El Cruel Multimillonario y la Novia Ciega

Otávio: Te gusta, ¿verdad Adam?

Adam: ¡Claro que no! Tengo la obligación de cuidar de Sara. ¡Yo la metí en esta situación y ahora es mi responsabilidad!

Otávio: Deja tu orgullo de lado y escucha a tu corazón Adam. Estás enamorado, no tardes en darte cuenta o lo vas a estropear todo.

Adam: ¡Qué tonterías dices Otávio!

Otávio se queda en silencio finalmente y vuelvo a caminar de un lado para otro.

Otávio: Es como dicen, para todo hay una primera vez y aquí estoy delante de un Adam que nunca he visto. Él se niega a sí mismo lo que siente y si no fuera una situación tan grave, podría reírme de él.

Josiane: Sara solo llora, la ayudé en el baño y pude ver la mordida que arrancó sangre en su piel y el rostro hinchado con la marca de la mano del cobarde de Alan. Estas marcas no son nada comparadas con el dolor que adorna su cara y el miedo es el desesperación palpable en su llanto. Termino de cambiarle la ropa, Katy abre la puerta, Adam entra rápido directo al encuentro de Sara, él le avisa que se está acercando y la toma en brazos, ella descansa la cabeza en su hombro y puedo verlo cerrar los puños con fuerza. Adam la lleva hasta el coche y salen con Otávio en dirección a la comisaría. Katy y yo intentamos apoyarnos una a otra, sabía que esa fiesta no era una buena idea y me siento fatal por no haber ayudado a Sara. Adam no permite que nadie entre en la casa principal en esas fiestas, pensé que estaba segura en el cuarto.

Katy: ¿Crees que se recuperará de esto?

Josiane: Estoy rezando por ello Katy.

Subo y pido que limpien el suelo del cuarto de Adam y cambien la ropa de cama. Miro la marca de sangre en la pared de afuera y mal puedo creer todo esto. Me quedo con Katy en la sala aguardando a que Sara vuelva.

Adam: Entramos en la comisaría, Sara es atendida por mujeres y le dan acogimiento. Durante toda la declaración, oírla contar por todo lo que pasó desde la primera vez que Alan la acosó, me da un nudo en la garganta, una sensación mala, que nunca sentí. Es como si en ese momento perdiera el control que siempre he tenido sobre mis emociones. Pasamos por todas las etapas y entro en contacto con mis abogados. Salimos de la comisaría y en el camino Sara duerme en mi pecho, a pesar de que esta aproximación me incomode, hoy todo lo que quiero es ayudarla a enfrentar esta pesadilla, incluso no entendiendo el porqué. Llegamos a la propiedad y no la despierto, la tomo en mis brazos y Otávio va abriendo las puertas. Josiane y Katy estaban en la sala esperando noticias, Otávio conversa con ellas y subo con Sara. La acuesto en la cama y cuando estoy soltándola me abraza dormida. Me acuesto con ella abrazándome, espero a que su sueño se haga pesado y me alejo. Durante la madrugada ella tiene una pesadilla y me despierto con ella gritando y llorando, calmo a Sara y nuevamente me quedo con ella en mis brazos, esta vez no la alejo. Intento dormir nuevamente y no lo consigo.

Sara, ¿qué estás haciendo con mi cabeza...?

Sara: Me despierto y estoy encima de Adam, siento su respiración en mi rostro y su mano en mi espalda. No sé si él está durmiendo, me acuerdo de Alan y lloro bajito para no despertar a Adam.

Adam: Sara despierta, no conseguí dormir, ella llora bajito y un sentimiento de impotencia se apodera de mí. Ni siquiera sé lo que hacer para ayudarla.

Todo va a estar bien Sara.

Sara: La voz de Adam es suave, él pasa la mano sin delicadeza por mi espalda. Me quedo así un tiempo, me levanto y hago mi higiene.

Adam: El desayuno está servido.

Sara: No tengo hambre.

Adam: Incluso sin hambre necesitas comer Sara.

Sara niega con la cabeza y se acuesta encogida en la cama. Bajo, Josiane y Katy hacen millones de preguntas y me limito a responder que Sara no está bien y necesitan hacerla comer.

Josiane sé que Sara llamaba a Lize desde tu teléfono, necesito el número.

Josiane: Lo siento mucho por esto Adam, este es el número.

Adam no me responde y se va. ¿Será que el ogro está realmente enamorado? Si él lo sabía todo el tiempo, ¿por qué no hizo nada? Voy a llevar el desayuno a Sara con Katy, no le hablo nada sobre Lize, ella no necesita otra preocupación. Adam viene a ver todo el tiempo cómo está Sara, su mirada es de pura preocupación.

Adam: Voy a recibir a Lize en la puerta, ella me golpea repetidas veces en el pecho furiosa.

Si no te controlas, no te dejaré entrar Lize.

Lize: ¡Todo esto fue culpa tuya! ¿Cómo puedes dar una fiesta y descuidarla? ¿Cómo no viste al cerdo inmundo del amigo acosándola? Eres una sabandija de la peor especie y te tengo asco. ¡Cuando este contrato acabe, nunca más voy a permitir que te acerques a ella!

Adam: Segundo cuarto a la derecha Lize.

Lize: ¡Todo esto Adam es tu culpa, Alan no es el único monstruo aquí!

Subo las escaleras y mi corazón duele viendo a Sara tan vulnerable, ella está herida.

Sara: Siento el perfume de Lize, ¿será que es ella?

Lize: Sara...

Sara: Lize...

Lize se aproxima y me abraza, la añoranza era tan grande, que nos quedamos así por mucho tiempo.

Lize: Lo siento mucho Sara, era yo quien debería estar viviendo este infierno.

Sara: No lo sientas, yo tomé esta decisión. ¿Adam sabe que estás aquí?

Lize: Fue él quien me llamó, quería matarlo Sara.

Sara: Él me salvó Lize, creyó en mí y me protegió. Yo escondí la verdad, todo esto podría haber sido evitado si hubiera contado lo que sucedió la primera vez. La culpa de todo esto es de Alan, solo él es responsable por lo que hizo.

Hablo y no consigo contener las lágrimas. Le cuento todo a Lize, imploro que no le cuente a nuestro padre y le presento a Josiane y a Katy. Consigo comer un poco en el almuerzo y hasta me distraigo con Lize. Ella se despide al final del día y vuelvo a sentirme mal.

Adam: Sara, Lize mencionó que te gusta la sopa. Te traje una sopa.

Sara: No quiero Adam, gracias.

Escucho el sonido de la cuchara tocar el fondo del plato y Adam parece estar soplando la sopa.

Adam: Come solo un poco Sara. La enfrié y te la estoy llevando a la boca.

Sara abre la boca y come, continúo hasta que ella come toda la sopa. Le aviso que voy a llevar la vajilla para la cocina y bajo intentando controlar la frustración que siento por estar actuando de este modo, tiro el plato en la pila con rabia y se quiebra. ¡Mierda!