Charlotte que fue engañada por el hombre que juraba amarla, vuelve en el pasado para cambiar su pasado y proteger a su esposo, a quien ella mato con sus propias manos tras haber sido manipulada.
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capitulo 14- Escándalo
En el banquete había un escándalo. El príncipe que recién había regresado a la guerra fue encontrado con una mujer en pleno acto.
Aquella noticia se esfumó como pólvora en tan solo un instante.
Eloise que trataba de cubrir su cuerpo avergonzada por lo que estaba pasando, mira a Edwin en busca de ayuda, pero este simplemente desvía la mirada con molestia.
La emperatriz madre que había escuchado lo sucedido se dirigió directamente hacia la habitación donde se encontraban ambos y la multitud que se encontraban chismeando enfrente de la puerta.
—Se puede saber lo que está pasando aquí. — mira Edwin para luego mirar a Eloise.
— Madre. — Este se acerca de inmediato, esperando que la emperatriz madre haga algo.
— Me decepcionas, Edwin.— Está se aleja antes de que su hijo pudiera acercarse. — ¡Sabes lo que acabas de hacer! —exclama molesta, señalando a Eloise.
— Madre, realmente fue un error, ella y yo no tenemos ninguna relación. — Trata de defenderse como puede. Charlotte, que había llegado al lugar junto a Killian observa la escena.
— No importa si ustedes no hayan tenido nada anteriormente. — Señala ambos. —Tú, Edwin, sabes muy bien qué tendrás que hacer.
El chico frunció los ceños de inmediato, sabía muy bien a lo que se refería Melisa. Voltea a mirar a Eloise. Jamás podría casarse con ella. Ese matrimonio no le traería nada bueno y la oportunidad de subir al trono desaparecía por completo, sin contar que Eloise ni siquiera tiene la sangre de un noble. Él sería el hazmerreír de la sociedad y eso jamás lo iba a permitir.
— No me cansaré con ella. — Señala la chica molesta. — Esa mujer me sedujo, madre, no tuve nada que ver. — Eloise al escuchar las palabras de Edwin, frunció el ceño. — Ella es solo una zorra que me tendió una trampa, madre, no puedo casarme con ella.
Y entonces la cara de Eloise se deterioró, ¿le acaba de llamar zorra? Ambos han estado teniendo una relación por años y ahora el malnacido le ha llamado zorra.
Edwin estaba tratando de salvar su pellejo mientras que le echaba la culpa a ella, y ella no iba a cargar con esa culpa sola. Sabía que si saliera de aquí con aquellas palabras su vida se vería arruinada ahora no solo la verían como una simple plebeya, sino también como la zorra que le tendió una trampa al príncipe, si se iba a hundir, definitivamente llevaría a Edwin con ella, ya que este no dudo en apuñalar en el primer instante.
Así que, en lugar de salir de aquí como la zorra que sedujo al príncipe, preferiría hacerlo, como su próxima esposa.
— ¡Mientes! —exclamó molesta, levantándose con las sábanas alrededor de su cuerpo. —Cómo te atreves a mentir de esa manera, Edwin, tú y yo hemos estado teniendo una relación por más de dos años. — Ante sus palabras, toda la multitud Jadeó de la sorpresa.
Charlotte, que miraba todo desde la distancia, cubre sus labios para sonreír. Definitivamente, era lo que estaba esperando. Ella sabía muy bien, que Edwin no era más que un simple bastardo, que a la primera apuñalaba a Eloise para salirse con la suya, y también sabía que la codiciosa de Eloise, no permitiría que su reputación baje bastante de lo que ya estaba.
Tal como esperaba, esos dos se iban a destruir entre sí, enfrente de la multitud.
— ¿Qué? — Melisa mira a su hijo.
— Madre, no. —Trató de negarlo cuando una bofetada golpeó su rostro con fuerza
— Eres una deshonra, Edwin. Tienes que casarte con ella, ¿una relación de años? ¿Sabes los rumores que va a ver?
Edwin mira Eloise con furia por las palabras de esta, mientras que ella sonríe.
— Me cansaré con ella. — Eloise sonríe antes las palabras del hombre. — Pero como mi concubina. — Entonces su sonrisa desapareció por completo.— Después de todo, ella es solo hija de una plebeya, no merece ser mi esposa.
