Se dice que cada cien años la madre de todos los lobos reencarna para vivir una vida plena en la tierra por cierto tiempo, pero no se le a vuelto a ver a lo largo de quinientos años, ahora todo parece leyenda y escuchar sus historias pareciera un cuento de adas, pero todo eso cambiará con el nacimiento de Talisa.
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Capítulo 23
"¡Levántate perra! Porque aun no veo mi desayuno"
Elin apenas podía caminar, tenía la pierna izquierda morada y a duras la arrastraba para ir adonde Astrid.
Astrid no necesitaba un desayuno hecho por Elin, siempre terminaba comiendo lo que hacían los demás, pero ya era parte de su rutina arrojar los alimentos que Elin le llevaba.
"¡Porque tardaste tanto!"
"Lo siento Astrid, mis piernas aun no se curan y me cuesta caminar"
"No quiero oír excusas, tampoco me importa si te duele o si ya sanaron tu heridas. Si ese es el problema levántate más temprano"
Le pasé lo mismo de siempre, un batido de leche con fresas y dos huevos estrellados. Intentaba contener las lágrimas, sentía tanto dolor, la pierna que arrastraba seguía muy astillada.
En cuanto le entregue la charola probó su batido, y para mi sorpresa esta vez no la derramó sobre mi cabeza. Mis ojos no podían creerlo aun. ¡Ella lo está bebiendo de verdad!
"No quiero los huevos, puedes comerlos si quieres. ¡Ya puedes quitar tu inmundicia de mí! ¡Anda, largo! O estas esperando que los arroje al piso y los comas de ahí." Negué con la cabeza y arrastre mi inmundicia como ella decía. No se que pasó, pero agradezco a la diosa por este milagro.
Mi lobo y yo estamos tristes, siento el estómago ahuecado. Jamás imaginé qué al ser cuatas, termináramos siendo emparejadas con el mismo hombre. Pensé.
Ahora tengo que pensar que hacer cuando él la reclame como su compañera. Ya soy lo suficientemente grande y aunque no fuerte, se que puedo escapar de aquí. Esta puede ser una oportunidad para largarme de una vez por todas, no importa si eso me convierte en una pícara. Vivir aquí es como morir en vida, y prefiero hacerlo afuera, de todas formas siempre intentan matarme de hambre, apuesto a que fuera puedo conseguir más comida que aquí adentró.
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Talisa había despertado con jaqueca. Al mirar al lado no vio a Saac por ningún lado, no iba a esperar aque el dolor solo pasara, puso su mano en ella y comenzó a quitarse el dolor.
Levantó mi cuerpo aun desnudo, solo para verme en el espejo. Había una marca, y no niego sentirme tan feliz. "¡Auch!" La toqué, aunque no esperaba que siguiera doliendo. Llámenme masoquista, pero no tengo interés por curar el dolor.
"¿Saac, a donde vas?" Se veía cambiado y listo para marcharse.
"¿Dime, como dormiste?" Estaba más atento mientras apretaba mi rostro con sus dos manos, dejando caer un pequeño beso en mi frente.
"Duele un poco, creo que me gusta" Señale la marca en mi cuello. "Y.., me dirás a donde vas"
"Saldré por varios días. Me gustaría estar aquí contigo, pero tengo pendientes que resolver. Puedes pedirles a las chicas que te acompañén al pueblo si quieres. Deje una bolsa de monedas en tu habitación. No dudes en gastar todo si quieres."
Hice pucheros, no me gusta estar tanto tiempo encerrada, además, Dersi se pasea por el palacio como si fuera de suyo.
"¿Ya te vas? ¿Cuándo volverás?"
"No estoy seguro, puede que sea en meses, tal vez. Debo visitar otras manadas y limpiar los caminos que dan a Full Moon."
"Suena más divertido que ir de compras. ¿Porque no me llevas? Así no estaré tanto tiempo sin verte"
"Es peligroso, no puedo correr el riesgo si te pasa algo"
"¿Estás intentando decir que no eres capaz de protegerme? Porque si es así puedo asegurarte que soy capaz de defenderme yo misma"
"Se lo que intentas Talisa. No va a funcionar conmigo. No, es no"
Me sentía furiosa, él hecho era que no quería llevarme con él, eso de que no quiere preocuparse por mi son puras mentiras.
