VENDIDA.

Norma entra apresurada a ayudar a Sienna a curar las heridas.

__ Mi niña otra vez te desgarro. Creo que de ahora en adelante cada que el joven vuelta a casa y te pida subir a la habitación deberás de usar este lubricante.

De esa forma se deslizará más fácil causando menos dolor.

Sienna mira a la anciana confundida.

__ ¿Cómo se supone que debo de usar esto?

__ Hay pequeña, tú no sabes nada de la vida.

Mira, un hombre debe de estimular a su pareja para que de esta forma ella no sufra estas horribles heridas.

Pero el joven es demasiado brusco así que es tu deber prepararte.

__ ¿Demasiado brusco? Él ni siquiera es un hombre. Es una bestia desalmada.

__ Solo úntalo antes de que el joven entre en ti. No ayuda mucho con el dolor, pero al menos ya no sangraras.

__ Señora Norma lo odio tanto que si tuviera en mis manos algo con que defenderme sin duda le quitaría la vida.

__ Niña guarda silencio, decir tales palabras aquí significan tu sentencia de muerte.

__ Pues que así sea. Yo no creo poder seguir viviendo este infierno.

__ Saca fuerzas de donde sea. Porque si tú te rindes solo le pasarás está pesada carga a la niña Sofía. ¿O es que acaso eso quieres?

__ Eso jamás lo permitiré. Mi hermanita no vivirá como yo. Son unos montruos, siempre me amenazan con Sofía. Ella solo tiene 8 años maldita sea 8 años.

__ Sienna querida. Aquí el verdadero monstruo es tu padre. ¿Cómo fue capaz de vender a sus propias hijas? No quiero lastimarte con mis palabras, pero él sabía perfectamente como serían sus vidas si no pagaba la deuda.

__ Mi padre también es un monstruo sin corazón. Pero deberían de obligarlo a pagar a él. Nadie de mi familia siquiera disfruto del dinero y, sin embargo, soy yo la que lo está pagando con su cuerpo y vida.

__ Hoy solo recupérate y descansa. Yo me encargaré de atender a los muchachos.

Sienna recordaba aquella vez que escucho la conversación de sus compañeras. Ellas relataban lo bien que se sentía ser tomadas por sus novios.

Como disfrutaban de las caricias y los besos.

No entiendo como podían disfrutar de un acto tan repugnante. Solo hay dolor al ser tomada por un hombre.

(llora envuelta en el cobertor).

Durante el siguiente mes Sienna no tubo paz.

Emiliano la torturó todos los días sin descanso.

De todas las maneras posibles. La sometía a Su voluntad como si fuera un simple objeto.

Afuera de la habitación solo se escuchaba el llanto desesperado de la joven muchacha suplicando piedad.

Sus súplicas por fin fueron escuchadas cuando Emiliano recibió una llamada y se dispuso a marcharse. Sin dar razones de cuando volvería.

En la mansión Zoto solo queda Norma y 6 hombres más para garantizar la seguridad del lugar.

Sienna se enfoca al máximo en aprender de todo lo que sabe la señora Norma. Esto la mantiene ocupada y hace que sus pensamientos no se vuelvan peligrosos para sí misma.