Niebla y Rayo, regresan a casa después de michos años tras una mentira de su hermana menor. pero pronto descubrirán que su destino si estaba escrito y que la mentira de su hermana tan solo fue el principio de todo.
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CAPÍTULO 15
NARRADOR
Rayo y Tala volvieron lo más rápido posible al hogar de las Hadas con el hada guía que los llevó a encontrar el hongo. Al volver al hogar de las Hadas, rápidamente comenzaron a preparar el té para Niebla con el hongo y el de las hierbas que les entregó Zafiro.
En cuanto el té estuvo listo, Bastián se encargó de hacer que Niebla lo tomara. El té tardó cinco minutos en hacer efecto y entonces Niebla abrió sus ojos y se sentó sobre la cama, sintiéndose mucho mejor y con más fuerza, lo que les dio un respiro de alivio a todos.
Cuando creían que todo estaría bien y podrían terminar la misión sin ningún problema, Rayo recibió un mensaje de su madre, el cual envió a través de una pequeña hada que se quedó con ella para mantener el contacto con sus hijos.
Cuando el hada le informó a Rayo el descubrimiento sobre el Espíritu del Bosque, él temió por la vida de su hermana. Sabía que ese hombre no se detendría hasta obtener ese poder que está dentro de ella y, sin duda alguna, intentaría corromperlo, lo cual llevaría a la destrucción de su hermana, algo que él jamás permitiría.
Rayo envió la respuesta a su madre, asegurándole que nunca va a dejar a Niebla, nunca lo ha hecho y no lo hará jamás. Él está unido a Niebla de una manera que nadie más ha estado ni va a estar.
Ellos comparten todo desde el vientre de su madre; nacieron la misma noche con minutos de diferencia, pero la unión y la fuerza que tienen los dos estando juntos es muy grande. Por eso, aunque su hermana y él ya hayan encontrado a su luna y a su Alfa, el lazo de los gemelos es más fuerte y, pase lo que pase, mientras permanezcan juntos, nada ni nadie podrá destruirlos.
Bastián notó la cara de preocupación de Rayo después de haberlo visto hablar con una de las hadas. Cuando esa hada se marchó, Bastián dejó a Niebla comiendo y hablando tranquilamente con Tala.
Y se acercó a su cuñado, puesto que en su rostro se podía ver la preocupación que tenía y él quería saber qué era lo que estaba pasando y si había algo de lo que él debía preocuparse o si debía hacer algo más para proteger a su amada luna.
—¿Qué está pasando? —indaga Bastián y Rayo observa hacia donde se encuentra su hermana, quien se ve muy bien y tranquila junto a Tala.
—El poder dentro de mi hermana podría destruirla si ese brujo consigue la forma de manipularla para hacer lo que él diga —responde Rayo, preocupando también a Bastián, quien debe asegurarse de que su amada luna esté bien.
—Voy a pedir más seguridad en el camino, nadie la va a tocar, eso te lo aseguro —ambos hombres saben que deben darlo todo para proteger a Niebla, quien ignora el peligro tan grande que se acerca a ella.
Mientras los dos hombres siguen hablando sobre las medidas que tomarán con respecto a la seguridad de Niebla, en el camino de regreso al castillo, Lluvia y Patricio están muy cerca de su hogar y aunque fueron por algunas hierbas que Lluvia necesitaría para ayudar a curar a los que salgan heridos, en cuanto entraron al castillo, una de las empleadas los detuvo preocupada.
—Señores, la señorita Cielo no ha salido de su habitación desde la Luna Llena —Lluvia observa a la empleada y se preocupa por su hija menor.
—¿Ni siquiera para comer? —indaga Patricio, ya que su pequeña hija es una glotona y jamás dejaría de comer.
—Ni para comer, señor —responde la empleada y ambos comienzan a subir las escaleras muy rápido.
Patricio y Lluvia llegan hasta la puerta de la habitación de Cielo y comienzan a tocarla con fuerza.
—Hija, abre —Lluvia insiste en la puerta, pero no escucha nada.
—La voy a derribar —anuncia Patricio para que su esposa se haga a un lado.
En cuanto Lluvia se retira de la puerta, Patricio la golpea tan fuerte que la derriba enseguida. En cuanto logran entrar, buscan a su hija menor por todas partes; sin embargo, cuando la localizan con la mirada, quedan muy sorprendidos y angustiados.
—Cielo —Lluvia se acercó preocupada a su hija, quien se retorcía del dolor en el suelo y luchaba contra lo que estaba en su interior.
Patricio, quien tardó en reaccionar, tomó a su hija entre sus brazos y la llevó a la cama, donde Lluvia comenzó a revisarla, muy asustada por lo que le podía estar pasando a su hija menor.
—Mi niña, mírame, todo va a estar bien —Lluvia revisa los ojos de su hija y ve que cambian constantemente, mientras siente mucho dolor.
—Ve por Zafiro —pide Lluvia casi en un susurro por el nudo de emociones que se formó en su garganta al ver lo que le pasa a su hija.
—¿Qué pasa? —indaga Patricio al ver la angustia en los ojos de su esposa.
—No sé cómo, pero su transformación se activó y su cuerpo lucha. Aún no sé si podrá ser un híbrido como yo, una loba, o si su cuerpo podrá con la mezcla dentro de ella. Ve rápido por Zafiro, yo no puedo ayudarla —Lluvia está más que angustiada; siente tambalear su mundo, su pequeña podría perderse y si a eso le suma lo que puede pasarle a Niebla, no sabe si podrá soportarlo.
—La traeré lo más rápido posible —Patricio salió corriendo del castillo y buscó uno de los caballos más rápidos para llegar al territorio de los Vampiros, donde espera encontrar a Zafiro antes de que lo que le esté pasando a Cielo la destruya.