NO SERÉ TU AMANTE

... Al día siguiente, después del desayuno, Erick le pregunta a Olga si ya está lista para la boda, ella responde que si.

— A mi no me lo parece.

— ¿Por qué no?

— No llevas un vestido blanco. — Olga ladea los ojos con disgusto.

— Ni lo pienso llevar.

— ¿Por qué no?

— Ya estuve casada una vez, ¿no te parece ridículo que utilice un vestido blanco?

— No. No me lo parece. Quiero que uses uno.

— No hay en mi maleta, no estaba en mis planes casarme. — Erick evade ese tema.

— Tengo que arreglar unos asuntos en la empresa, mandaré a traerte un vestido, nos casaremos por la tarde.

— Cómo quieras.

Unas horas después, Erick usa un traje muy elegante, color negro, con una camisa blanca, corbata, zapatos negros brillantes y el cabello peinado hacía un lado.

Olga por su parte lleva un vestido color turquesa, unos zapatos negros bajos, el cabello suelto y bien planchado.

— ¿No te llegó mi vestido? — Pregunta molestó al verla.

— No me gusto. Decidí usar éste.

— Te encanta llevarme la contraria.

— Piensa lo que quieras. — El juez interrumpe su discusión preguntando si son los que se van a casar. Ambos responden que si y entran a la oficina.

Olga no tiene idea de cómo llego ahí. Hace menos de un mes que perdió a Maximiliano. Y ahora se va casar con su tío. Se siente cómo una traidora, aunque también está molesta por lo que el le hizo. Eso la hace sentir menos culpable.

Después de la boda Erick la lleva a cenar, y para cerrar con broche de oro, se la lleva a casa, dónde la toma en sus brazos.

— Bájame.

— Tengo que llevarte así hasta nuestra habitación.

— ¿Quieres dormir conmigo?

— Hoy no vamos a dormir.

— ¿Qué quiere decir? — Erick le da un pequeño beso en los labios.

— Es nuestra noche de bodas.

— ¿Quieres tener intimidad conmigo?

— ¿Por qué piensas que me casé? ¿Para vivir en castidad? — Pregunta con ironía.

— Pensé que...

— Fui claro, nos casamos, nos usamos, te enamoras y nos separamos. ¿Comprendes? — Olga asiente con la cabeza.

— Si. — Erick la lleva a su habitación y la coloca sobre la cama. Olga observa cómo el se quita la ropa y la deja regada en el piso, un recuerdo vienen a su cabeza pero decide ignorarlo. Erick se acerca a ella sin una sola prenda en el cuerpo, ella se acuesta y el cae sobre ella sin aplastarla. Recorre sus piernas para buscar la ropa interior y quitársela. Sus dedos se colocan en el interior de Olga arrancando un gemido.

Erick juega con ella. Los gemidos no cesan, hasta que ella explota, ambos están ansiosos por sentirse. Erick abre los botones del vestido y chup* los pech*s de ella, los muerde y vuelve a chup*rlos. La excitación está en un punto muy alto, ninguno de los dos aguanta más, Erick sube el ajustado vestido y entra en ella. La habitación ya tenía ruidos obscenos, pero no sé comparan con los que ahora están provocando.

Las embe*tidas se vuelven más duras, y a la vez más placenteras. Olga está disfrutando cada embe*tida como si fuera la última. Erick la lleva al cielo, pero cuándo terminan ella no deja de sentirse culpable por lo que pasó. Tal vez no amaba a Maximiliano, pero si lo quería y respetaba. Nunca le fue infiel, y ahora siente cómo si lo estuviera siendo.

— ¿Estás pensando en el? — Erick la atrae a su pecho y clava su mirada en su rostro. — Contéstame.

— Sabes que si.

— No me gusta que pienses en el mientras estás conmigo. Tú eres mía.

— No por mucho.

— ¿Te vas a enamorar de mi tan rápido? — Pregunta con una risa sarcástica.

— Yo creó que me vas a ser infiel muy pronto.

— No lo haré. Nunca te daré una razón para dejarme.

— Aunque no me la des, ¿Cómo vas a saber que realmente me enamoré? Puedo mentirte para divorciarme más rápido.

— No soy estúpido. Yo sabré si lo haces para alejarme. O si realmente estás enamorada. — Los rostros de ambos quedan muy cerca del otro, Erick la besa y trata de quitarle el vestido, esté conserva botones que el no quiere abrir, la mejor idea que se le ocurre es romperlo. Olga no se molesta por sus acciones, ahora sólo quiere disfrutar el momento, las caricias, los besos, y desde luego los org*smos.