Yohei huye de su país y del aplastante peso de su familia, sin saber que allí encontraría a alguien a quien amar, pero aquello de lo que escapa lo terminará encontrando.
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Capítulo 21
Reece
Definitivamente hubiera sido mucho más fácil si alguien hablara o supiera leer japonés. Una cosa es ir de turista a lugares populares y otra es encontrar una dirección en específico, sobre todo cuando la dirección que tenía la Universidad estaba mal escrita y el GPS no lo encontraba. Tuvimos que encontrar a alguien que supiera hablar suficiente inglés, como para descubrir donde estaba el error.
Está cayendo la noche, cuando encontramos el lugar correcto.
-Que casa tan grande- se admira James.
Estoy de acuerdo, junto con el resto. Y aunque esperaba una casa más tradicional, la inmensa mansión moderna es algo que no me extraña haber encontrado.
-¿Deberíamos volver mañana?- pregunta Sophie –no creo que sea muy educado presentarse a esta hora. Además, debemos buscar un lugar donde pasar la noche.
No termina de decirlo cuando estoy tocando el timbre. Todos sostenemos nuestra respiración, pero nadie aparece.
-Inténtalo nuevamente- me insta Jack –tantas veces como sea necesario.
Quiero tomarle el pelo y decirle que debería tomar esa resolución y enfocarla en su propia vida amorosa, pero no lo hago, ya que estoy un poco nervioso por lo que pueda pasar.
Espero que alguien me hable por el intercomunicador, pero nuevamente no hay respuesta.
-¿Quizá no hay nadie?- se pregunta James, pero justo en ese momento, aparece una persona al otro lado de la reja. Es una mujer de mediana edad. Ella habla en japonés y cuando le decimos que hablamos en inglés, ella niega.
-Johei Asahi- digo, después de que Sophie intente traducir con el celular, sin demasiado éxito.
La expresión de la mujer se ilumina y asiente, luego se va diciendo alguna palabra.
-Esa palabra me la sé. Dice que esperemos- nos informa Sophie.
Esperamos y unos minutos más tarde, vuelve para dejarnos entrar en la casa. Allí nos guía por el amplio patio y cruzando la puerta principal, hasta que llegamos a una sala de estar.
-Bienvenidos- dice la persona esperándonos allí. Inmediatamente lo reconozco, como la persona que me ofreció dinero por darle información de Yohei.
Este tipo es el que se lo llevo.
-No esperaba ver a los jóvenes tan lejos de su lugar de residencia- sigue, cuando ve que nadie le devuelve el saludo. -Por favor, siéntense- invita, pero ninguno lo hace.
-¿Dónde está Yohei?- pregunto.
-El joven señor no está disponible en este momento. Me temo que no lo estará de ahora en adelante- responde y de verdad me exaspera esa cara inexpresiva que tiene.
-Bueno, no me importa si está disponible o no. Quiero verlo y no viajé tan lejos para irme sin hacerlo- digo.
-Deben entenderlo, el joven no tiene tiempo porque se está preparando para su próximo matrimonio- dice el tipo y se me hela la sangre al escuchar eso.
No hay modo. No un maldito modo, en que permita que me quiten a mi pequeño.
Estoy pensando eso, cuando veo como alguien golpea la cabeza del tipo y posteriormente este cae al suelo, inconsciente. Miro hacia arriba y veo a James sosteniendo un adorno.
En qué momento se movió hasta su espalda.
-Hombre, ¿lo mataste?- pregunta Jack. –Sophie, ¿no dijiste que este país tiene pena de muerte?
-No exageres, está desmayado- dice ella, poniendo su dedo bajo su nariz y viendo que respira.
En ese momento aparece la mujer anterior y hace un sonido de miedo.
-Tranquila- digo, aunque no entienda. Luego señalo al tipo en el suelo y digo la palabra ok, que es una que debe entender todo el mundo. Ella asiente, aún viéndose con miedo. –Yohei- repito.
Ella duda un momento, pero después de ese momento de vacilación, da un paso lentamente hacia adelante, luego otro. Cuando se decide, recorre rápidamente la distancia que la separa del tipo en el suelo, rebusca en uno de los bolsillos de la chaqueta y saca un conjunto de llaves. Luego da la vuelta, diciendo unas palabras. Cuando ve que no la seguimos lo suficientemente rápido, hace gestos con la mano.
-Vayan, me quedaré con este tipo y cuidaré que no despierte y los interrumpa- dice Sophie.
-No hay modo en que…- empieza a protestar Jack, pero es interrumpido por James.
-Me quedaré, ve con Reece- dice él.
Jack asiente y nos apresuramos a seguir a la señora por la casa, hasta que llegamos a una puerta de barras de metal que cubre otra de madera. Ella señala y luego se va rápidamente, dejándonos allí.
-Mierda- digo, cuando me doy cuenta de que seguramente Yohei está encerrado al otro lado. –Están locos.
-Ni que lo digas. Es como para llamar a la policía- está de acuerdo Jack. Lo más rápido que puedo, pruebo las llaves, hasta que encuentro la de la puerta exterior y luego hago lo propio con la interior. Una vez abiertas, entro y encuentro a Johei acostado en una gran cama.
Es demasiado grande para él que es tan pequeño. Se ve tan vulnerable.
Beso su mejilla, porque necesito sentirlo de alguna manera.
Nunca pensé que llegaría a importarme tanto en tan poco tiempo, pero aquí estoy.
-Pequeño, despierta- lo llamo, pero además de acomodarse un poco, no reacciona. –Pequeño, no tenemos mucho tiempo, despierta- digo nuevamente.
-Reece, apresúrate- dice Jack y por fin veo como reacciona, abriendo sus ojos.
-¿Reece?- pregunta y sonrío porque de verdad extrañe su voz.
-Ya extrañaba estos pijamas anticuados- digo en su lugar, ayudándolo a levantarse. –Te sacaremos de aquí- le prometo.
-Apresúrate- presiona Jack.
-Reece, te amo- dice entonces Yohei, mientras lágrimas caen por su cara.
Me emociona escuchar eso, pero sé que puede que sea sólo la alegría del momento. Sin embargo, aunque lo sé, no me detiene besarlo y devolver sus palabras. –También te amo. Ahora salgamos antes de que nos encuentren y terminemos en una cárcel de verdad.
Salimos de allí y llegamos hasta donde están James y Sophie y el tipo que aún no despierta.
-Vámonos- digo y todos se ponen en marcha hacia la salida. Pero cuando estamos casi allí, aparece una mujer bien vestida y cinco sujetos, los que bloquean nuestro camino.