En esta apasionante novela, "María" Gómez, una joven y talentosa periodista, se encuentra con un misterioso hombre llamado Alejandro, cuya sonrisa enigmática la deja sin aliento. A medida que se conocen mejor, María descubre que Alejandro esconde un secreto que podría cambiar su vida para siempre
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la primera noche juntos
Habían pasado exactamente 30 días desde que María y Alejandro se habían declarado su amor. Y para celebrar ese mes de novios, Alejandro había planeado una noche especial.
—Quiero que esta noche sea inolvidable —dijo Alejandro, sonriendo.
María se sintió emocionada.
—Estoy lista para lo que sea —dijo.
Alejandro la llevó a un restaurante romántico, con vistas al mar. La cena fue exquisita, y la compañía, aún más.
—Un mes juntos y ya siento que he encontrado mi hogar —dijo María.
—Yo también —respondió Alejandro—. Eres mi todo.
Después de la cena, Alejandro la llevó a su apartamento. La habitación estaba llena de velas y flores.
—Quiero que esta noche sea nuestra —dijo Alejandro, mirándola a los ojos.
María se sintió nerviosa, por que era su primera vez ,pero también emocionada.
—Quiero que sea nuestra también —dijo.
—Te amo —dijo Alejandro, besándola una vez más.
—Te amo —respondió María, sonriendo.
Era increíble. Afuera estaba lloviendo, y adentro en esa habitación, sobraba el calor. Alejandro beso mi cuello, con delicadez. Envolví mis brazos en su cuello, y el se coloco entre mis piernas una vez mas. Me miro a los ojos, y me beso. Luego me pe..netro. Deshice el beso para soltar un gemido. Fue delicado. No fue nada brusco, ni agresivo. Entro en mí fácil y lento. Sin dejar de mirarme a los ojos. Hice un esfuerzo por no cerrarlos y mirarlo también. —Mas rápido- Murmure entrecortadamente. Me miro con ojos de “¿Estas segura?” y entonces enrede mis dedos en su cabello. –Por favor.
El suspiro y las embestidas comenzaron a hacerse mas rápidas y fuertes. El dolor disminuyo y el placer aumento. Ahora no solo eran mis gemidos, se incluían los de Alejandro. Oh María!- Gimió de lo mas excitante y contribuí envolviendo mis piernas en su cintura, pegándolo mas a mí.
—¡Oh, Oh, oh!- Gemía mientras lo sentía dentro de mi. Volví a sentir espasmos en mi cuerpo. El de Alejandro igual temblaba. Me aferre mas a su espalda, como si fuese a caer. Alejandro salió y después entro bruscamente, haciéndonos llegar al orgasmo. Con un grito al mismo tiempo, nos hicimos notar agotados. Alejandro dejo caer su cabeza en mis pe..chos, mientras yo temblaba. Nuestros pe..chos subían y bajaban agitadamente.
—¡Wow!- Exclamo el, sin moverse para nada.
—¿Qué?- Murmure.
—Dios esto ah sido…
—¿Trauman te?-
—No- suspiro —Maravilloso. Es, el mejor sexo que eh tenido en mi vida- Me sonroje y bostece.
—Vamos A dormir, muñeca- Se acomodo a mi lado, y me atrajo hacía el. Suspire y me deje abrazar por sus cálidos brazos. Cerré los ojos. —Descansa- Susurro en mi oído, y beso mi mejilla. Lance otro suspiro mas y después ya no sentí, ni escuche nada.
Los rayos del sol, dieron directamente a mis ojos. Trate de abrirlos pero no pude. Sentía los parpados como dos rocas. Trate de estirarme, pero algo me lo impedía. Con mis manos toque y sentí el brazo de alguien. Abrí bien los ojos y me encontré con Alejandro.
Aún dormía. Me detuve a observarlo. Sus labios carnosos, sus ojos cerrados, su pausada respiración. Deslice uno de mis dedos por su hombro, el cual abrazaba mi cintura. Su piel era suave. Su cabello estaba enmarañado. Se veía tremendamente bien. ¡Dios! Bien le quedaba poco. Perfecto.