La seducción femenina es un arte que he dominado con gracia y precisión. Mi nombre es Ela West, y soy una mujer que inspira deseo y envidia en igual medida. Mi belleza es mi arma más poderosa, y la uso con sabiduría.
Mi vida estaba siendo perfecta, hasta el momento en que el socio de mi padre decide jubilarse y dejar en su lugar a su hijo mayor, quien me hizo la vida imposible siendo una niña, ahora es mi momento de hacerle la vida imposible a él.
Pero no esperaba que mis sentimientos por él volvieran a arder con tanta intensidad. Pensé que había logrado apagar las llamas de la pasión y el amor, pero parece que solo estaban dormidas, esperando el momento adecuado para renacer de las cenizas.
La memoria de nuestros momentos juntos comenzó a regresar, y con ella, el dolor y la nostalgia. La llama del amor que creí extinguida volvió a encenderse, y ahora me encuentro en una encrucijada. ¿Podremos estar juntos esta vez?
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El, Otra vez
Sufri demasiado cuando se fue. Incluso estuve largos meses esperando que viniera o me dijera que me quería, que nos diéramos esa oportunidad así fuese la distancia, lo deseaba tanto, que mi corazón se rompió una vez más al darme cuenta de que eso nunca pasó.
El se olvidó de mí, y se dedicó únicamente a realizar sus sueños sin importarle nada más. Así que Me obligué a mí misma a hacer lo mismo, pensé en mí y en sacar todos mis sueños a flote y dejé todos mis sentimientos en el fondo del mar.
En el afán de no llenarme de recuerdos y pensarlo un segundo más, bebí dos copitas de seguida y sin control alguno, hablando de cualquier otra cosa con Mais.
Mais es mi mejor amigo y con él puedo hablar de todo lo que me atormenta y me sobrepasa sin temor a ser juzgada, pero sencillamente no puedo contarle cómo me siento con respecto al regreso de Dante.
—Ya regreso— dije mientras me ponía de pie. —Ya tengo el baúl lleno—
Ambos reímos ante mi forma de expresar que necesito ir al baño.
—¿Necesitas que te acompañe?—
—No hace falta. Aunque ya está haciendo efecto el vodkat en mí, Soy lo suficientemente capaz para caminar por mi cuenta—
—Si, si, ve tranquila. No me iré a ningún lado—
Caminé por el pasillo cuando choqué con otro cuerpo. Me disculpé de inmediato sin levantar la mirada, Pero me arrepentí al instante cuando lo hice al ver quién estaba justo delante de mí.
—¿Cielo saltos, Dante. Estás hasta en mis pesadillas. ¿También tenía que encontrarte aquí?—
—Eso debería decirlo yo... ¿Acaso me estás siguiendo?
—¡Ay, Por favor! Estaba lo más de tranquila y mi noche parecía normal, hasta que apareciste tú. ¿Porque insistes en querer arruinarme todo? ¿Porque no te vas?— puse mi mano sobre su pecho y lo golpeé varias veces con suavidad. —Todo estaba bien antes de que regresaras—musito.
Tomo mi mano y la envolvió entre la suya llevándose esta a su boca, dejando un delicado beso en ella al tiempo que me daba una pequeña sonrisa que alteró los latidos de mi corazón.
—Asi le pidas a las estrellas fugaces, no me iré nunca más de aquí mi pequeña conejita—
—¿Porque me haces esto? ¿Que quieres? Pídeme lo que quieras, pero no me des ese castigo tan severo—
—¿Si eres consciente de lo que me estás diciendo?—
—Muy consciente de como me llamó Ela West—
—De acuerdo— Sonrió y se acercó más a mi. —Dame un beso y puedo estar cumpliendo todos tus deseos—
—No caeré en tu juego, no estoy tan borracha como para cometer tremenda estupidez—
—¿Que prefieres? ¿Darme un beso? ¿O tenerme junto a ti hasta el último día de tu vida?—
Sus palabras me resultaban curiosas, me mantuve en silencio porque ambas propuestas suenan tan atractivas y descabelladas a la vez. Solo de pensar en que pueda tener sus labios una vez más sobre los míos, hace que el calor de mi cuerpo incremente creando una ola de pasión en mí.
No me había dado cuenta de que estábamos tan cerca hasta que lo miré directamente a los ojos y ese color tan atractivo grisáceo me envolvió en su red. De inmediato me olvidé hasta que quería ir al baño.
Lo soñé tantas veces a mi lado, que hoy que lo tengo creo que es una ilusión, ya no tengo más nada que imaginar.
