La Esposa Favorita del Señor Alexander

Disy se sentía orgullosa. Estaba segura de que lo que había hecho en el centro comercial heriría gravemente a Bella. Esperaba que la cara de la mujer quedara desfigurada para que Al sintiera asco.

"Tengo curiosidad por saber qué le pasó. Pero es una pena que no haya noticias en ningún sitio".

Al y Devan ocultaron deliberadamente el accidente. La familia Wesley, especialmente Al, no quería ser el centro de atención.

"Pero no importa. Estoy segura de que a esas dos mujeres no se les hará fácil pasar el día de hoy". Disy se rió feliz. "Será mejor que vaya a un club esta noche. Sí, necesito divertirme".

Por desgracia para Disy, no sabía que después de esa noche su vida no volvería a ser la misma.

"¿Qué vas a hacerle a esa mujer?"

"Hacer que su familia la repudie y que se convierta en el centro del odio de la gente."

Devan asintió con la cabeza en señal de comprensión. En realidad, tenía muchas ganas de acabar con Disy por atreverse a tocar a su esposa. Pero, como la víctima principal era la esposa de su hijo y a la vez su nuera, Devan dejó que Al se encargara de la venganza esta vez.

"Muy bien. No la dejes vivir en paz a partir de mañana".

"Descuida, papá".

Dicho esto, Devan salió de la habitación del hospital de Bella, dejando a Al dentro. Tenía que volver enseguida porque Alana le esperaba en casa.

Sí, Devan y Al obligaron a Alana a volver porque no querían que se pusiera más triste. Al menos en casa la mujer podría estar un poco más tranquila al no ver el estado real de Bella, que ya había recuperado el conocimiento.

Al, abandonado por su padre, ordenó inmediatamente a Alex que se ocupara de Disy esa noche. Tenía que destrozar a la mujer por atreverse a tocar a su madre y a su esposa.

"Haz lo que te he dicho".

"Sí, señor. ¿Y qué pasa con la familia Darwin?"

"¿Ya has investigado lo que te pedí?"

"Sí, señor. Como usted sospechaba".

"¿Eso me va a dar problemas?"

"No, señor. Ese hombre sabe con quién se puede meter y con quién no".

"Entonces deja que disfrute de la familia Darwin".

"Sí, señor".

A las seis de la mañana, Disy abrió los ojos. Miró a su alrededor y empezó a sentir que la habitación en la que dormía no era la suya. Sin tiempo a reponerse de la sorpresa, la puerta de la habitación se abrió de golpe y varios medios de comunicación comenzaron a cubrir su estado, sin ropa, sólo cubierta por una sábana.

Disy no sabía cómo había podido pasarle aquello. Sólo recordaba el momento de la noche anterior, cuando había ido al club con sus amigos y había bebido alcohol para divertirse.

"Señorita Disy, ¿puede explicarnos cómo ha terminado en el apartamento del señor Daston?".

"Es cierto. También hemos visto noticias populares en las redes sociales sobre usted."

"Un vídeo subido de tono que se emitió en directo a través de su cuenta de redes sociales. ¿Puede explicarnos por qué hizo eso?"

"Puede que este país sea muy abierto y que tu comportamiento esté bien si es con un hombre soltero. Pero el señor Daston está casado y tiene dos hijos. ¿Es usted su amante?"

"Actúas como si fueras una santa, pero en realidad sólo eres una amante".

"Por favor, díganos cuánto tiempo hace que usted y el señor Daston mantienen una relación. ¿Qué pasó después de su regreso a este país? ¿O ya mantenían una relación antes de su regreso?".

La cara de Disy palideció. Ya no quedaba ni rastro de su arrogancia habitual; estaba segura de que su reputación quedaría destrozada después de ese día.

"¡No! Todo es mentira. Me tendieron una trampa y no tengo ninguna relación con él ni soy su amante". El objetivo de Disy ahora era huir. Tenía que pedir protección a su familia o su vida se arruinaría si los periodistas seguían presionándola.

"Si es cierto que te tendieron una trampa, dinos quién crees que fue".

