Yeraldin guarda un secreto: su amor por Johan, el mejor amigo de su padre. La atracción es irresistible, pero el conflicto interno la desgarra. Johan, a pesar del deseo, se resiste por lealtad a su amigo. ¿Podrá Yeraldin conquistar su corazón, arriesgando la amistad paterna? ¿O este amor prohibido quedará sepultado en el olvido?
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peligrosa seducción
Narra Johan
"Luego de dejar a Yeraldin, me fui a la empresa. Al llegar, fui directo a mi oficina, me puse a terminar lo que estaba haciendo en mi computadora y después comencé a ver los nuevos proyectos de construcción. Cuando tocaron la puerta, dije 'adelante', y pasó mi secretaria. Al levantar la vista, la vi y, al parecer, buscaba seducirme, y lo logró porque terminé teniendo sex* con ella. Las zorras como estas son las que más me gustan; puedo hacer todo lo que quiera con ellas. No sé qué quejarán.
Luego de un tiempo, terminamos y le dije que se fuera. Me limpié y acomodé mi ropa, me senté con la intención de seguir trabajando, pero me acordé de los papeles que necesitaba y salí a pedírselo. ¡Pero vaya sorpresa que me llevé! La pelinegra que me tiene vuelto loco y confundido estaba allí.
Se acercó a mí con una sonrisa que no lograba descifrar. Y comenzó a limpiar mi rostro mientras me hablaba. Al darme cuenta de que se había dado cuenta de que me había cogido a mi secretaria, realmente me sentí incómodo. ¡Maldito sea Jared! Porque diablos. No me avisó que envió a su hija a mi empresa. No podía decir mucho, pero lo que ella dijo realmente me dejó sorprendido: tenía curiosidad por mis gustos en las mujeres.
Quise hacerla pasar a la oficina, pero se negó. No sé por qué, pero algo me decía que era por lo sucedido anteriormente con mi secretaria. Traté de hablar con ella y disculparme, pero era imposible, ya que ella estaba diciendo lo que pensaba y, Dios, su pregunta me dejó sin habla. ¿Cómo le respondía que tenía razón, que cogía con Keisi? Mientras ella esperaba por mí, pero su risa burlona me sacó de quicio, y no sé por qué solo pude mirar la serio mientras ella comenzó a jugar conmigo de nuevo, pero su atrevimiento no me lo esperaba para nada.
La tensión en el aire era palpable, y no podía evitar sentirme atrapado en su juego, del cual no quería ser parte. Ella se acercó con una sonrisa desafiante y una chispa en sus ojos que me hicieron dudar. Sus palabras eran un completo reto para mí, aunque intentaba mantenerme firme; pero había algo en su actitud que me desconectaba por completo, algo más que una simple provocación.
Cuando le dije que para mí solo era y sería una niña, su reacción fue inmediata; se notó el dolor de mi palabra en ella, aunque solo fue por unos segundos, pero eso no la impidió retroceder con su juego como lo esperaba. Rosó sus manos por mis brazos, y me hizo sentir extraño, una mezcla de deseo y fascinación. Era una provocadora nata y parecía disfrutar de esta interacción.
'¿Qué te hace pensar que soy una niña?', su pregunta resonó en mi mente. No podía decirle lo que realmente pensaba: su impulsividad, su forma de actuar sin pensar en las consecuencias… todo eso me hacía cuestionarme sobre lo que realmente me provoca esta chica.
A medida que continuaba su juego, me di cuenta de que había algo más en su mirada: esa determinación y seguridad me enloquecían. Toda esta situación era como si ella estuviera jugando una partida de ajedrez, moviendo cada pieza con precisión, y yo era un simple peón en su juego. No sé cómo debería reaccionar. La forma en que ella se acercó a mi oído susurrando que 'no había visto nada' me puso todos los pelos del cuerpo de punta. ¿Qué diablos estaba tramando? ¿Soy capaz de resistirme a ella?
Que Keisi llegara e interrumpiera realmente lo agradecí, pero sé que su juego no termina aquí. Mientras Yeraldin se marchaba, su comentario sobre que no debería marcar territorio donde no debía me dejó pensando. Su actitud desafiante mezclada con su apariencia inocente me mantiene en un tira y afloja emocional, ya que ella es la hija de mi mejor amigo, y eso no se me olvida.
Era una verdad que me carcomía: mi sentimiento por Yeraldin era realmente un peligro, una maldita prohibición que me hacía sentir culpable incluso antes de que pasara algo entre nosotros. ¿Cómo podría siquiera considerar algo entre nosotros sabiendo que podría terminar muy mal con Jared? A pesar de que soy más joven que él, compartimos muchísimas cosas con él durante tantos años; ese peso era realmente abrumador, pero debía mantenerme firme ante ella.