¿Concubina? Eso jamás, no iba a ser una simple concubina, ella quería ser la esposa principal, no simplemente una concubina común y corriente.
Aprieta sus labios molestos y entonces algo cruza por su cabeza.
— Tenemos un hijo. — siseó mirando a Edwin, quien abre los ojos con sorpresa, mientras que Melisa casi se desmaya ante la sorpresa. — El príncipe Edwin y yo tenemos un hijo. —Repite nuevamente con una sonrisa. — No seré una simple concubina, si me caso con el príncipe será como su esposa y no solo por mí sino por mi hijo.
Charlotte, que estaba escuchando todo, no pudo evitar sorprenderse como todos. ¿Hijo? Sabía que la chica jamás podría tratar de engañar a Melisa de esa manera, porque que tarde o temprano realizará una prueba de paternidad, así que, lo del hijo no debía ser mentira.
Definitivamente, no era una mentira.
Melisa tambaleó, a punto de caerse de la sorpresa; sin embargo, con la ayuda de Killian que finalmente se había acercado, ayudó a su madre a sentarse en el sofá en el que había en la habitación.
Edwin no dudó un segundo en tomar a la chica en cuello tras salir del trance.
— ¡No mientas!— gruñó furioso. — Nosotros siempre nos hemos cuidado. — Aquellas palabras fueron la confesión para la multitud de que el príncipe realmente había tenido una aventura con esa chica por años.
Edwin mismo había cavado su propia tumba. Eloise sonríe tratando de respirar.
— Si me voy a hundir, definitivamente te llevaré conmigo, Edwin. — Estaba casi sin poder respirar.
— ¡Eres una maldita! — gritó enfurecido, apretando el cuello de Eloise con más fuerza; sin embargo, alguien lo toma en la ropa, enviándolo lejos fácilmente y este termina golpeándose contra la pared de la habitación, tosiendo de dolor. Fue Killian quien había intervenido.
— Ya fue suficiente. — Mira fijamente a su hermano. — Si es cierto lo que dice la señorita, mañana traiga ese niño, los médicos imperiales le harán una prueba de paternidad, y si es tu hijo. — Señala a Edwin con seriedad. — Tomarás tu responsabilidad, no solo del niño sino de esa chica. — Señala Eloise quien se encontraba en el suelo tratando de respirar.
— ¡No me voy a casar con ella!
— ¡Lo harás! — La voz fría de Killian lo dejó completamente paralizado, apretando los puños. Sabía lo peligroso que podría ser Killian estando enojado. — Por una vez en tu vida, aceptarás tus responsabilidades como debe ser y créeme que no dependerá de tu opinión, te casarás con ella, quieras o no. ¿Escuchaste? — Asiente, furioso, sin ser capaz de decir ninguna palabra, con la cabeza baja.
No era por nada que Killian era el emperador.
Era un hombre que, cuando estaba enojado, hacía que todos a su alrededor le tuvieran miedo.
— ¿Y tú? — Señala Eloise con molestia, esa chica es más problemática de lo que pensaba. — Lárgate y te quiero en el palacio temprano con ese niño. — Eloise asiente con miedo levantándose y se fue corriendo con las sábanas. — Lleven a la emperatriz madre a descansar y el príncipe enciérrenlo en su habitación. — Los guardias de inmediato hacen lo indicado, mientras que las doncellas ayudan a Melisa a su habitación.
Edwin, que estaba siendo arrastrado por los guardias, grita.
— ¡No, no puedes hacer eso, Killian! — Grita como un niño pequeño; sin embargo, sus palabras no hicieron reaccionar a Killian y este simplemente miró a la multitud con una mirada amenazante.
— ¿Qué esperan para desaparecer de mi vista? —cuestionó furioso. Todos temblaron, retirándose uno por uno. Charlotte, que igual estaba en multitud, no pudo evitar sentir un escalofrío por las palabras de Killian; sin embargo, cuando volteó hacia ella, su rostro cambió de inmediato acercándose.
— Lamento todo ese escándalo, cariño. — besa a la chica en la mejilla y hunde su rostro en el cuello de esta. — ¿Regresamos a la cama? — preguntó con una sonrisa cariñosa mirando a Charlotte, quien sonríe asintiendo.
Killian era diferente solo con ella, y eso, de alguna manera, le hacía sentir bien.