"Es cierto. Después de todo, en la retransmisión en directo de anoche no parecía que te obligaran ni te drogaran. Todo parecía muy natural, como si lo hubierais hecho muchas veces".

Vagamente, Disy empezó a recordar lo que había pasado la noche anterior.

Se sentía muy feliz después de convencerse de que Bella sería odiada por Al. Bebió demasiado alcohol hasta que se desinhibió por completo, y encima se encontró con su exnovio.

Sí, Daston era su novio y a la vez su 'sugar daddy' mientras estudiaba en el extranjero.

No es que la familia Darwin no le diera mucho dinero para sus gastos. Pero Disy era muy liberal, le gustaba hacer cosas fuera de los límites y acabó enamorándose perdidamente de un hombre de 40 años cuya fortuna superaba a la de la familia Darwin.

Daston no era un viejo feo, gordo y barrigón. Era un hombre maduro y seductor. Por eso Disy aceptó ser su amante sin que nadie lo supiera. Sólo ellos dos lo sabían.

Así que Disy no lo admitiría aunque hubiera pruebas. Además, sólo estaban especulando. Una vez que la noticia pasara, nadie podría olfatear su relación con su antiguo amante.

"Bella. Esto debe de ser obra de la tal Bella". Por suerte Daston no estaba en el apartamento, así que Disy pudo acusar a Bella de ser la autora.

"¿Bella? ¿Quién es ella? ¿Por qué te tendió una trampa, señorita?"

"¿Qué le has hecho para que esa tal Bella te tienda una trampa?"

"Por favor, díganos de qué familia es esa tal Bella, señorita".

"Será mejor que no acuses a otras personas sólo porque quieras limpiar tu nombre".

Disy miró con odio a los periodistas. Nunca antes la habían tratado tan mal y sentía muchas ganas de destrozar las carreras de esos periodistas.

Mientras Disy intentaba zafarse de la multitud de periodistas, apareció de repente una persona inesperada.

La esposa de Daston entró con el rostro enfadado. No se esperaba que su amado marido tuviera una amante y no se enteró hasta después del escándalo de la noche anterior.

Dio la casualidad de que alguien, cuyo nombre no se mencionó, envió numerosas pruebas de la infidelidad de su marido con Disy, la hija de la familia Darwin, bastante conocida en la capital.

Fotos subidas de tono entre su marido y Disy. Y luego extractos de la cuenta bancaria a nombre de la secretaria de su marido que enviaba grandes cantidades de dinero a la cuenta de Disy. Amora estaba furiosa.

"¡¡¡Descarada!!! Cómo te atreves a seducir a mi marido".

El giro de los acontecimientos sorprendió a todos. La aparición de Amora les confirmó que Disy era una amante y que el escándalo de la noche anterior era cierto, no una trampa como Disy acababa de afirmar.

Cualquier mujer se enfadaría si se enterara de que su marido tiene otra mujer. Amora no era una excepción, y con todo tipo de reproches tiró directamente del cuerpo de Disy hasta que cayó bajo la cama. Por suerte, la sábana seguía protegiendo la parte inferior de su cuerpo, o Disy se habría expuesto completamente desnuda.

Aunque era indignante y alguien debería haber ayudado a Disy a cubrirse, los periodistas no hicieron nada de eso. Estaban ocupados grabando y presenciando la pelea entre la amante y la esposa legítima.

No contenta con la caída, Amora tiró del pelo de Disy hasta que la mujer lloró de dolor. Quiso defenderse, pero no pudo porque Amora era muy fuerte.

"¡¿Eso es doloroso, maldita sea?! Yo soy la que ha descubierto que mi marido me engaña y mis dos hijos corren el riesgo de quedarse huérfanos. ¿Sabes lo mucho que me duele el corazón?". Amora también lloraba. Amaba mucho a su marido, pero resultó que su amor se vio correspondido con una traición.

"Ya hemos terminado. No hay ninguna relación y lo de anoche no fue cosa mía". Disy estaba segura de que no tenía intención de seducir a Daston. Sin embargo, no entendía cómo había podido acabar en la cama, y encima en el apartamento de Daston.

