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Una Mentira, Que Cambió Mi Vida

Una Mentira, Que Cambió Mi Vida

Status: Terminada
Genre:Traiciones y engaños / Reencuentro / Embarazo no planeado / Completas
Popularitas:9.4k
Nilai: 5
nombre de autor: Gabriela

Mary es una chica muy alegre y llena de sueños, aunque desde pequeña enfrentó muchos obstáculos, siempre es optimista y está con una gran sonrisa, buscándole siempre el lado bueno a todo, una día su vida cambiará, aunque al principio todo parece ir de mal en peor, pronto todo eso pasará a ser parte del camino para su felicidad, pues conocerá a su gran amor, aunque eso todavía no lo sabe, acompañame a vivit esa increíble historia, llena de dolor, lágrimas y felicidad.

NovelToon tiene autorización de Gabriela para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.

El día de la cita.

Así quedó planeada la salida para el próximo fin de semana, mientras Carlos estaba muy emocionado, Mary estaba concentrada en su trabajo, trataba de hacer lo mejor para cuando ya tenga su título ascender a un cargo de mayor rango.

Cada día llegaba temprano a la oficina, tenía listos los documentos para las reuniones, pero en su equipo trabajaban Mery y Patricia, dos chicas que desde el primer día la miraban raro, no soportaban que la jefa siempre estaba trabajando más con la “nueva” que con ellas, que llevaban más tiempo en la empresa, ese resentimiento crecía cada vez que Mary entregaba un informe impecable o respondía con seguridad a una tarea complicada.

—Cree que porque la jefa la felicita ya es perfecta —murmuraba Mery.

—Ya se caerá de su nube —contestaba Patricia con una sonrisa maliciosa.

Ambas comenzaron a buscar cualquier error así sea mínimo para exagerarlo, o intentaban pasarle trabajo de más, para que no pudiera cumplir con los tiempos, pero Mary no era ingenua, y claro que lo notaba, aún así, prefería no caer en conflictos tontos, tenía demasiadas responsabilidades y un pequeño esperándola cada día como para perder energía en tonterías.

Por suerte, no todo en la oficina era tensión.

Una tarde, mientras Mary calentaba su almuerzo en la sala de la cafetería, una joven de cabello ondulado y sonrisa radiante se acercó.

—¿Eres nueva, verdad? Creo que no nos han presentado —dijo amablemente.

Mary afirmó con una sonrisa tímida.

—Soy Daniela —continuó la chica—, trabajo en el área de contabilidad. ¿Puedo sentarme contigo?

Esa fue la primera conversación de muchas, no tardaron en descubrir algo sorprendente, pues Daniela vivía en el mismo edificio que Mary, y aún más increíble, tenía un niño de casi la misma edad que Tony… ¡y asistía a la misma guardería!

—¡No lo puedo creer! —decía Daniela riendo—. Seguramente nuestros hijos ya se conocen mejor que nosotras.

La coincidencia las unió de inmediato, desde ese día, iban juntas a los almuerzos, compartían pláticas en los descansos, Daniela tenía carro, así que se ofrecía a llevarla cuando podía a la salida del trabajo, Mary agradecía profundamente haber encontrado a alguien tan sincera en medio de un entorno que a veces podía ser hostil.

—Cuando necesites hablar, o si algún día Tony se enferma y no puedes ir por él, me dices —le ofreció Daniela con naturalidad—. Nos apoyamos, ¿sí?

Mary sintió que había encontrado una amiga real, un apoyo incondicional, una aliada, una persona buena cerca, algo que no había experimentado en su área de trabajo.

Mientras tanto, Mery y Patricia observaban a lo lejos, cuchicheando entre ellas, molestas de que Mary siguiera sonriendo a pesar de todo, pero aunque intentaran sabotearla, la vida empezaba a acomodarse a favor de Mary, con desafíos, sí… pero también con nuevas amistades, oportunidades y una fuerza interior que crecía día a día.

La semana fue pesada, pero por fin llegó el fin de semana y con este, la primera salida que Mary aceptó, Carlos pasó por ellos temprano, el pequeño Tony corrió hacia él con una sonrisa enorme apenas lo vio en la puerta, el cariño del niño hacia el pediatra estaba creciendo sin que Mary pudiera evitarlo, y como no, si el niño no tenía ninguna futura paterna, tal vez era por eso que el se emocionaba con Carlos, o eso pensaba Mary.

una vez todos listos fueron a un parque grande, lleno de árboles frondosos, juegos infantiles y senderos para caminar, Carlos había llevado una mochila con jugos, frutas y una pelota.

—Pensé que podríamos jugar un rato —dijo, guiñando un ojo a Tony.

El pequeño saltó encantado, y pronto los tres estaban corriendo detrás de la pelota, Carlos fingía tropezarse para que Tony ganara, y Mary no podía evitar reír ante la escena, era muy tierna y divertida, hacía mucho tiempo que no se sentía tan ligera.

Luego caminaron por el parque, observando a los patos en el estanque, Tony se aferraba de una mano de Mary y de la otra de Carlos, balanceándose mientras hablaban, a veces el niño soltaba carcajadas espontáneas y Carlos lo imitaba, haciéndolo reír aún más.

—Eres increíble con él —le dijo Mary en un momento, casi sin querer.

—Es fácil. Tony es un niño especial —respondió él, mirando al pequeño con un afecto que Mary no sabía cómo interpretar.

Se sentaron finalmente en el pasto, mientras Tony jugaba con unas hojas secas, Carlos, con la voz suave, aprovechó para abrir un espacio más personal.

—Mary… me gusta pasar tiempo contigo —confesó—, me gusta tu hijo, sí… pero también me gustas tú.

Ella bajó la mirada, sabía que esa conversación llegaría tarde o temprano, y sólo respiró hondo, para encontrar las palabras adecuadas:

—Carlos… eres un buen hombre, y te agradezco todo esto, pero ahora mismo… no estoy lista para nada más que una amistad, mi vida está enfocada en Tony, en mi trabajo, mis estudios, no quiero ilusiones, no quiero que malinterpretes las cosas.

Carlos la escuchó con atención, entendió y no insistió, no presionó… solo sonrió con ternura, aunque no se daría por vencido, pero por ese día, dejaría las cosas así.

—Lo entiendo —respondió despacio—. No voy a presionarte, solo déjame seguir estando aquí, no como una obligación… sino porque quiero, porque ustedes dos se han vuelto importantes para mí.

Mary sintió un nudo en la garganta, había sinceridad en sus palabras, una que no estaba acostumbrada a recibir, antes de que pudiera responder, Tony corrió hacia ellos con una flor en la mano.

—¡Mami! ¡Para ti!

Mary la tomó y lo abrazó fuerte, Carlos los observó en silencio, con una mirada llena de cariño y paciencia, él ya había decidido, si Mary solo quería amistad… él aceptaría la amistad, pero no pensaba rendirse, no mientras su corazón le dijera que ella valía cada intento, era una mujer especial.

Y así, entre risas, juegos y silencios que hablaban más que las palabras, la tarde se fue terminado, pronto volvieron a casa, pues el pequeño niño, estaba gotado y necesitaba descansar, Carlos les fue a dejar en casa y luego se fue a la suya.

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Marilenis maria vilchez mavares
Exvelente novela corta y con una trama muy buena
Eufrosina Ortiz Martinez
muchas felicidades muy buena historia
Maria Garcia
me encantó su novela
Angie G
Escritora ,no te vayas a tirar la historia,con más cosas desagradables,ella merece ser feliz.
Que la rescaten.
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