Alessandro Rossi es un mafioso italiano muy respetado en italia, pues su familia lleva en el negocio generaciones y el respeto es la base fuindamental de la camorra que es el nombre de dicha organizacion.
el es muy feliz junto a su mujer, pero una trampa lo llevara a tomar la peor de las decisiones, llevandolo a un abismo del que veremos si podra salir, ya que en vista de ese suceso cambiara por completo su forma tanto de mirar la vida como llevar la organizacion convirtiendose en un hombre mas tenebroso y temido para todo.
¿sera que Alessandro podra volver a amar nuevamente?
¿habra alguien capaz de ayudarlo a vivir nuevamente?
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CAPITULO #4.
Leonardo arreglo todo para viajar a la capital el día en que Alessandro lo pidió, su madre sabia que mientras el trabajara y mantuviera su mente ocupada, pensaría menos.
El viaje fue bastante tranquilo, el ambiente estaba tenso por la reciente muerte y nadie reía o hacia algún chiste como se podría hacer en un viaje en avión, todo era total silencio.
Al llegar fueron directamente a la empresa porque asi lo quiso Alessandro, al llegar todos se sorprendieron al verlo llegar y cada uno fue a su puesto en total silencio, en este mundo empresarial nadie sabia de la muerte de la mujer de él, pero todos le tenían miedo por el aura que siempre emanaba de el.
Subio al ultimo piso donde se encontraba la presidencia al llegar fue recibido amablemente por la secretaria de presidencia y está lo hizo pasar inmediatamente a la oficina.
Secretaria: ¿Desea así señor Rossi?.
Alessandro: Si quiero un café negro sin azúcar por favor.
Secretaria: Enseguida señor.
La secretaria salio y este quedó solo con el presidente a cargo de la empresa el señor Marcos.
Marcos: Hola señor Alessandro, que bueno tenerlo por aquí, por favor siéntese en dónde corresponde.
Alessandro se sentó en la silla de presidencia y comenzó a revisar la computadora, cada archivo, correo y memorando que ahí se encontraba, nada tenía claves que el no conociera y todo al parecer estaba en perfecto orden tal y como decían los informes.
La secretaria entró con el café y unas galletas para todos y se retiró nuevamente.
Alessandro: Parece ser que llevas muy bien mis empresas.
Marcos: Si señor, usted me dio una confianza que no pienso perder y más ahora que mi esposa está embarazada de mellizos.
Esa confesión descompuso un poco a Alessandro, pero Marcos no tenía la culpa de lo que había pasado con Alessia ni sabía de su existencia, puesto que para todo el mundo Marcos está en ese puesto porque Alessandro simplemente no quiere hacerse cargo de nada, cuando en realidad todo su tiempo se lo lleva la camorra.
Alessandro: Te felicito, sigue así espero que tus hijos y esposa estén con salud.
Marcos: Gracias, señor no voy a defraudarlo.
Después de seguir revisando unos papeles más decidió que pasaría mañana para inspeccionar toda la empresa y ver qué cada piso cumpla con lo que cada empleado necesite.
Marcos: Claro señor, aquí lo esperaré para hacer el recorrido desde dónde usted quiera.
Alessandro y Leonardo salieron de la oficina rumbo al apartamento que él tiene en la ciudad.
En el auto...
Leonardo: ¿Te sientes bien?.
Alessandro: Si, no puedo enojarme por cada persona que tenga una familia solo porque yo perdí la mía.
Hoy en la noche vamos a visitar a las primeras ratas así que quiero que arregles todo.
Leonardo: Claro, ya hice la lista de los primeros en ser visitados, toma aquí tienes la lista, hoy iremos a ver 3 ratas aquí podrás ver a su familia.
Alessandro reviso toda la información que había en la carpeta que Leonardo le dio.
Al llegar al apartamento cada uno se fue a su habitación a descansar, ya que tendrían una noche que probablemente sea dura.
Al caer la tarde cuando estaba por oscurecer despertaron y se arreglaron, Alessandro bajo a la cocina y se hizo un sándwich.
Leonardo: Vaya mira lo que hay por aquí un hombre tan hambriento que se hizo algo el mismo.
Alessandro: Deja tu estúpida ironía para otro día, te hice uno, pero no te acostumbres.
Para que llamar a una mujer del servicio para hacer un simple sándwich.
Leonardo: Tienes razón y te quedó muy bueno, gracias.
Alessandro: ¿Gracias? No eso no cabe aquí te toca lavar los platos.
Cuando Alessandro se levantó en el lavaplatos había un montón de cosas sucias.
Leonardo: No puede ser Alessandro, como ensuciaste todo eso para hacer dos simples sandwiches, ya sabía yo que algo gratis de tu parte no podía obtener.
