*Actualizo Diariamente* ... Alessia Betancourt, es la hija de un Vizconde , para evitar que su padre la venda a un viejo asqueroso, pasa la noche con un hombre guapo y da a luz a un hermoso niño, Fabián. Años más tarde, su padre la vende a un Duque, quien se dice que es un monstruo asesino. Alessia quien había entrado a una depresión silenciosa, se sorprende al ver que su esposo, es nada más y nada menos que el padre de su hijo. El Duque, sin embargo, no logra reconocer el rostro de Alessia, solo sabe que se siente atraído por esta triste mujer y su hermoso niño.
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Capitulo 13- El sótano.
Salí de la habitación echando humitos, no la entendía ¿por quién me toma esa mujer?, al salir al pasillo que conecta desde mi habitación al jardín, Vicent hizo una pequeña reverencia y hablo.
Vicent: Llega tarde mi señor, debe haber hablado mucho con la señora. Lo habrá pasado bien...
Noah: Silencio, Vicent.
Pase por su lado, estaba demasiado enojado ¿qué? ¿puedo conocer a otras personas y tener hijos? ¡¿eso es lo que diría una esposa?!
Noah: ¡Maldición!
"¿qué diablos piensa esa mujer de mi?"
Vicent: Mi señor ¿ha pasado algo?
Noah: ¡no! ¡nada!
Seguí caminando rápidamente hacia mi oficina, pero se pronto me detuve en seco y me volví hacia Vicent.
Noah: Vicent.
Vicent: ¿...si?
Noah: ¿Crees qué soy guapo?
Vicent por un momento se quedó sin palabras, sonrió la necesidad de buscar un copillo y limpiarse el oido, pero como no podía hacerlo, respondió tranquilamente.
Vicent: Si... Una apariencia difícil de encontrar.
Noah: Exacto.
Después todo, esa mujer era la rara en esta relación. Entre en mi oficina y me senté en la silla frente a mi escritorio.
Noah: ¿Y Fabián?
Vicent: Desde la mañana estuvo explorando con su pala. La señora ha criado muy bien a Fabián. Aunque es joven, es inteligente y educado.
Mi mirada se oscureció, debe haber sido criado duramente, maldije para mis adentros ¿qué clase de vida podía tener una noble para tener esas horribles heridas en su espalda?
Vicent: Es gracioso... El Joven maestro Fabián se parece mucho a mi señor, incluso sus ojos rojos, si miras de cerca, son muy similares.
Noah: ¿lo es..?
Parece que no soy el único que piensa así, suspiré, no podía quedarme con la duda.
Noah: Vicent, informa a las sombras, que busquen a alguien que haya trabajado para los Betancourt hace tres años. Me refiero a alguien se confianza de los Betancourt.
Vicent: Está bien.
Me preocupa. Las dos dos mujeres parecen extrañamente superpuestas. El tono y la atmósfera.. Es una idea estúpida...
Noah: A quien Alessia conoció hace tres años, que lo investiguen con la mayor precisión posible.
Vicent: Está bien.
Tras una breve reverencia, Vicent salió de mi oficina. Me levanté y camine hacia la ventana, nada más hacerlo, pude ver a Fabián, estaba jugando con su pala en el jardín, sonreí, así que fui a verlo.
Noah: Fabián.
Al verme, sonrió y se tiró encima de mi
Fabián: ¡Tío!
Noah: Y cuentame ¿Qué estabas haciendo?
Fabián: ¡Estaba haciendo una casa!
Noah: Ya veo.
Lo mire sonreír, se parece mucho a un pollito, un lindo pollito, me veo a mi mismo como un niño, pero con el cabello de otro color.
Fabián: ¡Juguemos juntos!
Busque un pequeño balde y lo llene de agua, luego agarre la tierra con la que estaba jugando y en otro balde eche tierra y luego le agregué agua.
Noah: Mira, si primero lo mezclas con agua... Se puede hacer más fácil.
Fabián: ¡Wao! ¡Eres el mejor!
Noah: Fabián ¿no quieres ver a tú papá?
Fabián recordó la historia que su madre le contó, si decía algo sobre él, el monstruo hechicero se lo llevaría.
Fabián: No, no, no ¡para Fabián, mamá es la mejor! ¡después viene el tío! ¿tú quieres a Fabián y a mamá?
Lo mire a los ojos ¿los quería? no tenía ni que preguntarme dos veces, ya sabía la respuesta.
Noah: Por supuesto, yo los quiero mucho.
Fabián: ¿En serio?
Noah: Si, de verdad.
Fabián empezó a dar vueltas, se notaba lo feliz que estaba, estando cerca de él, las sonrisas se volvían naturales.
Noah: Fabián, vamos los tres juntos al mercado nocturno hoy en la noche.
Fabián: ¿mercado nocturno? ¿Qué es eso?
Noah: Es un mercado donde siempre se celebra de noche, es muy divertido.
Fabián: Mamá... odia estar entre mucha gente.
Lo mire, estaba seguro de que Fabián sabía mucho, demasiado y era un niño muy inteligente.
Noah: De casualidad el Vizconde Betancourt, tu abuelo ¿le pegaba a tu madre?
El niño comenzó a llorar silenciosamente, luego abrió la boca.
Fabián: Todos los días... Mamá... era lastimada. Mamá siempre estaba sangrando... mientras sollozaba... nunca estaba bien... ella siempre me decía... que me durmiera...
Lo abrace, no podía explicar el dolor que me causaron sus palabras, apreté los dientes.
Fabián: Tengo miedo de él; lo odio...
Noah: Está bien. Lo lamento Fabián... No llores...
Él no dejo de llorar, en cambio siguió hablando, cómo si necesitara desahogarse.
Fabián: Mamá y Fabián... Siempre vivieron en la oscuridad del sótano.
Noah: ¿Qué? "imposible"
Fabián: Debajo de las escaleras...
"¿debajo de las escaleras? ¿se refiere al sótano?"
Fabián: es un lugar oscuro y aterrador, solo con mamá...
Pero que... Yohan Betancourt, nunca te perdonaré, sabrás lo que es la furia de Noah Reyes.
Noah: Fabián, no te preocupes. Yo me ocuparé del Vizconde Betancourt.
Fabián: ¿ocupar? ¿qué es eso?
Noah: Para que nunca más se vuelvan a ver, va a estar muy lejos~
Fabián: No sé que significa, pero suena bien. ¡Gracias, tío!
Él me abrazo y yo le correspondí el abrazo, odiaba haber sacado un tema tan delicado y haber hecho que llorara, pero ahora entendía tantas cosas...
Noah: No hay nada por lo que estar agradecido. Es natural porque somos una familia.
Fabián me quedo mirando, sus ojos se iluminaron. Luego hizo como si desenvainara una espada y la levantará al aire.
Fabián: ¡Fabián crecerá rápido y derrotará al monstruo!
Noah: ¿Monstruo..?
Fabián: ¡Si!
No entendía de que estaba hablando, pero solo quería verlo feliz, así que sonreí.
Noah: ... Si, lo espero con ansias.
Fabián: ¡Creeme, tío!
Noah: Por cierto ¿hasta cuándo me llamaras tío? ojalá me llamaras papá.
"Si escucha el monstruo, ¡será un gran problema!" Fabián no dejaba de pensar que el monstruo se llevaría a su papá lejos, muy lejos.
Fabián: Eso... Eso es.. ¡Aún no!
Luego salió corriendo, lo mire y sonreí, no importaba, podía esperar para escucharlo llamarme de esa manera
