La vida de Valeria da un giro inesperado cuando descubre la infidelidad de su novio, Alex. Desolada y herida, decide marcharse sin decir una palabra, buscando refugio en la casa de su amiga. Alex, al darse cuenta de su ausencia, se embarca en una búsqueda frenética para encontrarla, convencido de que puede reparar su relación. Sin embargo, su mejor amiga, Claudia, está decidida a proteger a Valeria del dolor que su ex le ha causado y se niega a revelar su paradero.
A medida que Alex se enfrenta a obstáculos y a la interferencia de su amante, Valeria comienza a redescubrirse y a sanar. Pero cuando el amor verdadero está en juego, las decisiones del pasado pueden amenazar el futuro.
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Capitulo 21: Los Lazos que se rompen
**Sara caminaba de un lado a otro en su apartamento, mordiéndose el labio, mientras su plan se iba formando en su mente.** Sabía que Alex estaba a punto de escaparse de sus manos, pero no iba a dejar que todo lo que habían "construido" se desmoronara tan fácilmente. **Si quería mantenerlo, tendría que jugar su carta más arriesgada.**
—*Él aún me desea,* —murmuró para sí misma—. *Lo sé.*
**Tomó su teléfono y empezó a teclear rápidamente, enviando un mensaje que sonaba casual, como si nada estuviera mal.** Sabía que si quería recuperar su control sobre Alex, tenía que hacerlo sentir cómodo de nuevo, recordarle lo que alguna vez compartieron, aunque fuera un error.
—*Ven a verme esta noche,* —le escribió—. *Necesitamos hablar.*
**Alex recibió el mensaje mientras estaba en su coche, sus pensamientos aún centrados en Valeria.** Cerró los ojos y soltó un suspiro. Sabía que debería ignorarlo, pero algo en él le decía que tenía que cerrar ese capítulo con Sara de una vez por todas.
—*Está bien,* —respondió finalmente—. *Paso después del trabajo.*
**Esa noche, Sara lo recibió en su departamento, con una sonrisa cautivadora y una mirada que insinuaba todo menos una simple conversación.** **A pesar de sus intentos por mantenerse firme, Alex no pudo evitar sentirse atrapado por la intensidad de la situación.** Sara sabía exactamente cómo moverse, cómo mirarlo, cómo tocarlo para que, al menos por un momento, él se olvidara de todo lo demás.
**En medio de la tensión, Sara lo atrajo hacia ella, jugando con sus emociones, mientras a escondidas tomaba fotos discretamente.** Imágenes de ambos lo suficientemente comprometedoras como para destrozar cualquier intento de reconciliación entre Alex y Valeria.
—*Esto debería ser suficiente,* —pensó Sara, mientras Alex finalmente se alejaba, intentando poner fin a lo que estaba pasando.**
—*Esto no puede seguir,* —dijo él, con una mezcla de frustración y arrepentimiento—. *Lo que tuvimos fue un error, Sara. No deberíamos...*
Pero **Sara no lo escuchaba.** Estaba más centrada en su próximo movimiento: **enviar esas fotos a Valeria.**
**Mientras Alex salía del departamento sin darse cuenta de la trampa, Sara sonreía para sí misma, segura de que su plan funcionaría.** Sabía que **Valeria nunca podría perdonar lo que estaba a punto de ver.** Y con eso, Alex sería suyo de nuevo, **atado por la culpa y la vergüenza.**
**El mensaje salió, las fotos adjuntas, listas para romper lo poco que quedaba de la relación de Alex y Valeria.**
**Valeria estaba sentada en el sofá de Claudia, con una taza de té entre las manos, intentando distraerse con cualquier cosa que le alejara de los pensamientos que constantemente volvían a Alex.** Sabía que había tomado la decisión correcta al irse, pero cada vez que cerraba los ojos, los recuerdos de los buenos momentos la perseguían.
—*¿Estás bien?* —preguntó Claudia, notando el silencio prolongado de su amiga.
—*Sí,* —mintió Valeria—. *Solo estoy... pensando.*
Antes de que Claudia pudiera insistir, **el teléfono de Valeria vibró en su bolso.** Sin pensarlo mucho, lo sacó y desbloqueó la pantalla. Lo que vio la dejó helada.
**Eran las fotos de Alex y Sara, juntos, en una situación demasiado íntima como para dejar lugar a dudas.** Su corazón se detuvo por un segundo y la taza se deslizó de sus manos, estrellándose contra el suelo.
—*¿Qué pasa?* —preguntó Claudia preocupada, acercándose rápidamente.
**Valeria no pudo hablar.** Las imágenes hablaban por sí solas, y el dolor que sintió en ese momento fue peor que cualquier cosa que hubiera experimentado antes. Las lágrimas comenzaron a brotar de sus ojos sin que pudiera detenerlas.
—*¡Dios mío! ¡Ese imbécil!* —exclamó Claudia cuando vio las fotos por encima del hombro de Valeria.**—*No puedo creer que te haya hecho esto otra vez.*
**Valeria se levantó tambaleándose, con el teléfono aún en la mano, mirando las imágenes como si fueran una pesadilla de la que no podía despertar.** La traición se sentía más profunda que nunca.
—*No... esto no puede ser verdad,* —susurró Valeria, luchando por encontrar su voz—. *No después de todo...*
—*Lo es,* —dijo Claudia, tomándola de los hombros para obligarla a mirarla—. *Y no puedes volver a él, Valeria. No después de esto. No se merece ni una sola lágrima más de ti.*
**Pero Valeria sentía como si algo dentro de ella se hubiera roto de manera irreparable.** Sabía que Claudia tenía razón, pero eso no hacía que el dolor fuera menos agudo.