Eh muerto, pero, abri mis ojos, y me eh convertido en una princesa.
Eh reencarnado en Meredith Hockey, la hija maldita de el duque, a la cual NUNCA le prestó atención. Cuando por fin, en la novela, parecía todo ir por el lado correcto, Meredith muere, no solo una vez, también en los 27 especiales que contiene la novela.
Quiero sobrevivir, pero no quiero desperdiciar mi corto lapso de vida en un plan que salve mi pellejo, si moriré, al menos, está vez, disfrutaré mi vida para irme sin arrepentimientos, ¡Esta Vez No Temo A La Muerte!
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Capítulo 12
Al llegar al palacio acompañada de Robert, Odela había acostado a la pequeña en su cama y la había recostado suavemente contra las cómodas sábanas que tendían la cómoda.
Antes de partir hacía ese lugar, la mujer sintió la mirada siniestra y penetrante del niño parado al lado del joven desconocido, era raro, y tenía una extraña sensación.
Pero estaba bien. Y lo sabía porque la princesa descansaba como un pequeño angelito y le tranquilizaba el saber que ella estaba bien, había corrido hasta su caballero y le había contado que tenía sueño, estaba cansada y Odela lo comprendía.
Así que dejó descansar profundamente a lado princesa, sin pensar que aquella situación podría significar una consecuencia debido al uso excesivo de mana.
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— Princesa es hora de despertar.
Le hablo alegremente a la princesa, que no había despertado en toda la noche, ni siquiera por hambre, y aunque le costará admitirlo a Odela, no había descansado correctamente debido al terror que sentía por el día anterior.
— ¿Princesa?
Odela preguntó nuevamente.
— Princesa es tarde, debe despertar, hoy comenzaremos las clases de etiqueta.
Otra vez trato de despertarla.
— Princesa Meredith.
No respondía, seguía durmiendo profundamente.
— Princesa realmente me estoy asustando, por favor despierte si está jugando conmigo.
Pero no, no había respuesta alguna y la niña seguía una en su profundo sueño.
— ¡Oh Dios! Stephanie, llama al caballero Robert y al señor Bailey. ¡Rápido!
Gritó bruscamente, tomando de nuevo el pulso de la princesa y sintiendo sus signos vitales en correcto estado.
¿Porque sucedían cosas como esas?
— ¿Qué sucede Odela? ¿Ocurre algo?
Pregunto Aisha y Eylen, ante los gritos escandalosos de la tranquila Odela.
— La princesa no despierta, n\~no, n-o lo entiendo, ella solo duerme, ¿Que sucede?
Preguntó una Odela nerviosa tomando a la pequeña niña entre sus brazos, físicamente estaba correctamente pero ¿Por qué no despertaba?
— Iré por un doctor.
Contestó Eylen preocupada. Y Aisha había quedado estática en su posición, no sabía qué hacer en esa situación tan descabellada.
— L-Los caballeros sabrán qué hacer, debemos llamarlos, ellos nos ayudarán.
— Ire, iré a traerlos, iré junto a Stephanie, por favor Odela, ten a la niña contigo, confío en ti.
Y la figura de la mujer morena desapareció rápidamente.
Y minutos llenos de frustración habían sido partícipes del corazón de Odela, quien no dejaba de tomar el pulso de la princesa inevitablemente, y contar cada segundo que pasaba para creer que faltaba menos tiempo para aquello.
— ¡Señora Odela! ¿Qué sucede?
— ¡Gracias a Dios!, La princesa, la princesa no despierta, durmió, durmió desde ayer y no ha despertado en toda la mañana, no me responde, no lo entiendo.
— Esta descansando.
Respondió una pequeña figura al lado de ambos jóvenes que había sido llamados.
Ante el escandaloso escenario que había montado las criadas, e incluso las súplicas de otras por ayuda a los jóvenes lo arrastró a ese lugar.
Su teoría era cierta.
Y podía confirmarla.
— ¿Qué quiere decir?
— Son consecuencias, por usar Mana.
— No, es imposible, la princesa aún no desarrolla su Mana.
— Lo hizo, ella me salvó, por eso esta dormida.
— ¿Despertara?
— Lo hará, solo déjela descansar, por favor, si no lo hace, se desgastará más pronto su cuerpo, ¿Es débil no es así?
— Si, pero.
— Entonces está bien, si no despierta mañana, llame a un doctor.
— ¿Cómo sabe usted eso?
Pregunto Odela aterrorizada. Tenía nervios y no entendía nada, e incluso las demás doncellas alli observaban la escena fuera de lugar en la habitación.
— Señora Odela, el príncipe Aryed es un prodigio en Mana, el sabe acerca de eso, si algo sucede llamaremos a un mago, sea paciente por favor.