No dije más, me di la vuelta y subí. Y creo que pude notar su mirada apagada. No tengo idea si sea la marca que dejo en mi cuello, pero puedo sentir sus emociones ¡No me importa si me quiere llevar o no! Soy libre de tomar mis propias decisiones. Iré, quiera o no. Y no es tanto por él, bueno, si un poco. Pero no espero a que mi propósito de esta vida sea solo la mujer de Saac. Necesito salir y aprender a recordar las memorias que me fueron arrebatadas.
Saac quería ir tras ella, pero después de pensarlo tal vez sería difícil negociar con ella.
Apenas había cruzado las puertas con Aiden, cuando una voz femenina lo saco de sus pensamientos.
"¡Aquí! ¡Espera!" Era Talisa, iba vestida como todo una aventurera. Corría a toda prisa para alcanzar a Saac.
Saac bajo de su caballo, Hopi y Talisa arriba de Gisli, corrían hacia él.
"¡Qué haces!" Pregunta Saac molesto.
"Bueno, ya que tu no me dejas acompañarte. Creo que iré por mi cuenta, a menos..., que quieras que te acompañemos"
Saac se soba las cienes, tratar con ella es más difícil de lo que pensó, dado que es la primera persona que va contra sus órdenes.
Después de pensarlo, mira de pies a cabeza a Talisa.
"¿Quién te vistió? ¿Fueron ellas verdad?"
"¿Quién, Frisia y Kari? ¿Porque, no te gusta? Me dijeron que si me veías vestida apropiadamente tal vez quisieras que te acompara. ¿Entonces funcionó?
Claramente funciona, pero no de la manera que quiero. Pensaba Saac.
"Después hablaré con ellas. Anda, sube a mi caballo, el recorrido es largo."
Talisa sonríe por su cometido, se veía tan sensual qué Saac no podía apartar la vista de sus pechos, el corcel levantaba su busto, haciendo lucir el escote mucho mejor.
"¿A esto le llamas discreción?" Le dice Aiden en burla a Saac.
"¡Cállate! Y de una vez les digo, si alguien se atreve a mirarla, dense por muertos." Sus palabras era fuertes y claras, pero era imposible que alguien más no la viera, si su cabellera blanca llegaba asta sus muslos, y dirigir la mirada ahí ya en si era provocador.
"Si alguien pregunta, somos parte de un circo" Dijo Saac por último, este sarcasmo le robo una sonrisa a dos que tres.
En el transcurso del camino, Saac había recargado su barbilla en el hombro de Talisa. Sin darse cuenta, ya había lambido su hombro. Esto dejo salir un pequeño gemido por parte de ella.
Saac comenzó a sentirse caliente, tenía necesidades y quería poseer a Talisa una vez más.
Sus guardias incluido Aiden, son lobos con buen oído, y sabían que esos dos se iban divirtiendo.
"¡Basta! Aiden nos esta viendo." Le dice Talisa.
"¡Te equivocas! Yo estoy volteando para otro lado"
"Pero es muy claro que escuchas." Esto último hizo sonrojar a Aiden de la vergüenza.
"No puedes culpar a mi beta, tu tienes la culpa por vestirte así. Además, tu trasero viene rozando mi..., ¿Quieres que lo diga?"
Talisa voltea y le tapa la boca a Saac con su mano, ya sabía que algo duro venía picando su retaguardia, pero ya sabía de qué se trataba.
"No puedes guardar tus emociones, no a mí. Se bien que como yo, tú también lo quieres. Puedo sentirlo, incluso saborearlo." Lamió la marca que él había dejado en su cuello, esto hizo revolotear en lo más íntimo de Talisa.
"Creo que deberíamos hacer una parada en el próximo pueblo. ¿Qué dices?" Le pregunta Talisa con la respiración agitada.
"Estoy de acuerdo. Si mi reina me lo pide, entonces se lo daré"
No había filtros entre los dos, su conversación había sido escuchada por todos sus seguidores, pero a Saac no le importaba.
"¡Diablos! Necesito encontrar a mi pareja rápido." Susurró Aiden.