Alexandra fue engañada creyendo que firmaba un contrato laboral y acabó siendo uno matrimonial.
En tanto que para Christopher la situación también ha sido complicada, ya que como presidente de la empresa familiar, al momento de firmar los papeles para asumir el cargo de manera oficial, dos cláusulas cambiarían su vida para siempre: casarse y ser padre.
Por obligación ambos debieron aceptar la situación; sin embargo, jamás pensaron que la llegada del otro cambiaría muchas cosas para ellos.
¿Podrá el amor surgir con base a un contrato dado por mentiras?
¿Pueden dos personas, con perspectivas de la vida tan distintas, llegar a llevarse bien?
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Capítulo 10 MIA DE TODOS MODOS
Alexandra
Mí jornada laboral parecía no tener fin y estaba segura que la culpa era de Price. Fui a salir y estaba cansada pero no me permitieron salir del edificio
-¿Por qué no puedo? Reviseme, vera que no robé nada y busque en mis registros, soy una empleada de aquí
-Con gusto te revisaré personalmente querida
-Ni lo sueñes prefiero que lo haga él- el más viejo de seguridad que rondaba los sesenta años me veía incómodo mientras lo señalaba
-Retirense, tu y yo nos vamos de compras
-Lo único que faltaba tener que acompañarte a comprar
Me tomó del brazo y usando la fuerza me metió al auto donde el mismo chófer que nos había llevado nos condujo
-Bruto, idiota, inútil, poco hombre, tarado, viejo...-comence a insultarlo en español haciendo que el me mirara con el ceño fruncido sin entender mientras su chófer intentaba contener la risa
-¿Que dices?
-Que te importa, mejor dime adónde vamos ahora
-A comprarte ropa, no puedes ser la señora Price vistiendo así
-Encima de viejo, mañoso- volví a decir en español
Llegamos a una tienda que vendía ropa de los mejores diseñadores y marcas que un simple mortal como yo no podría pagar sin antes vender mínimo la mitad de sus órganos
-Valery quiero que la vistas tal como te dije
-Digame su talla- fue lo único que me dijo esa mujer que podría ser mí madre
Luego de contestarle me hizo probar algunos vestidos y pantalones para medirme. Metió en bolsas cosas que yo ni me había probado después de eso y después de que él pagara nos fuimos a seguir de compras
-¿Te gustó?- preguntó
-Tanto que de pensar en más compras muero de aburrimiento
Fuimos a otras tiendas donde incluso me compró lencería de todo tipo y color
-Cuando te tenga me aseguraré de tener una buena vista- susurro en mí oído haciéndome sentir asco
-Para ahí, acaso creiste que por comprarme todo esto yo estaría en tu cama dispuesta a que hicieras conmigo lo que quisieras ¿Cómo alguien tan idiota dirige una empresa? Puedes devolver todo esto, donarlo o hacer lo que quieras yo no soy algo que puedas comprar
-No necesito comprarte, eres mía de todos modos
-El día que me tengas en la cama espero que me dejes embarazada en el primer intento porque no pienso poder soportar mucho tiempo eso- mis palabras salieron solas con una profunda agonía en cada una de ellas
No hablé más nada y me desconecté de todo, lo ignoré junto a todo lo que estaba ocurriendo.
Llegamos a la que los últimos días sería mí casa y al verlo marcharse me derrumbe. ¿Cuánto podría resistir todo esto? Perder mí virginidad con alguien que ni siquiera me agrada y tener un hijo al que debía renunciar por dinero.
¿Cómo viviría después sabiendo que entregué un hijo? Estaría mí vida arruinada apenas habiendo comenzado a vivir
Lo único positivo es que el dinero sacará a mis padres de apuros por mucho tiempo y los dejará libres de deudas de ningún tipo
Seguiría estudiando, la vida debía continuar. Evitaría todo el tiempo posible que el intentara embarazarme y cuando eso sucediera rogaría por qué no volviera a ponerme un dedo encima