victoria, recién graduada obtiene la oportunidad de trabajar para la mejor compañía, alado de Gabriel un hombre de mal carácter y sin sentimientos ambos quedarán atrapados en un círculo amoroso al pasar una noche juntos.
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Apoyo incondicional y un buen amigo.
A la mañana siguiente....
Llegué a la oficina, como siempre fui por el café de Gabriel estaba realmente nerviosa de verlo.
¡Buenos días.!_ dijo Max, con esa sonrisa encantadora mirándome y con una malteada en la mano.
¡Buenos días, Max, ayer no te vi.!_ dije nerviosa prendiendo la cafetera.
!Gabriel me ha llenado de trabajo tanto como a ti me imagino, ya que te Vi irte ayer muy noche.!_ dijo Max.
Si bueno, yo ayer terminé muy noche arreglando todo para Singapur.!_ dije mientras llenaba la taza con café.
Pasa algo victoria te ves muy nerviosa.!_ me preguntó Max y yo no podía verlo a los ojos, no después de lo que pasó con Gabriel, me sentía horrible por Anastasia.
Max se acercó y puso una mano suavemente en mi hombro.
— Tranquila. Lo harás genial. Y si Gabriel te da problemas, dímelo.
— Gracias, Max. Tengo que llevar el café —dije, apartándome y dirigiéndome rápidamente hacia la oficina de Gabriel.
Victoria, te gustaría ir a comer algo, hoy todos saldremos temprano, Gabriel y Anastasia tendrán una cena familiar, me imagino que por fin le pondrán fecha a su boda.!_ me dijo Max, y yo sentí sus palabras como un balde de agua fría.Me quedé paralizada, mirando la taza de café humeante en mis manos.
Oh... una cena —logré decir, forzando una sonrisa. — Qué bien por ellos. Me temo que no puedo.Tengo algunos inconvenientes en casa y tengo que volver temprano.
Si cambias de opinión dime.!_ dijo Max con una sonrisa mientras yo salía directamente al elevador.
Para cuándo salí del elevador fui directamente a la oficina de Gabriel mis manos temblaban había Sido una idiota al besarlo.
Estaba por salir y de frente me encontré con Anastasia y a Gabriel tomados de la mano.
Buenos días, Victoria —dijo Anastasia, con un tono condescendiente y una mirada que me analizaba de pies a cabeza.
Los ojos de Gabriel reflejaban una frialdad glacial, como si fueran dos témpanos de hielo que me examinaban al verme. Su mirada era intensa y distante, lo que me hizo sentir pequeña y vulnerable en ese momento.
—Victoria, en un par de horas tengo una reunión con el inversor de Singapur. Asegúrate de que todo esté preparado —me dijo Gabriel con una voz firme, pero enérgica. Su tono me hizo sentir aún más incómoda, y una oleada de vergüenza me invadió. No podía evitar sentir que había sido una estúpida al haber permitido que Gabriel me besara como si yo fuera uno de sus juguetes.
Sin poder soportar más la situación, salí de la oficina, cerrando la puerta con un suave clic detrás de mí. Me dirigí a mi escritorio y me senté frente al computador, evitando a toda costa mostrar alguna emoción. En mi interior, estaba lidiando con una tormenta de sentimientos, pero no quería que ninguna lágrima traicionera escapara de mis ojos.
Anastasia salió de la oficina después de un par de horas, ni siquiera la mire, aunque ella si lo hizo.
Termine por fin el informe de Singapur y me dispuse a dejárselo a Gabriel, toque la puerta y entre el estaba al teléfono así que se lo deje en su escritorio y salí rápidamente.
Ya era la hora de la salida así que comencé a guardar todo en mi mochila, y subí al ascensor de inmediato, Pero Gabriel lo detuvo y subió en el.
Un escalofrío recorrió mi piel.
El me dió la espada como si no existiera y yo solo me quedé callada al igual que el, cuando se abrió el elevador yo estaba muy molesta, ahora entendía que solo me estaba usando como una conquista más o para burlarse de mi.
Para mí buena suerte cuando baje del elevador ahí estaba Max.
Victoria, entonces vamos a comer.!_ me dijo Max mirándome.
Estaba a punto de rechazarlo y Gabriel me miró como tantas veces lo había hecho como si yo fuera un bicho raro.
Si vamos.! Dije mirando a Max, el me tomo de la cintura en toque de amistad y ambos salimos de la empresa su auto ya estaba en la entrada así que sin mirar atrás subí.
Al llegar al restaurante ambos nos sentamos en una mesa juntos a la ventana que daba a la calle.
Mientras ambos pedimos una carne con papas fritas, platicábamos pues a ambos nos contaba trabajo hacerlo de cualquier tema.
Te pasa algo victoria, no lo sé pareces pensativa y ausente._ dijo Max.
En ese momento lo mire a los ojos, tenía tanto en la cabeza y me sentía tan agobiada que le dije.
Antonio, el esposo de mi mamá está muy enfermo y al parecer es cuestión de días o semanas para que el nos falte y mi mamá está muy triste y yo no sé que hacer, me siento inútil.!_ dije mientras mis ojos se llenaban de lágrimas.
Max se quedó en silencio, su expresión cambió de preocupación a una empatía profunda. Extendió su mano sobre la mesa y tomó la mía.
Victoria... lo siento muchísimo. No tenía idea. —Max apretó mi mano, su gesto era de absoluta sinceridad y me acaricio. — Escucha, no eres inútil. Eres fuerte, eres brillante. La impotencia ante algo así es normal, pero no estás sola. Lo que necesites, ya sea que yo me siente con tu mamá, o que te distraiga un poco... lo haré.
En ese momento entro Gabriel y de su brazo estába Anastasia.
mediático de estos periodistas mediocres 😡😡😡