EL MONSTRUO SIN CORAZÓN SIGUE VIVO (Omegaverse)

Todo había cambiado en menos de un mes, Aiden no quería perder más tiempo, sus estudios con respecto al tratamiento de su hijo habían avanzado y debían mudarse de inmediato.

Aiden ya tenía una casa en la que vivía antes, fue dada como parte de su residencia en el centro de investigación, así como también un sueldo que serviría para los gastos de la casa.

Era una casa pequeña, pero más cómoda y en un mejor lugar que esta casa en donde había permanecido encerrado.

No tenía muchas cosas en esta casa, de hecho no tenía nada, guardó muy bien los objetos que había traído del laboratorio y los subió al auto que los llevaría a la nueva casa.

Era un auto alquilado el que los llevaría, Isaac también estaba emocionado por el movimiento que había en la casa, parecía presentir que dejaría este horrible lugar para siempre.

"¿Eso es todo?", Aiden tomó al pequeño Isaac en sus brazos mientras Michael acomodaba su equipaje.

"¿Es correcto que yo también vaya?", preguntó Michael.

Era un empleado contratado por esta familia, no tenía un buen pago, pero le preocupaba irse de esta manera.

"No hay problema, ¿o prefieres quedarte?", preguntó Aiden.

Michael negó rápidamente con la cabeza, no importaba que, no quería quedarse en ese lugar sin Isaac ni Aiden.

Aiden sonrió al verlo, hoy era un día soleado y feliz, con su pequeño hijo en brazos esperaba mejores días para él.

Las cosas fueron puestas en el auto y se disponían a marcharse, sin embargo, el jefe de guardaespaldas les impidió subir al auto.

"Aún no pueden irse, el tratamiento del niño debe continuar, es una regla estricta que se debe seguir"

El corazón de Aiden latió con fuerza cuando oyó la palabra tratamiento, la fecha establecida aún estaba un poco lejana, tenía tiempo para tratarlo él mismo.

"Ya no estamos bajo el control de esta familia, si no es de su conocimiento, firmamos un acuerdo que nos desvincula de esta familia, no tienen derecho alguno sobre mi hijo", dijo Aiden agarrando con fuerza a Isaac quien seguía en sus brazos.

Michael también se puso nervioso, no esperaba que esto sucediera, el doctor Allen había trabajado en el tratamiento del niño y no era necesario llevarlo al hospital, además, la fecha en la que siempre solía ser tratado estaba lejos.

"Le sugiero que se aparte y nos deje ir", dijo Aiden amenazante hacia el jefe de guardaespaldas.

Las cosas ya estaban guardadas en el auto, no tenía nada a la mano que pudiera utilizar para defenderse, solo podía subir al auto e irse, pero el jefe de guardaespaldas lo retuvo nuevamente.

"Es un tratamiento estricto del hospital, el niño ya está registrado, sería sospechoso que no acudiera a tomar su tratamiento, no queremos problemas"

"Yo soy su papá, yo me haré cargo de eso", refutó Aiden molesto.

"Pero el niño no está registrado como su hijo, si no acude al hospital podría ser peligroso para la familia Durov", dijo el jefe de guardaespaldas con una sonrisa sutil.

Odiaba a este omega por haber ocasionado que quedara inconsciente aquella vez, era una vergüenza para un Alfa haber sido derribado de esa manera por un pequeño omega.

"Ese es un asunto que yo mismo me encargaré de resolver, dejé en claro que no me interpondria en esa familia", dijo Aiden.

Isaac también se puso nervioso por el extraño ambiente y empezó a llorar, Aiden lo abrazó con más fuerza sujetándolo sobre su pecho.

"No podemos arriesgarnos", con la orden del jefe de guardaespaldas, un grupo de guardaespaldas se acercaron para sujetar a Aiden y arrebatarle a Isaac de sus brazos.

Aiden se resistió, pero no podía ganar en fuerza ni cantidad a esos alfas.

"¡Denme a mi hijo!", gritó desesperado.

El llanto de Isaac se hizo más fuerte al ver a su papá y fue ingresado al auto rápidamente.

Aiden también fue llevado en otro auto mientras seguía gritando para que le devolvieran a su hijo.

Michael se quedó en shock viendo los autos alejarse.

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Cuando el auto llegó fuera del hospital, Aiden bajó de inmediato y corrió para encontrar a Isaac.

El niño ya había sido ingresado para recibir el tratamiento, varios guardaespaldas se encontraban custodiando la puerta de la habitación donde estaba el pequeño Isaac.

Aiden llegó a la habitación, trató de pasar, pero fue retenido por los guardaespaldas.

"¡Esto no se los voy a perdonar nunca, déjenme pasar o les juro que sufrirán el triple de dolor que sufra mi hijo!", dijo Aiden golpeando a los guardaespaldas, eran como fuertes paredes de hierro inamovibles.

Uno de ellos que se encontraba un poco alejado grabó todo en un teléfono celular para enviárselo después a la Señora Iria.

Los gritos y llanto de Isaac se hicieron más fuertes dentro de la habitación de hospital, Aiden entró en un estado de desesperación al oírlo, era claro que lo estaban lastimando.

"¡Déjenme pasar, esto no es legal, no es la fecha para el tratamiento!", gritó Aiden tratando de pasar.

Esta habitación en especial, estaba alejada de las demás habitaciones del hospital, pero los gritos de Aiden eran demasiado fuertes y se oían por todo el pasillo.

Uno de los guardaespaldas hizo un pequeño espacio para que Aiden pudiera ver más de cerca al niño.

Aiden entró por el pequeño espacio y pudo ver claramente como su pequeño hijo se retorcía mientras era sujetado por varios doctores y le aplicaban la vía intravenosa.

Cuando el medicamento entró a su pequeño cuerpo, Isaac lloró con más fuerza por el dolor, su pequeño hijo quien reía hace unas horas, ahora se encontraba soportando un fuerte dolor.

Aiden luchó con todas sus fuerzas para entrar, pero fue inútil, pudo sentir como cada parte de su cuerpo y corazón eran destrozados, sentía tanta impotencia.

"¡Déjenlo, lo están lastimando, malditos animales, los voy a destruir a todos!", gritó desesperado.

Las lágrimas comenzaron a caer por su rostro sin que se diera cuenta, forzó su cuerpo para entrar, sin embargo, fue detenido por el guardaespaldas.

"¡Déjenlo, lo están lastimando!"

"¡Devuélvanmelo, devuélvanme a mi hijo!", gritó varias veces, pero no fue escuchado.

El pequeño Isaac lloraba cada vez más fuerte mientras trataba de resistirse y soportaba el fuerte dolor que le ocasionaban los medicamentos.

Aiden sintió perder la razón al ver a su bebé sufriendo, no supo como, pero logró entrar a la habitación y fue directamente a agarrar al doctor que aplicaba el medicamento a su hijo y lo arrojó sobre el suelo.

Quería tomar a Isaac en sus brazos para sacarlo de este lugar, no obstante, fue sometido por los guardaespaldas.

"¡Denme a mi hijo!", siguió gritando.

Ya fuera de control, uno de los doctores le aplicó un relajante para apaciguarlo, lo último que escuchó Aiden fue el llanto de su bebé y perdió el conocimiento.