Al ver que Disy estaba a punto de desmayarse, algunas mujeres periodistas decidieron detenerla o Amora y todas ellas acabarían en comisaría.

"Ya está bien, señora. Si sigue así, acabaremos todas en comisaría".

"Es cierto. Aunque la apoyamos para que le dé una lección a una amante, no deje que tenga que vérselas con la policía mientras su amante y su marido se divierten con su sufrimiento".

"Piense también en sus hijos y en su familia, señora. La necesitan".

Amora finalmente se detuvo. Los periodistas tenían razón, tenía que seguir libre para poder vengar su dolor.

"Voy a hacerte la vida imposible, Disy. Espérate". Antes de irse, Amora sacó una carpeta de su bolso y la tiró al suelo, abriéndola y mostrando fotos subidas de tono entre Disy y su marido.

Todos los ojos que vieron las fotos se sorprendieron aún más, pero no desperdiciaron la oportunidad. Tomaron fotos para usarlas en las noticias del escándalo de la hija de la familia Darwin y luego salieron de la habitación, dejando a Disy tumbada en el suelo del apartamento.

...

Al igual que el estado de Disy, la situación de la familia Darwin no era diferente. Incluso el señor Darwin, que tanto quería a su hija, ahora la odiaba.

El negocio familiar quebró de repente. El escándalo de su hija con Daston y los accionistas que de repente vendieron sus acciones a precios muy bajos a los competidores fueron la causa de la ruina.

"¿Cómo ha podido ofender a la familia de la señora Amora? Me entran ganas de matar a esa chica". El señor Darwin sabía que la familia de Amora era una de las causas de la ruina de su familia.

"¿Crees que sólo la familia de la señora Amora está atacando a la familia Darwin?". Dijo el sobrino del señor Darwin.

"¿Qué quieres decir?"

"El señor Alexander es el verdadero artífice de la ruina de esta familia, tío. Si quieres saber por qué, pregúntale a tu hija qué le ha hecho a la esposa y a la madre del señor Alexander".

El señor Darwin se quedó atónito. En realidad, no sabía del todo lo que había hecho Disy en el centro comercial. Su mujer sólo le dijo que Disy había hecho caer accidentalmente por las escaleras a la amante de un viejo feo.

"El incidente del centro comercial de hace dos días. La víctima no era una amante, sino la futura señora de la familia Wesley. Tu hija incluso insultó a la señora Alana. Imagínate lo enfadado que debe de estar ahora el señor Alexander".

El cuerpo del señor Darwin se debilitó. Se desplomó en el suelo, arrepintiéndose de su decisión de llevarse a su hija a la reunión de hacía un rato.

Si no se hubiera llevado a Disy, su hija no habría conocido a Alexander. Incluso se sintió agradecido por la ayuda de la misteriosa mujer que apareció y le salvó la vida a su hija en aquel momento. Pero al final estaban acabados y la culpable era su propia hija.

"¿Cómo lo sabes? ¿Por qué tu tía no me dijo nada?".

"Analicé las imágenes de las cámaras de seguridad y descubrí que la mujer que estaba al lado de la esposa del señor Alexander era la señora Devan, la madre del señor Alexander".

El señor Darwin estaba furioso con su mujer y su hija. ¿Cómo era posible que no reconocieran a la esposa del cabeza de familia de los Wesley?

"Entonces, ¿quieres que mis pequeños negocios se hundan con los cambios de la familia o me los das? Puedo hacerlos crecer, pero con la condición de que firmes una declaración jurada de que los negocios están en mis manos. No te preocupes, te daré un diez por ciento de los beneficios".

"¿Así que esa era tu intención?". El señor Darwin comprendió finalmente que su sobrino tenía intenciones ocultas con su familia.

"Sí, ¿acaso tienes otra opción?".

Era cierto, ya no tenía elección. Si seguía aferrándose al resto, era posible que Alexander también los destruyera.

"Está bien, te los daré".

"Estupendo. Gracias, tío". El joven sonrió con malicia. Por fin podía tener su propio negocio sin tener que pensar en grandes cantidades de dinero para ponerlo en marcha.