EL APRENDIZ DE LA MUERTE

En cuanto Haniel llegó a la casa, su hermana Sofía y su madre Monserrat se abalanzaron sobre él, abrazándolo con fuerza.

"Haniel, estamos tan felices de que estés bien", dijo su madre, llorando de alegría. "Habíamos estado intentando comunicarnos contigo, pero no podías contestar. Estábamos tan preocupadas".

Haniel se sintió abrumado por la emoción, pero antes de que pudiera responder, su madre se apartó un poco y le dijo:

"Él está vivo, Haniel. Y creo que sé lo que quiere. Lo que se le robó a nuestra familia".

Sofía se sorprendió tanto como Haniel. "¿Cómo sabes eso, mamá?", preguntó.

Su madre se encogió de hombros. "Lo supe desde el principio. Pero no podía decir nada".

Haniel se sintió como si hubiera recibido un golpe. "¿Qué quieres decir?", preguntó.

Sofía confirmó la afirmación de su madre. "Es cierto, Haniel. Papá está vivo. Y me salvó la vida hace unos días".

Haniel se sintió como si estuviera viviendo una pesadilla. No podía creer que su padre estuviera vivo después de todo este tiempo. Habían pasado 10 años desde que se le había dado por muerto, habían celebrado un funeral... todo había sido una mentira.

"¿Cómo es posible?", preguntó Haniel, sintiendo que su mundo se derrumbaba.

Su madre se encogió de hombros. "No lo sé, Haniel. Pero lo que sí sé es que tu padre es un hombre peligroso. Y ahora que sabe que estás involucrado en esto, no parará hasta que consiga lo que quiere".

Monserrat tomó aire y comenzó a explicar su experiencia. "Fue en la mañana, después de despertar. Me levanté para tomar mis pastillas para el cáncer, como siempre. Pero cuando las conté, me di cuenta que no eran la cantidad correcta. Me sentí muy confundida y asustada".

Sofía y Haniel se miraron entre sí, preocupados.

"Y entonces me acordé de que la chapa de la puerta trasera de la casa estaba rota", continuó Monserrat. "Me di cuenta de que alguien había estado en la casa mientras dormía. Y en ese momento, supe que era Marcos. Me había estado manipulando las pastillas, tratando de envenenarme".

Haniel se sintió un escalofrío al escuchar las palabras de su madre.

"Llamé a mi farmacéutico y me confirmó que la dosis que me habían dejado preparada era letal", dijo Monserrat, con lágrimas en los ojos. "Me salvé por poco. Y en ese momento, supe que Marcos estaba vivo y que no pararía hasta que consiga lo que quiere".

Sofía tomó aire y comenzó a explicar su experiencia. "Recuerdo que encontré una carta en la puerta principal de la casa, estaba cifrada y no sabía qué significaba. Me tomó varios intentos descifrarla, pero finalmente lo logré. Decía: 'Siempre he estado cerca de ti, cuidándote en todo momento. Aunque para ti solo sea un fantasma'".

Monserrat y Haniel se miraron entre sí, intrigados.

"No sabía qué significaba ni quién la había escrito", continuó Sofía. "Pero me dio miedo. Me sentí como si alguien me estuviera vigilando todo el tiempo".

Haniel asintió, recordando la sensación de ser vigilado que había experimentado él mismo.

"Después de eso, fui a Plaza Fiesta a comprar una cámara", continuó Sofía. "Y me siguieron hasta los baños. Un hombre intentó abusar de mí en uno de los cubículos, pero justo cuando iba a hacer algo, escuché a alguien entrar en los baños y atacar al hombre. Nunca supe quién fue, pero el hombre que me quería atacar estaba muerto."

Monserrat se cubrió la boca con la mano, horrorizada.

"Luego, en la escuela, uno de los chicos que me molestaba me dijo que el fantasma estaba cerca", continuó Sofía. "Me dio miedo, pero no sabía qué significaba. Hasta que abrí mi locker y encontré una nota que decía 'Corre a casa, posiblemente tu madre esté muerta'".

Haniel se sintió un escalofrío al escuchar las palabras de su hermana.

"En ese momento, no sabía qué significaba", dijo Sofía. "Pero ahora entiendo. Se refería a ti, mamá. A que podrías haber sido envenenada".

Haniel les contó su experiencia, con voz temblorosa y lágrimas en los ojos. "El detective que me estaba ayudando con el caso de las chicas desaparecidas... estaba trabajando para papá. Marcos lo estaba chantajeando con su hija, que tiene secuestrada. Me dijo que si no hacía lo que él quería, la mataría".

Monserrat y Sofía se miraron entre sí, horrorizadas.

"Todo lo que estuve investigando, todo lo que estuve haciendo... fue una mentira", continuó Haniel. "El detective estuvo detrás de todo. Estuve a punto de morir hoy, mamá, Sofía. Pero Max me salvó la vida. Me dio el tiempo suficiente para defenderme y terminé matando al detective Rodríguez en defensa propia. Pero Max murió debido a las heridas de bala".

Monserrat se cubrió la boca con la mano, conmocionada.

"Y después, papá me llamó", continuó Haniel. "Me dijo que tengo que seguir el juego que él me está imponiendo. Que tengo que jugar y que si no gano, ustedes sufrirán las consecuencias".

Sofía se levantó de su silla, enfadada. "No vamos a dejar que te haga daño, Haniel. No vamos a dejar que te manipule".

Monserrat asintió, con determinación. "Tenemos que hacer algo, Sofía. Tenemos que detener a Marcos antes de que sea demasiado tarde".

Haniel les dijo, con determinación en su voz. "Estoy obligado a jugar, no tengo otra opción. La vida de Valeria, la hija del doctor Rodríguez, está en peligro. Ella es inocente en todo esto, al igual que ustedes dos. No merecen salir dañadas por culpa de papá".

Monserrat y Sofía se miraron entre sí, preocupadas.

"Tenemos que hacer algo, Haniel", dijo Sofía. "No podemos dejar que te haga daño".

Haniel asintió. "Lo sé, pero necesito investigar más sobre la supuesta muerte de papá. Necesito saber dónde está y qué planes tiene".

Monserrat se levantó de su silla. "Está bien, Haniel. Haz lo que necesites hacer. Pero ten cuidado, por favor".

Haniel asintió. "Lo tendré, mamá. Y necesito que ustedes dos se mantengan a salvo, por favor. No quiero que salgan dañadas por culpa de papá".

Sofía asintió. "Está bien, Haniel. Nos mantendremos a salvo. Pero ten cuidado, hermano".

Haniel asintió y se levantó de su silla. "Lo haré. Voy a averiguar dónde está Marco y voy a detenerlo, no importa qué tenga que hacer".