La historia sigue a nuestro protagonista, un hombre que luego de 10 años finalmente logra superar a su ex pareja y decide aventurarse en el mundo de las citas en línea. Con un toque de humor, nos relata sus desventuras mientras intenta encontrar el amor a través de una aplicación de citas llamada Cinder.
NovelToon tiene autorización de Claudio Briones para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.
Claudio: Contra-investigación amateur
Todavía no entiendo qué pasó en ese pasillo.
Iba caminando normal, pensando en mis cosas, cuando la vi. Traje negro impecable, blusa blanca, libreta en mano. Profesional. Elegante. Y me estaba mirando.
No, esperen. No me estaba simplemente "mirando". Me estaba MIRANDO.
Hay una diferencia enorme. Ella me miraba intentando resolver algo. Me estaba estudiando.
Y lo más extraño de todo... le sonreí.
¿Por qué le sonreí?
No fue calculado. No fue mi típica sonrisa de "hola, qué tal, quieres que salgamos". Fue algo completamente instintivo, algo que brotó sin permiso. Una sonrisa genuina, de esas que no puedes controlar.
Y ella... salió corriendo.
—¿Vieron a esa mujer en el pasillo? —pregunté.
Mark me miró confundido.
—¿Cuál mujer?
—La del traje negro. Me miró y me reconoció, estoy seguro.
Rodolfo se encogió de hombros.
—¿Y?
—¡Y después salió corriendo cuando le sonreí!
Franco soltó una carcajada.
—Hermano, tu sonrisa debe ser más tóxica de lo que pensamos.
—¡No! La sonrisa fue genuina —protesté.
Mark me miró raro.
—¿Genuina? ¿Tú? ¿Le sonreíste genuinamente a una desconocida?
Y ahí estaba el problema. Porque sí, lo había hecho. Y no tenía ni idea de por qué. Normalmente yo controlo cada interacción. Cada gesto. Cada palabra. Pero con ella... no hubo cálculo. Solo una sonrisa estúpida y sincera que apareció de la nada.
—El punto es que ella me reconoció. Estoy seguro.
—¿De dónde la conoces? —preguntó Franco.
—¡NO LA CONOZCO! Ese es el problema.
En el casino, mis amigos se miraron con una expresión que no me gustó nada.
—Claudio... —empezó Mark lentamente—. ¿Y si era alguien que conociste en Cinder?
Mierda. No había pensado en eso. Pero no, yo me acuerdo de todas las mujeres atractivas que he conocido. Y ella definitivamente no estaba en mi memoria.
—Tenía una libreta —dije—. Como si fuera a tomar notas.
—¿Notas de qué? —Franco me miró confundido.
—¡TAL VEZ DE MÍ !
Rodolfo se aclaró la garganta de una manera que me puso inmediatamente alerta.
—¿Y si era del grupo de Facebook?
Se me cayó el alma al piso.
—¿"¿Es Tu Novio? Cinder"? —pregunté con voz débil.
Silencio absoluto.
Claro que conocía ese grupo. ¿Cómo olvidarlo? Fernanda me había subido ahí después del desastre de la disfunción eréctil y el ajo en polvo. Había sido viral.
Pero eso había sido hace meses. Pensé que ya se habían olvidado de mí. Que el internet había encontrado a otro pobre desgraciado para ridiculizar.
Aparentemente, estaba equivocado.
—Hermano... —empezó Rodolfo—. Te han expuesto ahí como 15 veces.
—¿QUÉ?
—María, Nina, Fernanda, Carolina... todas han posteado sobre ti —dijo Mark.
—¿TODAS?
Franco asintió.
—Eres como... el villano recurrente del grupo.
—Muéstrenme ese grupo. AHORA.
Mark abrió Facebook en su teléfono y prácticamente le arranqué el celular de las manos.
Ahí estaba. Post tras post. Mi foto de Cinder repetida en diferentes contextos. Diferentes quejas. Diferentes advertencias.
FERNANDA: "CHICAS, NO PUEDEN CREER LO QUE ME PASÓ CON ESTE TIPO..."
NINA: "COMO PSICÓLOGA PROFESIONAL, DEBO ADVERTIR SOBRE ESTE NARCISISTA..."
—¿NARCISISTA? ¡Yo no soy narcisista!
—Claudio, tienes 23 selfies en Instagram —señaló Franco.
NINA: "EL MISMO TIPO QUE SALÍA CONMIGO ESTABA SALIENDO CON OTRAS DOS..."
—Tal vez ESE era cierto —admití en voz baja.
Pero entonces apareció algo que me heló la sangre.
Otra vez Nina. Una foto mía que nunca había visto. Un primer plano de mis ojos.
—¿Esta foto cuándo me la tomó? —pregunté.
—Las mujeres son muy astutas para eso —dijo Mark.
