Renací en un mundo mágico para ser feliz
entre mis pociones...
El mundo mágico también incluye las novelas
1) Cambiaré tu historia
2) Una nueva vida para Lilith
3) La identidad secreta del duque
4) Revancha de época
5) Una asistente de otra vida
6) Ariadne una reencarnada diferente
7) Ahora soy una maga sanadora
8) La duquesa odia los clichés
9) Freya, renacida para luchar
10) Volver a vivir
11) Reviví para salvarte
12) Mi Héroe Malvado
13) Hazel elige ser feliz
14) Negocios con el destino
15) Las memorias de Arely
16) La Legión de las sombras y el Reesplandor del Chi
17) Quiero el divorcio
18) Una princesa sin fronteras
19) La noche inolvidable de la marquesa
20) Ni villana, ni santa
21) Salvando a mi Ernesto
22) Cartas para una princesa
23) Ya te olvidé
24) Dulce Prisión
** Todas novelas independientes **
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Charles Langley
Tiempo despues, en la zona norte del imperio, comenzaron a llegar rumores extraños. los niños del ducado de Langley enfermaban de una manera que nadie entendia, tosian sin parar, les salian manchas rojas en la piel y les costaba respirar. los doctores locales pensaban que era una fiebre comun, pero pronto descubrieron que todos los afectados tenian algo en común.. una extraña alergia al polen de las flores.
Aquello era un misterio, porque las tierras del norte siempre habian sido famosas por sus jardines y por los campos llenos de flores que crecian gracias a la magia de su duque, Charles Langley, un hombre alto, de cuerpo delgado, cabello rubio como el trigo y rostro de facciones finas, casi demasiado perfectas.. tenia una elegancia natural, de esas que no necesitaban corona ni capa. hablaba siempre con voz suave y miraba a los demas con una calma que hacia olvidar los problemas, aunque por dentro estuviera preocupado.. su magia era la de tierra y madera, una combinacion rara y poderosa. gracias a ella podia hacer crecer un bosque en dias, curar una planta marchita con solo tocarla o detener una plaga antes de que arruinara una cosecha. bajo su mando, el ducado habia prosperado, y la gente lo respetaba profundamente.. pero ahora todo aquello parecia volverse contra él. las flores que tanto habia protegido eran las que enfermaban a los niños, y por primera vez en años, los jardines de Langley eran vistos con miedo.. el duque pasaba las noches caminando por sus invernaderos, tocando las hojas una por una, intentando sentir algo anormal, pero nada parecia fuera de lugar. aun asi, el aire estaba diferente… mas pesado, como si algo invisible estuviera contaminando la vida misma.. con el ceño fruncido, Charles decidio enviar cartas a varios alquimistas y magos del imperio, buscando ayuda. no podia permitir que su pueblo siguiera sufriendo, no mientras las flores que él mismo alimentaba se volvieran un peligro..
La princesa Bella Volt, conocida por su don de magia de agua, habia acudido al llamado del duque Langley apenas supo de la situacion. su magia era pura y serena, capaz de sanar heridas, limpiar toxinas y calmar fiebres con solo posar sus manos. Durante semanas recorrió el ducado junto a su esposo atendiendo a los niños enfermos, y donde pasaba, las risas volvían, los pulmones se abrían y el color regresaba a las mejillas.. pero el alivio duraba poco. cuando la princesa partia hacia otra aldea, los síntomas regresaban, a veces incluso con más fuerza. las flores seguían liberando su polen y nadie sabia por qué el aire mismo parecía haberse vuelto venenoso.. el duque Charles comenzó a desesperarse en silencio. no dormía, apenas comía, y pasaba las noches frente al mapa de su territorio, buscando una explicación. había intentado todo lo que su magia de tierra podía ofrecer.. limpiar el suelo, purificar las raíces, bendecir los ríos… pero nada cambiaba.. necesitaba algo diferente, una mente fuera de lo común.. fue entonces cuando uno de sus consejeros, un hombre mayor que había viajado por todo el imperio, mencionó algo curioso durante una reunión..
—mi señor, he oído hablar de la hermana menor de Uriel Rackman. dicen que la muchacha crea pociones que salvan y envenenan, que puede mezclar luz con toxinas sin morir en el intento.
Duque: ¿magia de luz y pociones? ¿de la familia Rackman?
—sí, mi señor. vive cerca del puerto, bajo el mando del mismo Uriel. su nombre es Ursula Rackman, y según cuentan, sus inventos ya se usan en varios puertos para detectar venenos en el agua y el aire.. e incluso usa los mismos venenos para sanar..
el duque se quedó pensativo. el nombre le sonaba vagamente familiar.
Duque: una magia que usa venenos para sanar.. tal vez ella sea la clave.
y así, sin dudarlo más, Charles ordenó preparar su caballo debía contactar con la joven Rackman, sin importar la distancia o el precio.
Cuando el duque Charles Langley llego al puerto Rackman, el viento del mar golpeó su rostro con un olor salado y húmedo. no era un hombre acostumbrado al mar, pero su determinación lo mantenía firme. apenas puso un pie en el muelle, preguntó por Ursula Rackman, la joven que buscaba.
—la señorita Ursula esta en el puerto, mi señor —respondió un marinero apresurado—. está ayudando a sus hermanos… unos ladrones intentaron asaltar una de las bodegas.
Charles arqueó una ceja, sorprendido.
[¿una dama peleando contra ladrones?]
Sin perder tiempo, se dirigió hacia el bullicio que se oía más adelante.
al doblar la esquina de los almacenes, la escena lo dejó sin palabras.. allí estaba Ursula Rackman, en medio del caos, moviéndose con una elegancia feroz. su cabello castaño se agitaba con el viento, atado a medias, con algunos mechones pegados a su rostro por el sudor. llevaba pantalones de cuero oscuro y una camisa arremangada, las manos cubiertas con guantes de trabajo. en una de ellas sostenía un pequeño frasco, y en la otra, un polvo brillante que lanzaba al aire con precisión perfecta.. cada vez que aquel polvo tocaba a un enemigo, el hombre se detenía en seco, con los ojos muy abiertos, completamente paralizado. Ursula se movía entre ellos con calma, sin miedo, observando los efectos y murmurando para sí misma.
[dosis controlada, tiempo de reacción… perfecto]
Charles se quedó mirándola, fascinado. no era solo su belleza lo que lo impresionaba, sino la mezcla de inteligencia, audacia y control que emanaba de ella. no había duda.. esa mujer era distinta a cualquiera que hubiera conocido.
cuando los últimos ladrones fueron reducidos y los guardias los ataron, Ursula se giró, limpiándose las manos en el pantalón. su mirada se cruzó con la del duque, que aún la observaba.
Ursula: ¿y usted quién es?
Duque: Charles Langley, duque del norte. vine a buscarla, señorita Rackman. parece que el destino quiso que la viera en acción antes de presentarme.
Ursula: entonces espero que le haya gustado el espectáculo.
Duque: me ha dejado… sin aliento
Ursula: no suelo causar ese efecto, pero lo tomaré como un cumplido.
El duque la vio montar su caballo dejando sin palabras..
ya no puede hablar, que disfrute al duque
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