— Mami, estás viva. — Sus ojos verdes igual a los míos me hacen sobre saltarme, imposible. No puede ser, esté niño es...
— Byron. — Podría reconocer esa voz en cualquier lugar. La tengo gravaba en mi memoria cómo si fuera mi maldita canción favorita.
— Papi, encontré a mamá. — Estaba a unos metros del hombre que ame por más de una década, el hombre de 1.87, cabello negro, ojos grises azulados, hombros anchos, labios sexis y rostro apuesto. El era la definición de perfección.
¿Alguna vez le han regalado flores a un hombre? Yo si. Es el que está frente a mí en éste momento.
Lo recuerdo de niño, ¿cómo no me dí cuenta antes? Quizás por qué has estado luchando por olvidar todo de el. Así que no notaste que el pequeño aquí es su viva imagen. Contestó mi voz interior.
— Aléjate de mi. — Ordene a al mocoso. Mi voz antes normal se volvió fría.
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Nunca perdonaré
Lidia.
El proceso de explicación fue complejo, no encontraba las palabras correctas para el. Finalmente, logré hacerlo entender que odio a su papá, sin necesidad de decirle que lo odio claro. Se lo mucho que Byron lo ama, lo mucho que ha llegado a amarme, aunque nosotros nos odiemos, por su bien es mejor no pelear.
— Gracias por lo que hiciste. — Lo ignore y fui a mi habitación. Estado en ella recibí un mensaje de Joseph. Lo abrí y me puse roja, era una foto de su rostro y abdomen al descubierto.
"Sueña conmigo presiosa" "Sueña que estás en mis brazos."
Su mensaje me hizo reír. No esperaba ésto. ¿Lo hará con todas las chicas? Una molestia se hizo presente. ¿Por qué me importaba si lo hacía o no?
El y yo no somos nada. Probablemente está experimentando algo nuevo, quizás me ve cómo su conejillo de las indias. ¿Está mal que piense eso de él?
Los mujeriegos no cambian de la noche a la mañana. Es una realidad que debo afrontar. Enamorarme de Joseph no es imposible, tiene todo lo que cualquier mujer querría, su personalidad agradable lo hace más peligroso, si sólo fuera guapo no habría problema. Pero el es guapo, rico y buena persona.
Estar a su lado representa un gran peligro. Por el momento mi corazón sigue sin resurgir de las cenizas, el con su actitud podría lograr lo que nadie ha logrado en cuatro años.
Tengo miedo.
Tengo mucho miedo.
¿Qué pasa si tal cómo lo pienso soy sólo un reto para el?
¿Qué pasa si me enamoró y al final me confiesa que solo jugo conmigo? Qué nunca le importe y no tiene sentimientos por mi. Qué nunca los tuvo ni tendrá.
Necesito los consejos de una amiga en éste momento.
Llamé a Sierra. Le conté cómo estuvo mi cita. No deje un sólo detalle fuera.
— Te envidio. Toda la uni te envidia.
— Gracias pero no te llamé para escuchar que me envidias. Eres mi única amiga. Quiero saber que opinas. ¿Tu crees que el está interesado en mi?
— Seré honesta. Siempre me pareció que le llamabas la atención, pensé que era mi imaginación, pero en varias ocasiones lo descubrí mirándote. Creó que está siendo sincero. — Escuchar eso me tranquilizó. — Pero debes tener cuidado. Un mujeriego no cambia de la noche a la mañana. No des tu corazón tan rápido. Odiaria verte lastimada. — Ahora podía confirmar que Sierra era una verdadera amiga. No me estaba pintando el mundo al color rosado, ella estaba siendo honesta, ella estaba tratando de protegerme. Ame eso.
— Gracias. Hablar contigo era lo que necesitaba. Nos vemos mañana.
— Descansa.
Colgué y avente el teléfono a un lado. Mi cabeza era un lío, quería que alguien bajara y me dijera si estoy haciendo lo correcto. ¿Hago bien en darle una oportunidad a un mujeriego? ¿Hago bien en apagar las alarmas de mi cabeza?
El es un experto en mujeres, sabe técnicas de manipulación, sabe cómo cortejar, cómo enamorar. Y lo que más preocupa es que debe saber muy bien como destruir. ¿A cuántas a destruido en el camino?
Hay muchas cosas que debo contemplar.
Por la mañana baje a desayunar, igual que siempre habían cosas que me gustaban, no están aquí por casualidad, había escuchado a Luke pedir a la cocinera que hiciera todos los desayunos, comidas y cenas de una lista, le dijo eran mis favoritos y que los quería en la mesa siempre. ¿Desde cuándo sabía todo lo que me gustaba? Si nunca le importe.
Se estaba esforzando en lo que sea que intentaba, pero un desayuno no es suficiente para conmover lo que queda de mi corazón.
Hay mujeres que son tan estúpidas que se sienten halagadas únicamente por qué se preocupan por ellas, no está mal si siempre ha sido así. Lo que está mal es que los hombres las destrozan, las maltratan, las humillan, incluso las golpean, y ellas con la menor muestra de preocupación se sienten bien. Sienten que el está cambiando, que lo están cambiando con su amor que aguanta todo.
Yo era ese tipo de mujer, me avergüenza admitirlo, pero es la verdad, yo solía pensar que con amor podía cambiar a Luke, solía imaginar que un día el se preocuparía por mi, solía imaginar que un día no vería a ninguna mujer mas que a mi. Qué el estaría arrepentido por rechazar mi amor tantos años, y diría que por fin entendió lo mucho que me amaba, nos casaríamos y dedicaría cada segundo de su vida a darme la felicidad que por tanto tiempo me nego.
Suspiro al pensar en eso.
Afortunadamente se enamoró de mi hermana, tuvo un hijo con ella, me trato peor que a una escoria y me hizo un daño que jamás le perdonaré. Así que ya no sueño estupideces.
Mi mente está más clara que el agua.
Nunca va a revivir el amor que sentí por Luke Collins.
Nunca me sentiré conmovida por lo que sea que haga Luke Collins.
Y sobre todo.
Nunca perdonaré a Luke Collins.