Al momento en que se fue, entré a mi oficina y me senté con una extraña sensación en el estómago: una mezcla de deseo, culpa, atracción y temor. No debía dejar que su provocación me desvíe de mi decisión; sin embargo, una pequeña voz en mi interior susurraba que quizás había algo más en Yeraldin que me negaba a ver, y quizás el hecho de que sea prohibido era la parte más atractiva de todo, y que de este juego estaba comenzando a disfrutar de la incertidumbre a pesar del peligro que representa."
Pasada al menos una hora, Jared me llamó y acordamos vernos en el lugar de siempre para tomar unos tragos; realmente nos hacía falta, aunque dudé un poco porque lo sucedido con Yeraldin aún rondaba en mi cabeza.
Acomodé todos los papeles en mi escritorio, salí y me fui directo a mi auto. Luego de unos minutos llegué al lugar donde Jared ya estaba tomando unos tragos. Me senté a su lado y comenzamos a hablar.
Jared: ¿Ya me dirás qué ocurre?
Johan: ¿De qué hablas?
Jared: Estás extraño desde que llegaste. ¿Acaso me ocultas algo?
Johan: ¿Qué podría ocultarte? Realmente no es nada, solo estoy cansado. Fue un día muy largo.
Jared: Sí, lo fue. Por cierto, gracias por acompañar a mi hija.
Johan: No fue nada.
Lo digo fumando, observando a las mujeres bailar en el tubo mientras otros hombres les arrojan dinero, intentando no pensar en ella.
Jared: Para mí lo es. Cuidaste de mi pequeña princesa. Estaba tranquilo en la reunión, sabía que estaba en buenas manos.
Johan: ¿Pero acaso no confías en la seguridad que está con ella todo el tiempo?
Jared: Claro que confío. Hacen muy bien su trabajo. Por ejemplo, sé que ahora está en un bar con su compañero del estudio de arte.
Johan: (Piensa) El mismo idiota que la hacía sonreír por mensaje…_ ¿No crees que es muy tarde para que esté afuera con un desconocido?
No puedo evitar sentir celos de ese muchacho. ¿Acaso Yeraldin está jugando con él también, o le dará una oportunidad si yo no le hago caso?
Jared: Ella sabe lo que hace. Además, no está sola, su seguridad la cuida aparte, e investigué al muchacho y no hay nada extraño en su información.
Johan: Ya veo, pero aún así no debería ser tan confiada con extraños. No todos pueden tener buenas intenciones.
Jared: Lo sé, y ella también. Pero Aiden parece estar enamorado de Yeraldin, y sé que él la cuidará si algo ocurre.
Agarro mi whisky nuevamente, tomándolo de un solo trago.
Johan: Al parecer no te desagrada que ese muchacho esté enamorado de tu princesa.
Jared: Me molesta que cualquier hombre esté con mi hija, pero ella ya no es una niña, es una mujer hecha y derecha y muy hermosa. Eso lo sé, cualquier hombre se volvería loco por Yeraldin, al igual que por mis otras dos hijas. Y si ella quiere estar con ese muchacho, lo aceptaré. Es de su edad, tienen casi el mismo gusto.
Johan: Entonces, ¿te desagradaría que ella salga con alguien mayor, que tenga casi la misma edad que yo o la tuya?
Jared: La verdad sí, no me gustaría que estuviera con un maldito viejo, porque sé que solo la querría para una sola cosa: usarla.
Johan: Pero si él la ama de verdad, como un maldito loco que está dispuesto a mandar todo a la mierda por ella…
Lo miro esperando su respuesta. Realmente quería saber su opinión, y él me mira fijamente, serio por unos segundos.
Jared: No lo sé. Lo único que sé es que si alguien cercano a mí se pasa de listo con mi pequeña princesa, no vivirá para contarlo, porque yo mismo me encargaré de matarlo lentamente.
Trago, asintiendo mientras agarro el whisky y me sirvo un trago doble. Conozco a Jared y sé que lo que dijo no es ninguna broma, es más una advertencia. Le sirvo un trago a él también y seguimos bebiendo sin seguir hablando del tema.
Todo esto me tiene muy estresado, y más ese pequeño roce de su mano, su aliento cerca de mi oído y su delicioso perfume. Aún lo siento y me está volviendo un maldito loco por volver a tenerla cerca. No sé si voy a poder resistirme a su maldita seducción, y la incertidumbre de lo que hará me tiene aún peor.
Quiero saber que sucede con esta pareja🥺