Alessandro se fue a su despacho con una pequeña sonrisa al escuchar las quejas de su amigo, al entrar fue hasta la caja fuerte y saco dos armas y las acomodo entre su ropa, metió varias balas en sus bolsillos.
Después se puso su saco y salió listo para empezar la noche que se sabía, no sería nada fácil.
Junto a sus hombres fueron a visitar a las personas que no estaban haciendo bien su trabajo, al verlo en persona sabían que no era nada bueno y que terminarían con su vida esa noche.
Los primeros dos ya estaban en sus manos, la familia sabía que más nunca sabrían de ellos una vez que se los llevarán a pesar de que Alessandro era un monstruo sabía que los niños no eran culpables de las decisiones que tomaban sus padres, por lo tanto, le daban un buen dinero a esposa para qué sacará a sus hijos adelante, ya que no volverían a ver su esposo.
Los hombres después de estar dentro de la camioneta suplicaban por su vida, pero les tapaban la boca para no ser escuchados.
Alessandro: Sabían cuál era el precio que había que pagar si me traicionaban y a un así lo hicieron así que no vengan ahora a llorar como unas nenas.
Leonardo: Falta uno y nos llevará una media hora en llegar.
Alessandro: Manda a estas dos ratas al galpón y los encierran sin comida ni agua hasta que yo diga.
Leonardo: Está bien.
Después de que Leonardo diera la orden se llevaron a los dos hombres y él junto a otro grupo fueron a buscar el último hombre de la noche.
Al llegar fueron recibidos con una balacera, pero Alessandro sabía muy bien cómo arreglar todo a su favor, algunos de sus hombres salieron heridos, pero no de gravedad mientras que muchos de los que dispararon estaban muertos y el "jefe" del lugar fue sacado suplicando perdón.
Alessandro: Eso no existe para ti, no te voy a matar aquí porque sería misericordioso y yo no lo soy.
Él estaba en la calle junto a sus hombres cuando escucho pasos, bueno más que pasos alguien corriendo hacia ellos.
Alessandro: No vayan a disparar quiero saber quién es.
Alessandro puso observar como una chica venía corriendo hacia ellos más específicamente hacia él.
La chica llegó y se le lanzo prácticamente a la espalda como una garrapata.
Chica: Por favor señor ayúdeme se lo suplico, prometo servirle Pero ayúdeme por favor.
Leonardo: ¿Quién eres tú?.
¿Y por qué corres?.
Hombre#1: Aquí estás perrita, pensaste que podías huir de nosotros.
Por favor regrese a esa perra, nos pertenece.
La chica se aferró más a él y podía sentir la presión que hacía su cuerpo para que no pusiera quitársela de encima.
el hombre al ver que nadie movía un dedo saco un arma y claro que los hombres de Alessandro sacaron las suyas y de repente todos se estaban apuntando.
Hombre#2: Ella nos pertenece sus padres nos la dieron como forma de pago.
Alessandro: ¿Cuánto les debían?.
Hombre #1: 60 mil dólares, su padre es un apostador.
Chica: Mentira, les debe 15 mil
Alessandro: Quieren pasarse de listos.
Bueno yo sé las voy a comprar a ustedes les voy a dar 20 mil son 5 mil más de lo que su padre les debe, ¿trato?.
Los hombres se miraron y aceptaron, Leonardo no cuestiona a Alessandro y les da el dinero a esos hombres que se van a penas reciben el dinero.
Alessandro: Recojan todo nos vamos al galpón, lo.hombres empezaron a recoger todo y fie cuando se dio cuenta de que la chica seguía en su espalda.
Alessandro: Ya puedes bajarte de mi espalda.
Chica: Lo siento señor...
Alessandro: Alessandro y ¿el tuyo?.
Chica: Mi nombre es Alice, gracias por salvarme, ahora que seré para usted supongo que el haberme comprado no será de gratis, pero viéndolo bien no tiene cara de que me va a violar y matar a golpes como esos dos tipos que se fueron.
Alessandro: ¿Cómo estás tan segura?.
Alice: Si así fuera, los hubiera matado y se hubiera quedado igualmente conmigo, tiene los hombres y las armas para hacerlo sin problemas, por otro lado, me ha tratado con cierto respeto desde el primer momento.
Y no pienso volver a mi casa soy hija única y volver implicaría que me volverían a vender así que no tengo muchas opciones.
Alessandro: Sube a la camioneta ya veremos de que estás hecha y para qué me puedes servir.
Dijo Alessandro ya cuando todos estaban listos para ir al galón, que será lo que deparará el futuro para ambos