Anhelaba un mundo entero a su lado, pero no hubo interés alguno de su parte y yo ya no supe dónde más buscarlo.
Un beso y unas palabras que se las llevó el viento es lo único que guardo con recelo en mi corazón, pero no son tan fuertes para volver a sentirme como hace años atrás.
—Prefiero vete hasta el último día de mi vida, antes que darte un solo beso— le aseguré con mi dedo casi en su rostro y asintió. —Ahora, largo de mi vida y de mi vista, estoy disfrutando de una noche maravillosa con mi novio—
Como las ganas de ir al baño se me habían quitado, regresé a toda prisa con Mais, dejando a Dante con la palabra en la boca.
Mi corazón latía apresurado y sentía que por mis venas corría adrenalina pura. Acabo de decir una mentira y, aunque soy consciente de que hice muy mal en decírselo, debo confesar que me gustó esa expresión desconcertante que puso Dante.
—¿Que sucede?— Mais se puso de pie en cuanto me vio llegar casi que corriendo y me colgué en su cuello, acercándome tanto a su rostro que se congeló por unos instantes. —¿Que pasa? ¿Sucedió algo en el baño? ¿Por qué vienes tan alterada y extraña?—
—No digas nada, y solo sígueme la corriente Por favor—
Me acerqué un poco más a él y sus labios quedaron muy cerca de los míos.
—¿Por qué, vas a besarme?—
—¿Te molestarías conmigo si lo hiciera?—
Soltó una risa nerviosa, abrazando mi cuerpo entre sus brazos para apartarme, pero apreté más me agarre, pidiéndole con la mirada que no me soltara.
—¿El licor te hizo daño al cerebro o qué? ¿Que te pasa? Estás actuando muy extraño. Eres preciosa Y estoy seguro de que muchos hombres desearían probar esos labios no apetecibles y rojos que tienes, pero es que no te me antojas ni tú, ni ninguna otra mujer—
—Lo se, solo que...— descansé la frente en su pecho y solté una carcajada, burlándome de mí misma. —Estoy actuando como si estuviera loca, ¿No es así?—
—Si, y me estás asustando—
—Ese es el efecto de Dante. Aparece en mi vida Y en cuestión de segundo todo lo vuelve un completo caos—
—¿Debo preocuparme? Eres mi mejor amiga y te quiero mucho, Pero estos cambios tan abruptos no son nada normales en ti—
—El está aquí, siguiéndome mis pasos. Estoy más que segura de que me siguió. Pero no sé por qué razón, y sin querer le dije que eras mi novio—
—¿Que? ¿Estás loca?—
—No se qué ocurre conmigo últimamente. Me desconozco, esta mujer no soy yo. Lo lamento Pero todo es culpa de ese cretino, ¿Porque decidió volver justo ahora? No debió regresar nunca más. ¿No crees eso? Todos estábamos muy bien sin su presencia. No hacía falta en ningún aspecto.—
—Toma un respiro, mujer— me apartó de su cuerpo, frunciendo el ceño. —Estas muy ebria, divagando y hasta yo creo que alucinando. Mejor te llevo a casa, te das un buen baño y te acuestas a dormir, con eso te olvidas de tu adorado tormento—
—Es lo qué más he querido en la vida, olvidarme de ese hombre pero en tantos malditos años no he podido hacerlo— lancé un grito, volviendo a refugiarme en los brazos de mi mejor amigo. —Lo odio tanto, pero me siento extraño y confundida ahora que regresó—
—Vayamos a casa, mi amor— tomó mi rostro entre sus manos y dejó un beso en mi nariz. —Estas confundida, enamorada, contrariada y muy ebria—
—No estoy enamorada, ese amor conmigo ya no va—
—Por más que lo digas de diente para afuera, tienes que ser sincera contigo misma y aceptar que ese hombre te sigue moviendo el piso. Pero como eres bien terca y orgullosa nunca lo vas a aceptar, así estés muriendo por lanzarte en sus brazos—
Pocas veces mostraba mi debilidad, y que fuera de mí aparentaba prepotencia, mientras que por dentro había una mujer llena de sentimientos y deseos. He deseado un amor bonito por años, un buen hombre que me ame y me valore por lo que soy y no por lo que tengo, pero en las pocas relaciones que he tenido me he llevado crueles decepciones. No ha habido un solo hombre que llegue a mí por segundas intenciones, el único ha sido Ethan pero por más que he intentado amarlo no he podido...
