te conocí ellos me habían echado de mi casa, por eso estaba en esas condiciones. —él no podía creer todo lo que escuchaba, ella le había resumido toda una situación horrible en unas pocas palabras y pensar que él, vio una oportunidad en una mujer que acababa de pasar por todo eso, pero lo que más admiraba era que a pesar de eso ella no había aceptado al principio, cualquiera hubiese estado desesperado en su situación.

—¿Intentaste recuperar tus cosas? Tienen que estar a tu nombre —eso es lo que cualquiera pensaría en verdad.

—Él hizo que firmara un contrato donde dice que todo lo que me pertenecía se volvía suyo y que no habría vuelta atrás, con el dinero que me das por este trato pago mis abogados, pero no hay mucho que hacer, ya no tengo nada más —dice ella intentando forzar una sonrisa, estaba aliviada de haberle contado la verdad a Byron, pero él se veía enojado.

—¿Cómo se llamaba tu empresa? Quizá la conozca, tal vez puedo ayudarte de alguna forma —a Samara le sorprendió que a él le importara lo que había pasado, pero no quería involucrarlo, de todas formas estaba amenazada sobre seguir legalmente el asunto.

—Mi empresa era Mondlicht, tu madre me contó que iban a invertir en ella, pero luego hubo un problema, sé que actualmente está mal administrada y que esta cayendo en ruinas... todo mi trabajo, está destruido.

—Te ayudaré a recuperarla, te lo prometo —parecía hablar muy enserió, la verdad es que lo había molestado demasiado toda la historia y eso que ni siquiera sabía todo, no sentía lástima por ella, sabía que era una mujer muy fuerte y todo, pero estaba enojado de que un hombre se haya aprovechado de una buena mujer como lo era su esposa.

—No, no quiero que te involucres en esto Byron, decidí dejar los temas legales, ya no importa la empresa, esta bien, viví bien por el tiempo que tuvo que ser y ahora solo me queda seguir adelante, voy a ahorrar y abrir un pequeño negocio del que pueda vivir y luego veré que hago —ella realmente no quería involucrarlo en esos asuntos, Alexis se había vuelto alguien peligroso y lo sabía porque en esos tres días que no estuvo en casa había sido amenazada por él con un arma.

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Ella estaba caminando por una plaza cuando de repente Alexis apareció enojado y con un arma en el pantalón, la obligó a caminar hasta una habitación de un burdel que al parecer había alquilado antes y la tiró en la cama mientras la apuntaba.

—Te advertí que no siguieras maldita, ¿Por qué insistes en molestarme? si sigues ya dije que iba a matarte —Él le acercó el arma a la cabeza mientras Samara se forzaba a no llorar, estaba muy asustada, pero no quería demostrarlo en absoluto, él estaba completamente desequilibrado y no quería provocarlo tampoco.

—No seguiré adelante, por favor, lo prometo —Ella ya no pudo contener una de sus lágrimas al escuchar el sonido del arma siendo preparada

—Sigues pareciéndome tan sexi cuando te asustas amor —Alexis la tomó del cabello forzándola a besarlo y como ella se negaba le mordió el labio hasta hacerlo sangrar

—Déjame ir Alexis, no empeores las cosas —ella ya sabia lo que se venía e intentó pararlo de alguna forma, pero él no tenía intenciones de detenerse, rasgó su ropa dejándola solo en lencería y se relamió los labios para acercarse a besarla nuevamente, ella se resistía por lo que la ató con una soga impidiendo que pueda mover las manos.

—¿Olvidas cuando lo disfrutábamos los dos en nuestra cama cariño? —Él bajó su parte inferior a pesar de que ella lo pateaba y para impedir que siga haciéndolo ató sus piernas también para que queden abiertas, así como le gustaban a él, Samara seguía moviéndose, pero se quedó helado cuando sintió como él la tocaba con su arma, le dio mucho asco y lo único que quería era quitarlo de encima de ella, él sacó su arma tirándola a un lado y comenzó a pasar su lengua por la zona hasta que alguien golpeó la puerta interrumpiendo y él la liberó para ya no levantar más sospechas. Los otros dos días había estado escondida en un hotel mientras lloraba preguntándose por qué todo le pasaba a ella ¿Qué es lo que había hecho tan malo para recibir semejante castigo?

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