Una mujer sumisa, dedicada a su hogar, amando a su esposo incondicionalmente vive en el mundo perfecto... Hasta que su esposo la engaña y humilla, por lo que escapa y descubre que es mucho más fuerte de lo que creía, además de que tiene la oportunidad de volver a enamorarse y darse cuenta lo que verdaderamente es amar y ser amado.
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"13"
-¿Me estabas buscando? -pregunto confundida -¿Por qué?
-Bueno... Ayer te fuiste sin que tuviera oportunidad de hablar otra vez contigo y tenía la esperanza de volver a encontrarte en esa misma calle
-Tengo que irme -susurro y trato de caminar, pero él sujeta una de mis manos justo como la vez pasada, con calidez y delicadeza
Me zafo del toque inmediatamente como si me quemara.
-Lo siento, yo solo quiero ayudar
-¿Por qué? Ni siquiera me conoces
-Quiero cambiar eso justamente
-¿Por qué?
-Sinceramente no lo sé, pero siento que quiero hacerlo, eres una mujer muy hermosa y al parecer el peligro te asecha por todos lados
-Ese no es tu problema
Me mira a los ojos y asiente.
-Lo lamento, no quería importunarte
-Solo déjame tranquila...
Levanta sus manos en señal de paz e inocencia.
-Está bien, solo quería asegurarme de que llegaras a tu casa con bien, pero veo que ya no tiemblas y que ya estás mejor, no te molesto más -baja la mirada -Ya no te molestaré más
Se da media vuelta y empieza a caminar para entrar al auto del lado del conductor.
Segundos después pone el auto en marcha y se va, dejándome ahí parada sin saber que hacer, pero sintiéndome mal, sobre todo por como lo traté. Él no hizo nada más que ayudarme, y no solo una, sino dos veces.
¿Por qué me comporto de esta manera en su presencia?
Es algo instintivo no sé porque me estoy comportando de esta manera tan grosera con él, es como estar a la defensiva.
Comienzo a caminar hasta la parada del autobús.
Cuando este pasó, todos me miraban con asco y se apartaban lo más que podían y sinceramente no los culpaba, ni siquiera yo podía soportar el aroma que traía encima.
Al llegar a la pensión la señora Tutu me miro aterrada y corrió al verme en ese estado.
-Pero pequeña Aysel, ¿Qué fue lo que te pasó? ¿Qué te han hecho? ¿Quién ha sido?
Mis ojos se vuelven a llenar de lágrimas al verla tan preocupada por mi bienestar que no pude impedir el volver a llorar.
Ella intentó abrazarme, pero me retire enseguida.
-No, huelo horrible y no quiero ensuciarla -le digo con la voz quebrada
-Eso no me importa, tu necesitas un abrazo, mi pequeñita
Y me abraza con cariño y delicadeza, yo correspondo el abrazo y vuelvo a llorar.
Ella me tranquiliza con dulces palabras y caricias sobre la espalda.
Pronto estoy calmada y ambas vamos hasta la que es mi habitación, la señora Tutu se encarga de preparar la tina con agua tibia, un jabón con olor a Jazmines y unos pétalos junto con burbujas artificiales.
-Ahora toma un baño con tranquilidad, tómate tu tiempo para que descanses, una vez que termines te pones algo cómodo y bajas para comer un poco ¿Está bien?
-Muchas gracias, de verdad se lo agradezco como no tiene una idea
-No tienes nada que agradecer, ahora quítate todo eso y date tu baño
Asiento con la cabeza y minutos después estoy dentro de la tina quitándome el mal olor y toda esa sensación de humillación de la que fui víctima, sé que debí de hacer algo por defenderme, no dejar que otra persona hable por mí, pero simplemente no pude.
Y ese extraño lo hizo, sin problemas, sin insultar a esa mujer asquerosa, él logró amedrentarla, aunque siendo sincera cualquiera al que le hable con esa profundidad se sentiría intimidado la verdad, esa seguridad y firmeza no es cualquier cosa.
¿Volveré a verlo algún día?
Porque tengo que entregarle su saco, disculparme por mi comportamiento tan feo y brusco, porque soy consciente de que no debí de actuar de esa manera, él solo me ayudó y yo como una completa malagradecida simplemente fui grosera y lo obligué a irse.
Suspiro con frustración por mis absurdas reacciones y salgo del baño.
Me visto un short de manta que compré con la señora Tutu y una playera negra junto con mis tenis del mismo tono.
Desenredé mi cabello con delicadeza y cuidado hasta que deshice todos los nudos y decidí dejarlo secar por sí mismo, por lo que me vi obligada a dejarlo suelto.
Tome valor y baje las escaleras hasta la cocina, donde vi a la señora Tutu caminando con un plato de un lado a otro.
-Ah, ya estás aquí -dice con una sonrisa -Siéntate, siéntate, ya todo está listo para que lo disfrutes
-Usted es un amor de personita
-Gracias pequeña Aysel
Deja un plato apetitoso delante de mí, acompañado de una taza de chocolate caliente, que he descubierto que es una de sus especialidades culinarias.
Bebo un sorbo y el dulce sabor y aroma me tranquilizan por completo.
-¿Mejor?
-Mucho mejor, ahora todo se ha resulto con este chocolate -le digo con una gran sonrisa
Ella besa mi coronilla y me anima a probar bocado.
***
Ya era de noche y estábamos en el vestíbulo platicando sobre mi infancia y como fue de lo más linda hasta que crecí y me di cuenta de lo que pasaba realmente con mis padres.
-Eso es muy triste, puedo imaginarme todo lo que tu madre tuvo que sufrir -dice la señora Tutu con lástima
-Sí, pasó por mucho, pero jamás se alejó de su lado, permaneció ahí
-Bueno no todos tienen la valentía de irse del lugar en donde les hacen daño, creen que cambiarán...
Estaba por responder cuando cuatro hombres vestidos con ropa sencilla, pero aspecto de malandrines nos sonríen con perversión.
-Buenas noches Tutu, señorita -dice dirigiéndose a mí, el hombre del centro, que parece ser el líder del resto
-Hasta mañana tengo el pago -dice con nerviosismo la señora Tutu
-Oh no, señora Tutu - dice el hombre mientras camina hacía nosotras -¿Qué haremos con ese problema entonces?
-Chicos, mañana tendrán su dinero -dice mientras estruja con nerviosismo sus manos entre sí
-¿Y qué le diré al jefe si llegó con las manos vacías? ¿Eh? -dice el hombre con ojos de locura
-Nunca me he atrasado con los pagos
-Y por eso es mi anciana favorita -dice el sujeto mientras la abraza y le da un beso en la mejilla
Veo lo tensa que está la señora Tutu, así que mi nerviosismo comienza a crecer con cada segundo que pasa. Nada bueno va a salir de esta situación.