Rosa Marchita...

Dimitrio

Voy llegando a la casa de mi madre y los empleados me dicen que está en el jardín con mi tia y Jimena

Dimitrio: madre – llegue a su lado y bese su mejilla lo mismo con mi tia Eloisa a mi hermana le peñisco sus cachetitos

Jimena: ¡Auch! – se soba – ¡mamá mira a tu hijo!

Gisela: hijo que haces aquí no deberías estar con Ross –

Dimitrio: ya la dieron de alta o mejor dicho ella misma se dio de alta y se fue así que me vine – me senté a su lado

Gisela: pero debería estar en reposo no andando por ahí en su condición – se sienta angustiada

Jimena: a mi también me preocupa mamá pero ya conoces como es aunque dudo que no se cuide ya que odia estar sin hacer nada y tampoco le gustan los hospitales –

Dimitrio: lo más seguro es que haya ido a hablar con la mamá de Daniela, escuché mencionar algo al respecto –

Gisela: eso sería un problema, y si la vuelve a atacar? Ya hicimos que retiren la denuncia pero y si vuelve hacer lo mismo? No quisiera que tenga problemas –

Eloisa: no lo hará – dijo mi tía y todos la miramos –

Gisela: por qué dices eso sabes algo? – dejó su taza de té en su lugar

Eloisa: ví su mirada cuando estaba atacando a esa muchacha y pude notar que lo hacía por un motivo fuerte no por qué quisiera lastimarla solo por qué si –

Jimena: entonces......no fue solo por qué si? –

Eloisa: no, ya lo dije –

Dimitrio: por qué crees que lo hizo? –

Eloisa: – suspiro – no sé los puedo asegurar pero pienso que tuvo una perdida muy grande, cuando la vi actuar de esa forma tan despiadada me recordó a.....mi cuando los perdí – su voz se quebró un poco al recuerdar

Gisela: no comprendo –

Eloisa: digo que esa niña está pasando por un dolor parecido o igual al que yo sentí cuando perdí a mi familia – todos guardaron silencio

Dimitrio: como? No puedo creer eso es muy joven como para hacer pasado por lo mismo que tú – exprese incrédulo y Jimena asintió

Eloisa: hay hijo, para experimentar el dolor no es necesario ser viejo a muchos les toca vivir una perdida cuando ni siquiera pueden defenderse del mundo –

Dimitrio: lo siento tia no quise decir eso yo solo- – me interrumpe

Eloisa: tranquilo no te preocupes sé lo que quisiste decir –

Gisela: me es difícil de crees lo que dices, sus padres están vivos eso lo sé sus abuelos igual –

Eloisa: no es tán difícil que creer, ella sufre mucho y eso es un hecho lo sé por su mirada –

Jimena: estás segura tía? Cómo puedes decir eso con solo verla a los ojos? –

Dimitrio: Jimena, la tía perdío a su esposo y a su hijo sufrió mucho aún lo recuerdo quizás se dió cuenta por qué ella sabe lo que se siente, el dolor el sufrimiento. Es por eso? – mire a mi tía quien asintió, me empeze a hacer preguntas, preguntas de las cuales no sabía las respuestas

Mire a mi madre que se quedó pensativa al igual que la tía

Dimitrio: madre , que sabes de ella? – pregunte quería saber

Gisela: pues no sé mucho de su vida, la conozco esde casi dos años.

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Gisela

Había ido a un barrio que estaba muy apartado de la ciudad para buscar información de la fundación estrellas azules quería saber su ubicación y quién era la persona que se encargaba de aquellos niños de la calle ya que me había sido muy difícil encontrar información de esa persona.

De la nada sentí que era jalada hacia atrás me asusté

Gisela: ¡AH! – grite e intente mirar a la persona pero tenía puesta una capucha y mascarilla que cubria casi toda su cara

???: ¡dame tu bolso si no quieres que esto termine mal! – dijo con una voz áspera que daba miedo

Gisela: n-no no por favor llévate lo que quieras por favor – el hombre me la quito de un tirón vaciando todo en el piso

???: ¡que hace una mujer como tu por los alrededores!? – me agarró del cabello sacando algo de su cintura me quedé elada – estos lugares no son para que una mujer tan bella de sociedad se pasee por aquí –

Le quito el seguro y me apunto a la cabeza, cerré los ojos tenía mucho miedo y no podía pensar en nada más que en mis hijos no me pude despedir de ellos, espere y espere pero no escuché ningún ruido abrí los ojos poco a poco fue cuando ví a dos chicas una se acerco a mi lado y la otra me desciso del matón con una agilidad impresionante que me recordó cuando Dimitrio entrenaba con su padre.

