⚠️Cuarto libro de la saga Lobo ⚠️
EN EMISIÓN
Siempre hemos visto que es el cazador quien persigue a la presa para atraparla y devorarla, Pero aquí será la presa quien persiga al cazador para que la atrape, la devore y viceversa.
Yo siempre obtengo lo que quiero y él, no será la excepción. Dirá muchas que “no” Pero yo diré mil veces que sí.
Me meteré en su vida para tirar abajo sus barreras, me convertiré en un desierto para derretir el hielo de su corazón, haré que rompa sus reglas de oro y se olvide de ellas hasta convertirme en su deliciosa perdición.
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Ascensor.
BASTIAN.
Tomo una fuerte bocanada de aire mientras corro en medio del bosque lleno de árboles que está al sur de la mansión. Desde las cinco y media de la mañana estoy haciendo ejercicio junto a mis perros, que más que mis mascotas son mis compañeros. Káiser va delante de mí, Bruiser atrás, Raven a mi derecha y Titan a mi izquierda. Con ellos a mi lado no necesito a ningún guardaespaldas cuidando de mí; con su cercanía es muy difícil que alguien se acerque a mí sin que ellos lo despedacen.
Nos detenemos en el patio trasero de la casa, y a pocos pasos puedo ver a Leonel hablando con uno de los entrenadores de mis canes.
El otro entrenador se acerca con agua para mis compañeros, pero se ponen en posición de ataque cuando Leonel se acerca.
_Tranquilos muchachos _. les hablo en alemán. Pero aunque no se muevan de sus sitios, sí le pelan los colmillos al hermano de mi padre.
_ ¿Estos malditos perros no irán a querer nunca? _ bufa, Leonel alejándose un par de pasos.
_Yo creo que no; llevan cinco años viéndote y aún no te quieren cerca. digo para luego tomarme una botella de agua completa.
_ Parecen tontos. ¿Podemos hablar un momento tú y yo sin tus canes? _ inquiere Leonel, metiendo sus manos en los bolsillos de sus pantalones. Asiento con la cabeza y les hago señas a los dos entrenadores para que se hagan cargo de mis perros.
_ Denle su desayuno, una buena porción de carne jugosa. _índico.
_ Sí, señor, responden ambos entrenadores al mismo tiempo. Acaricio la cabeza de mis cuatro compañeros antes de que se los lleven, y antes de irse por completo, le vuelven a gruñir a Leonel.
Mientras caminamos lado a lado hasta el interior de la casa, Leonel me plática algunas cosas del trabajo y luego lo de la dichosa fiesta.
_Ya está todo listo; la fiesta será el próximo sábado en la mansión del suroeste, me informa, y asiento. _ ¿No invitaremos a las hijas de los Lobo? consulta mirándome de lado.
_ No, voy a buscar esposa, no una amiga; las hijas de los Lobo no cumplen con mis requisitos. _ dejo claro.
_ Aurora y Jazmín son muy hermosas.
_ Lo son, eso no se puede negar, pero sabes perfectamente que no me gusta mezclar lo personal con lo laboral y que ambas son muy jóvenes para mí; a una le llevo diez años y a la otra como quince.
_ Está bien, será como quieras. No comparto tus ideas, pero ¿qué más se puede hacer? ¿Qué harás ahora? Después de desayunar.
_ Partiré a Italia; quiero ver a mi hermana y a mi madre. _ Leonel asiente. _ Quedarás a cargo; verifica que el nuevo cargamento esté en perfectas condiciones para partir a su destino.
_ Claro que sí, sobrino, ve tranquilo a tu viaje, yo me haré cargo de todo.
_ Y por favor, Leonel, sal a buscar mujeres de otras partes para føllar; no quiero que sigas føllándøte a las empleadas de esta casa ¿Quedó claro?
_ Ah, tú sientes aguafiestas, no føllas ni dejas føllar a uno. Yo que pensé hacer una orgía en tu ausencia. _ lo miró seriamente, y él borra su sonrisa. _ Okay, okay, ya entendí, no debo follarme a tus empleadas.
_ Subo a mi habitación y me doy una ducha larga y relajante, luego salgo y me visto con un traje azul sin corbata, tomo un abrigo y, luego de aplicarme perfume, salgo en busca del comedor para desayunar algo sencillo en compañía de un batido verde.
_ El avión está listo para partir cuando usted quiera, señor. _ Me informa Frederick.
_ En cinco minutos salimos, _ le dejo saber.
Cerca de las once de la mañana llegamos a Milán; mis guardias se bajan primero para inspeccionar la zona, y cuando verifican que todo está en orden, bajo para ingresar al vehículo blindado que me llevará al edificio donde vive mi hermana menor. El recorrido hasta el edificio lo hacemos en media hora gracias al buen tráfico de hoy. Ava hoy no está trabajando; me contó mamá que estaban horneando un pastel.
Entramos al estacionamiento subterráneo, me bajo del auto y busco el ascensor que me llevará al Penthouse de Ava, e ingreso solo con Frederick, quien lleva mi pequeña maleta. Mi tablet suena con una nueva notificación y la desbloqueo para ver qué es. Entonces un aroma peculiar llega hasta mi olfato, levanto la vista de mi tablet encontrándome con esos peculiares ojos grises, una sonrisa dulce, y ese movimiento de pestañas que podría hipnotizar a cualquiera; espabilo para poder ver bien.
_ ¿Puedo subir junto a usted, señor Becker, hasta el Penthouse de Ava? _ La dulce melodía de esa voz despierta una sensación en mí que no puedo describir con claridad en este momento.
_ Adelante, señorita lobo, puede subir. _ le indico con un ademán. Entra a la cabina y se posa a mi lado luego de hacerle seña a sus dos guardaespaldas para que la siguieran, y cuando la cabina del ascensor se cierra, el olor de su perfume aumenta más. De pronto, en el silencio de este momento, me veo observando de reojo sus largas piernas envueltas en medias y ese vestido azul que le llega un poco más arriba de la rodilla y que tiene un escote discreto pero a la vez muy sensual. Me siento incómodo cuando una pulsación en mi entrepierna me alerta; niego inmediatamente. _ No, no puede ser. _ me digo a mí mismo. _ Es una chiquilla y es la hija de uno de mis socios; recuerda que la odias y no es tu tipo.
_ ¿Viene a trabajar con mi hermana a esta hora a su Penthouse? _ Indago rompiendo el silencio.
_ No, solo vine a hacerle una visita. Ava y yo nos hemos vuelto muy cercanas desde que comenzamos a trabajar juntas. También, Sabine me ha invitado a probar el pastel que ella y Ava han hecho _ me explica. Me mira bajo sus largas pestañas mientras lame sus labios de una forma que debería ser prohibida. “¡Maldita chiquilla del demonio como la odio!”
No puedo evitar apreciar el dulce tono de su voz, y no sé en qué momento me veo comparando la dulzura de su voz con la sensualidad de la voz de aquella mujer que tuve toda una noche en un club privado; me veo comparando unos ojos grises con unos verdes que incendiaron todo mi cuerpo con una sola mirada.
Que calor con esa foto y el encuentro en puerta quien diría que no con Bastian voy hasta el mismo infierno..🥵🥵🥵🤤🤤👍🥰
Más capítulos por favor 🙏.
Estoy como el señor Alemán insaciable.