El Legado De AKVY: La Profecía De Poseidón

Una vez que todos estuvieron reunidos, emprendieron el camino hacia el consejo de ancianos. El ambiente estaba cargado de incertidumbre, y la tensión se hacía palpable con cada paso que daban. Basil caminaba cerca de Liz, luchando con una decisión interna que lo tenía inquieto.

"Liz, ¿puedo pedirte un momento a solas?"- preguntó Basil, su voz apenas un susurro.

Liz lo miró con un gesto de preocupación, sabiendo que no era el mejor momento para desviar su atención de lo que les esperaba. - "Creo que ahora no es el mejor momento, Basil." -respondió ella, tratando de ser firme.

Pero Basil no se rindió. Su determinación era evidente en sus ojos.- "Después de hablar con los ancianos, si la situación no se complica, ¿podríamos dar una vuelta alrededor de Falfit? Por favor." - insistió.

Liz vaciló por un momento, sabiendo que Basil merecía ese momento, aunque su corazón estaba lleno de dudas.- "Está bien... pero solo un momento." - cedió, con un tono de resignación.

Al llegar al consejo, la primera en recibirlos fue una anciana hechicera, cuya presencia imponía respeto. Sus ojos, cargados de sabiduría ancestral, recorrieron al grupo con una mirada inquisitiva.

"¿Cómo están? ¿Han logrado entender la profecía?" - preguntó la anciana, su voz resonando en el silencio del lugar.

Demian, tomando la palabra, dio un paso adelante.- "Pensamos que sí... pero no estamos seguros de cuán acertados hemos sido."- dijo con sinceridad.

"Cuéntenme, ¿qué lograron entender?" - instó la anciana hechicera.

Liz tomó aire profundamente y comenzó a explicar en detalle lo que habían interpretado, desglosando cada aspecto de la profecía y a quiénes representaba cada parte. Mientras hablaba, la anciana y el anciano erudito intercambiaban miradas, como si estuvieran evaluando la comprensión del grupo.

"Parece que lo han hecho bien, muchachos." - intervino finalmente el anciano erudito, asintiendo con aprobación.

Sin embargo, Liz seguía inquieta.- "Pero hay algo que no entendemos." - dijo, su voz reflejando la duda.- "No comprendemos por qué Basil es el 'Coloso de los Abismos.'"

La anciana hechicera esbozó una ligera sonrisa, como si la pregunta hubiera sido esperada.- "Eso es sencillo." - respondió con calma.- "En el alma de Basil reside su verdadero ser: un dragón colosal, una fuerza de la naturaleza en sí mismo. Representa el poder bruto y la protección, encargado de enfrentar a las criaturas titánicas que amenazan Akvy."

Basil se quedó inmóvil, procesando las palabras de la hechicera.- "¿Debo ser yo el escudo que proteja a Liz?" - preguntó, sus palabras cargadas de responsabilidad.

"Así es." - confirmó la anciana hechicera. -" Es tu deber proteger a todos de lo que enfrentarán."

El anciano erudito se adelantó para añadir más contexto.

"Permítanme explicar la función de cada uno y por qué será importante que se mantengan unidos." -dijo con gravedad en su tono.- "El vampiro que va con ustedes tiene la capacidad de manipular las sombras, y la noche le permite proteger al grupo de los peligros que acechan en las profundidades del mar de Akvy. Aquel que porta el alma de Anubis tiene un papel crucial: comunicarse con los espíritus antiguos que conocen los secretos del Juramento."

Liz y los demás escuchaban con atención, sintiendo el peso de sus responsabilidades.

"El Alfa que los acompaña tiene control sobre los hombres lobo y una conexión innata con la luna."-continuó el anciano. -"Su influencia puede invocar fuerzas nocturnas esenciales para el ritual que desata el Juramento. Y por último, está la cazadora, heredera de un linaje de guerreros, que posee una visión y destreza extraordinarias. Es llamada "Ojo Dorado" por su capacidad de ver más allá de lo visible, lo que la convierte en la guía del grupo en la búsqueda de los fragmentos del Juramento."

El anciano hizo una pausa, fijando su mirada en Liz.

"Por supuesto, está la Hija de Poseidón. Tienes una conexión profunda con el mar y su poder, y tu herencia de bruja te otorga control sobre la magia arcana. Esta dualidad es clave para desatar el Juramento, ya que las "dos corrientes" se refieren simbólicamente a las fuerzas del océano y la magia, que deben ser fusionadas para despertar el poder necesario."

Liz asintió lentamente, comprendiendo la magnitud de su rol.

"Este juramento es un pacto místico que vincula las fuerzas del mar con las antiguas artes mágicas." - explicó la hechicera. -"Fue sellado por los primeros seres que gobernaron el océano y ha permanecido inactivo durante milenios, esperando ser desatado por un heredero digno. Tú, Hija de Poseidón, al ser la primera de tu linaje en poseer tanto la sangre de Poseidón como el don de la brujería, eres la única que puede activar este juramento. Al hacerlo, podrás restaurar el equilibrio en Akvy y detener la destrucción que se avecina a causa del 'Devorador de Corrientes.'"

Liz frunció el ceño, preocupada.- "¿Qué es el Devorador de Corrientes?" - preguntó, sintiendo un escalofrío recorrer su espalda.

Demian se adelantó, con una expresión de preocupación en su rostro.- "Y, ¿de qué se trata exactamente el Juramento?" - añadió, queriendo saber más.

"El Devorador de Corrientes es un ser que absorbe la energía de las corrientes oceánicas y los flujos de magia que sustentan la vida en Akvy." -explicó la hechicera con solemnidad. -"Está provocando un colapso ecológico. Las criaturas marinas y silvestres están desapareciendo, los corales se están marchitando, y los mares están perdiendo su vitalidad. El mundo entero comienza a hundirse en un estado de desolación, como si la vida misma estuviera siendo drenada."

Los jóvenes se miraron entre sí, sus rostros reflejando la gravedad de la situación.

"Eso suena como un ser terrible." -murmuró Liz, con temor en la voz.

La hechicera asintió, su mirada grave.

"Lo es. Y sólo ustedes, unidos y cumpliendo sus roles en esta profecía, podrán detenerlo." -dijo finalmente, su voz cargada de una advertencia silenciosa.

La misión que les esperaba era clara, pero el camino para cumplirla parecía más peligroso y desafiante de lo que jamás hubieran imaginado.