Los comentarios eran peores:
"Esos ojos me dan escalofríos" "Mirada de psicópata" "Red flag gigante" "Alguien debería investigar a este tipo"
—¿MIRADA DE PSICÓPATA?
Y entonces todo cobró sentido.
—¡Era alguien del grupo! —dije, golpeando la mesa—. ¡Me reconoció por las fotos! Por eso me miraba así. Por eso tenía libreta. ¡Estaba investigándome!
—¿Investigándote para qué? —preguntó Mark.
—¡No sé! ¿Para exponerme más?
—Esto es una pesadilla.
Y entonces se me ocurrió algo. Probablemente una estupidez, pero ya estaba demasiado metido en esto.
—Si ella me está investigando, yo la voy a investigar a ella. Voy a volver mañana a la misma hora. Si aparece otra vez, confirmo que me está siguiendo.
—Claudio... eso sí suena a stalking —dijo Franco.
—¡ELLA EMPEZÓ! Yo solo me estoy defendiendo.
Rodolfo me miró serio.
—Hermano... técnicamente tú sí hiciste todo lo que ellas dicen.
—¡Ese no es el punto! ¡El punto es que me están acosando!
—¿Te están acosando o te están exponiendo? —preguntó Franco.
—¡ES LO MISMO!
Mark negó con la cabeza.
—No, no es lo mismo.
Pero yo ya no estaba escuchando. Mi cerebro paranoico ya estaba en modo operación de rescate.
Esa noche practiqué frente al espejo qué decirle.
—Disculpe, ¿nos conocemos de algo?
No, muy obvio.
—¿Está usted siguiéndome?
Demasiado acusatorio.
—Hola, soy Claudio. ¿Vienes seguido por aquí?
—¿Qué estaba haciendo? ¿Ensayando líneas para confrontar a una mujer que probablemente solo pasaba por ahí?
Pero entonces recordé su mirada. Y volví a sentir lo mismo. La certeza de que había algo más.
Al día siguiente llegué vestido con mi mejor camisa, posicionándome estratégicamente en el pasillo.
10:55 AM. Nada.
11:05 AM. Estudiantes normales.
11:25 AM. Una mujer con blazer negro apareció. Mi corazón se aceleró.
Pero era otra persona.
11:45 AM. Recorrí todo el edificio.
Nada.
12:00 PM. Me senté derrotado.
Ella no había aparecido.
Y lo peor... me sentía decepcionado.
Abrí el chat grupal.
Yo: Chicos, ella no apareció.
Mark: ¿Estás seguro que era stalker?
Yo: Voy a ir todos los días hasta encontrarla.
Mark: Eso sí suena a stalking.
Yo: ¡Es contra-investigación!
Mark: Claudio... ¿Alguna vez has pensado que tal vez... merecías ser expuesto?
Yo: ¿De qué lado están ustedes?
Todos: Del lado de la lógica.
Esa noche, acostado en mi cama, no podía dejar de pensar en ella.
¿Quién era? ¿Por qué me importaba tanto?
He tenido docenas de mujeres. Me han expuesto múltiples veces. Me han llamado narcisista y manipulador.
Pero nunca había perdido el sueño por ninguna.
¿Por qué esta era diferente?
Cerré los ojos y recordé cómo me había mirado. No con odio como Nina. No con decepción como Fernanda.
Me había mirado con curiosidad.
Un enigma que valía la pena resolver.
Y eso, por alguna razón, me gustaba.
Me gustaba ser visto así. No como el villano de un grupo de Facebook. No como el del artículo viral. Sino como alguien interesante. Alguien digno de investigar.
Tal vez por eso le había sonreído de esa manera. Una sonrisa genuina, sin cálculo.
Porque por un segundo, bajo su mirada, me había sentido visto de verdad.
Y ahora necesitaba volver a sentir eso.
Iba a encontrarla.
Aunque significara convertirme en el stalker que juré que nunca sería.
Aunque mis amigos pensaran que estaba loco.
Porque si algo he aprendido en mis 31 años es que las cosas que no puedes explicar son las que más necesitas entender.
Y ella era el misterio más grande que había encontrado en años.
ESTADÍSTICAS DE LA CONTRA-INVESTIGACIÓN:
Objetivos: Todos fallidos ❌
Descubrimientos:
Soy famoso en "¿Es Tu Novio? Cinder": ✅
15+ mujeres me han expuesto: ✅
Hay un artículo sobre mí: ✅
Tengo "mirada de psicópata": ✅
Mis amigos piensan que me lo merezco: ✅
Nueva Obsesión:
La mujer del traje negro: ✅ (nivel: PELIGROSO)
P.D.: Esa noche soñé con ella tomando notas en su libreta. No podía ver qué escribía.
P.D.2: Voy a encontrarla aunque sea lo último que haga.