La Reina Sucia

El Rey notó el acercamiento de la princesa le causó gracia sin embargo se sintió muy bien cenaron juntos y luego el rey propone salir a caminar al jardín.

Esta se había convertido en una de sus rutinas preferidas porque estando allí a solas y en un hermoso lugar podían conversar libremente y conocerse mejor.

Él anhelaba consumar su matrimonio estaba completamente enamorado de su princesa le parecía una mujer excepcional dulce, amable, humilde, recatada, educada, inteligente y sobre todo muy hermosa, todo esto engloba las características perfectas de la mujer que él siempre quiso.

Se tomaron de las manos y caminaron por el hermoso jardín de rosas azules las favoritas del Rey conversaban y se miraban a los ojos se veían realmente enamorados.

Para la princesa lo que estaba viviendo era nuevo, tanto vivir en un palacio, tener todos los lujos ser atendida como una Real soberana, era increíble pero más increíble era estar al lado de un hombre hermoso, fuerte, caballero poderoso, justo, pero sobre todo protector razón tenían cuando hablaban de él y decían que el rey Verchiel era un hombre justo y bueno.

Llegaron a la fuente y se sentaron, mientras veía en el paisaje conversaban la princesa recordó las clases que había tomado con lady Martha y sin que el Rey se diera cuenta, ella se acercó y lo besó él quedó inmóvil y la princesa creyó que no le había gustado su atrevimiento.

Al separarse ella notó el rostro sorprendido del Rey aunque con una leve sonrisa en sus labios, ella no pudo evitar sentirse insegura.

—Disculpe mi atrevimiento veo que no le ha gustado—Dijo la princesa avergonzada.

—¿Por qué dice eso?, claro que me ha gustado, solo que en realidad me sorprendió su gesto.

—Yo solo quería dar un beso y en este lugar que me encanta.

—Oh entiendo, ¿entonces era solo un beso?, pensé que podríamos darnos más de uno.

La princesa sonrió con cierta picardía y le respondió.

—Su majestad, quise decir que yo quería besarlo en este lugar, por qué es muy lindo, pero sí podemos darnos todos los besos que queramos.

El Rey sonrió y se acercó nuevamente a ella sujetando su rostro con delicadeza y unió sus labios en un delicioso y Dulce beso.

Luego ella recordó todo lo que le había explicado Marta acerca de los besos, así que se relajó y con su lengua rozó levemente los labios de su Rey, él al sentirla se aferró más a ella, la abrazó con sus fuertes brazos y abrió paso entre sus labios rozando sus lenguas y sintiendo sensaciones en todo su cuerpo, luego profundizó recibiendo buena respuesta de Alba, él apretó un poco más la cintura de la Princesa sintiendo como ella accedía cada vez más.

Alba da un ligero empujón para separarse y poder respirar un poco, era su primer beso, su primer beso apasionado, sentía que no podía respirar por eso tuvo esa reacción.

—Su majestad No puedo respirar—Un poco agitada.

—Lo siento creo que me dejé llevar por el dulce sabor de sus labios—soltándola de su agarre.

La princesa no solo estaba agitada porque le faltaba el aire, sino que también sentía que todo su cuerpo estaba encendido, sentía que sus mejillas estaban coloradas y calientes.

Comenzó a agitar sus manos cerca de su rostro para que le diera un poco de aire, él Rey quedó sentado respirando profundo porque también su cuerpo estaba acalorado, él más que ella deseaba que ese beso no sólo se quedará allí.

El Rey al ver la reacción de Alba, le sugiere seguir caminando para refrescarse un poco Se tomaron de las manos y caminaron un rato más. Luego Cuando comenzó a hacer un poco de frío el Rey sugirió regresar al palacio.

—Ya hace mucho frío y es mejor que regresemos al palacio.

—Sí es mejor que regresemos. Además este frío le puede hacer daño y no quiero que se vuelva a enfermar.

El Rey sonrió tiernamente y caminaron de regreso al palacio. Una sorpresa la esperaba en la habitación de los Reyes.

Cuándo entraron la princesa notó una hermosa decoración con flores y velas encendidas una mesa con algunas frutas y la chimenea estaba encendida todo le pareció tan hermoso que se llevó las manos a la boca para tratar de ocultar su impresión.

—Es para ti mi hermosa princesa espero que te guste.

—Es hermoso todo está perfecto me encanta.

Ella quedó impresionada y enseguida se sentó junto a la chimenea y le hizo señas al Rey para que la acompañará.

Seguían conversando, se acariciaban el rostro, para Alba era como estar en un sueño, se sentía, feliz, querida y sobre todo protegida.

La noche cayó y ellos parecían estar en una burbuja, cuando ya las palabras sobraban el Rey comenzó a besar a la princesa.