— ¡Debo esperar a que algo le pase a la niña para hacer algo al respecto!
Grito exhalada, no debía confiar, ella no confiaría en nadie allí, no lo haría. Lo había hecho más de una vez y en ninguna algo había resultado bien.
— Confía en mí, Señora Odela.
Comentó el niño menor, observándolo fijamente a la princesa en sus brazos.
— Solo duerme, debe descansar, no se preocupe, no ahora.
— ¿Por qué debería confiar en usted, joven Duque?
— Porque lo vi, vi el poder que proviene de esa princesa, y fue ella quien nos trajo a este lugar.
Silencio, no había alguna palabra que estuviera en el aire para ocupar el espacio en que se encontraban las personas allí.
— Oye, Aryed, no es seguro que digas cosas que pueden no ser ciertas.
Hablo Adeus asustado, él sabía el riesgo de decir mentiras y que aquellos rumores llegarán a los oídos del Duque, morirían si los descubrían mintiendo, incluso la propia princesa se vería afectada.
— Su aura es buena, ¿No lo han notado ustedes dos?
El niño de doce años escupió las crueles palabras recostado en el marco de la puerta.
— ¿Qué quiere decir joven?
— Señora Odela, desde que la princesa Meredith aparece en el campo de batalla, desde hace un mes notamos la bendición de Dios irradiar de su ser.
Contestó Robert con la mirada baja, era un secreto que habían jurado ante el comandante y no podían soltar tan a la ligera, pero la mujer era la niñera de la menor y debía saberlo.
— El día que la princesa apareció en el Campo, el aire se purificó y todo pareció rejuvenecer, incluso mis heridas recién hechas sanaron sin la necesidad de curarlas. Solo tome su mano y mejoré.
— El poder de Dios puede manifestarse si esa es la voluntad de el portador. La princesa manifiesta su poder inconscientemente, y es capaz de sanar a los enfermos incluso si no es capaz de controlar su poder.
— No es posible, ¿Cómo puede manejar una niña tan pequeña un poder concebido por Dios? No incluso, ella no lo controla, es ¡No!, cuando era bebé el doctor dijo que su poder es inestable.
>> El, El dijo que podría consumir su cuerpo. La consecuencia es que su capacidad física se verá afectada. ¿Por que hizo eso la princesa?
Odela estaba afanada, ¿Ella era la única que no conocía la situación de la princesa a fondo? ¿incluso después de haberla cuidado desde su nacimiento?
— Es débil, Odela, es tardío el flujo de mana que expande la princesa, por eso no tiene consecuencias, e incluso, creo que ese ni siquiera es el poder de la princesa.
— E-eso significa, ¿Qué?
— Melody no es la santa del oráculo, Meredith es quien posee el poder, pero Melody quien lo consume.
Finalmente habló el joven Duque, observando a la menor que descansaba cómodamente en su cama nuevamente.
Su rostro tenía buen color y la Mana perteneciente a la misma se removía bruscamente por toda la habitación, incluso llegaba a tornarse de un color nauseabundo, pero se consumía con la flama rosada purificante que brindaba la princesa. Estaba descontrolada y el sueño profundo de la princesa buscaba estabilizarlo.
Era absurdo, demasiado la consecuencia que tenía, pero era una bendición de Dios que no reprendía a quien la poseía.
— ¡Debemos decirle al Duque!, Quizás así la princesa…
— La matarán, ¿Quieres eso?
Pregunto Aryed cruelmente, observando el rostro cristalizado y estático de Odela.
— ¿Por qué la matarían? ¡Es hija del Duque y la santa de la que tanto habla el templo! ¡No podrían hacer eso!
— Lo harán, no dude de eso señora.
Ahora Adeus intervenía con el nudo en la garganta.
— ¿No lo ha notado ya? La princesa solo es noble de título, ni siquiera es tratada como uno. ¿Cree que el templo se quedará quieto ante su equivocacion a la bendición de Dios?
— Y-yo.
— Peor aún así, espero nunca lo descubran, porque no solo el templo tratará de deshacerse de la princesa.
— Incluso si ese es el caso, lo mejor será que nos equivoquemos, Adeus, espero solo sea una suposición.
Odela había quedado helada en su posición, solo era una suposición pero todos con quien la princesa convivía había sentido aquel mana relucir, eh incluso el tan llamado demonio del mana la había sentido también.
Pero no era algo bueno, era una maldición. E incluso no podría decirle debido a las consecuencias que podría traer eso.
Pero,
¿Por qué el templo había hecho eso?
¿Realmente solo había sido una equivocación?
Incluso si esa era la situación.
¿Por qué decían que la princesa era una maldición?
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Editado
Que satisfactorio es este capítulo :3.
**Atte: **Amelie Ross.