Tiffany: se encuentra bien señora? La llevo a un hospital –

Rosalyn: como se siente, le hizo algo?hay que llevarla al albergue para revisarla, avísale a la señora Elizabeth para que esté lista – la chica me revisó el cuerpo con la mirada mientras ella estaba sangrando de su mano y ni cuenta se dió

Gisela: t-tu mano – dije aún temblando la chica pareció darse cuenta pero ni siquiera se inmutó me ayudo a levantarme y me llevaron al lugar

Cuando llegamos una señora de mi misma edad nos recibió y al ver herida a la chica la regaño por ser tan descuidada ella solo dijo “estoy bien no duele” no tenía ninguna expresión en su rostro de pronto unos pequeños llegaron corriendo y se aferraron a ella llorando

Niño pequeño 1: ¡Rosa no te mueras por favor no nos dejes!

Niño pequeño 2: ¡tu eres la única que cuida y se preocupa por nosotros tu eres nuestro ángel por favor no nos dejes!

Los pequeños lloraban a mares luego llegaron más y más niños de distintas edades todos llorando, yo miraba la escena con un nudo en la garganta era obvio que la querían mucho

Rosalyn: niños niños cálmense no me va a pasar nada – levantó su mano para que la vean – es solo un rasguño la sangre solo hace que se vea como una herida grande pero no lo es – una sonrisa casi imperceptiblese formó en su rostro

Pero los niños lloraron aún más fuerte, pero está vez se alivió al saber que su angelito como ellos la llamaban no estaba herida de gravedad, un momento después los niños se peleaban por quien debía curar su herida la señora los regañó a la final ganaron dos pequeños de unos seis añitos creo y ella no paraba de decirles los buenos médicos que serán cuando crezcan

Esa escena tan linda jamás se borrará de mi memoria.

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Gisela: así fue como la conocí. Es una buena muchacha y aunque la forma en que la conocí no me gustó agradezco que haya aparecido ese día –

Todos se quedaron en silencio un momento, esa parte de la historia nunca se las había contado cuando regreso a casa ese día, pero no la cuestionaron ella a veces omitía ciertos detalles

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Petrov: señora – saluda con respeto

Rosalyn: está todo listo?

Petrov: tal como lo pidió

Tiffany: – mira todo el lugar con recelo –

Rosalyn: a dicho algo?

Petrov: asta ahora nada –

Rosalyn: veamos tiene para mí entonces –

Tiffany: Ross –

Rosalyn: te dije que no era necesario que vinieras pero no hiciste caso –

Tiffany: quiero saber que haces bueno, lo sé literalmente pero aún así quiero estar aquí contigo acompañarte cuídarte eso hacen las verdaderas amigas –

Rosalyn: No soy una buena persona Fanny y tampoco tengo las manos limpias, esto es lo que soy y no creo poder cambiar ni aunque vuelva a nacer.....ya el daño está hecho –

Tiffany: no te juzgo Ross, siempre fuiste sincera conmigo con respecto a lo que haces y el entrenamiento que tuviste así que es mi decisión si quiero ser parte de esto o no –

Rosalyn: una vez que entras no podrás salir aunque quieras, no soy la mafia pero soy algo parecido ¿lo sabes cierto? –

Tiffany: quiero hacerlo no lo solo por ti también por mí, quiero ser una mujer que sabe defenderse de cualquiera que se quiera posar de listo conmigo – dice mirándola a los ojos con admiración – y también por qué quiero ser como tú, saber lo que quiero, alguien que es segura de sí misma sin miedo a nada una mujer fuerte y que me respeten como a ti –

Aunque las palabras de Tiffany tocaron una vibra muy profunda en Rosalyn no quería que se involucrara en esa vida pero conociendo la como la conocía era inútil insistir en lo contrario.

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Una vez dentro de la bodega

Rosalyn: Roberto Fuentes.....– dice tomando asiento en su lugar habitual y Tiffany a su lado

Roberto Fuentes: – sorprendido –

Rosalyn: vamos al grano dígame qué tiene para mí –

Roberto Fuentes: s-señorita Del Castillo que grata sorpresa – el hombre estaba maniatado a una silla se notaba que había recibido algunos golpes

Rosalyn: me gustaría decir lo mismo – su hombre de confianza le entrega una copa de whisky y a Tiffany una de vino tinto –

Roberto Fuentes: disculpe mi atrevimiento, pero quisiera saber cuál fue la falta que eh cometido – aunque adolorido se esforzaba por hablar

Rosalyn: esa pregunta debería hacérsela a su esposa – extiende la mano y Petrov le entrega un sobre – solo le haré una pregunta y por favor sea claro ya que de eso dependerá si vive o muere – un aura intimidante se sentía en el ambiente haciendo temblar a todos los presentes exepto Tiffany

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