En un mundo donde las tradiciones patriarcales dictan el poder, Arya Eryndor, la hija menor de una familia noble, lucha por demostrar que es digna de liderar su clan. Tildada de inútil y subestimada por sus tres hermanos mayores—Aric, Magnus y Kael—, Arya enfrenta conspiraciones internas y externas mientras intenta consolidar su posición como líder legítima.
Su vida da un giro inesperado cuando hereda una vasta fortuna y propiedades tras la muerte de un benefactor secreto, lo que le da los recursos para enfrentarse a sus enemigos y reconstruir la posición de su familia. Sin embargo, la traición dentro de los Eryndor no tarda en surgir, con Aric liderando los esfuerzos para desacreditarla y Magnus y Kael urdiendo planes que pondrán en peligro no solo su reputación, sino también su vida.
En medio de estas tensiones, Arya invita a Darian Arkavian, un enemigo histórico de los Eryndor, a un festival con la esperanza de negociar la paz y desarmar las hostilidades. Pero la llegada de Darian
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Las colinas de Blackthorn
El sol apenas despuntaba cuando Arya, acompañada de un reducido grupo de confianza, partió hacia las colinas de Blackthorn. Con ella iban Lord Thane, Cailan, Sienna —a pesar de sus heridas recientes— y un puñado de guardias leales. La promesa de un secreto oculto que podía cambiar el curso de su lucha impulsaba a Arya a moverse con rapidez, aunque la incertidumbre pesaba en el ambiente.
El grupo avanzó en silencio, dejando atrás los muros de la fortaleza. Mientras cabalgaban, Cailan se acercó a Arya, su mirada fija en el horizonte.
"Blackthorn no es solo un lugar remoto," comentó. "Es un símbolo. En tiempos antiguos, los Eryndor se enfrentaron a su propia familia para tomar el control de estas tierras. Lo que buscamos podría ser un recordatorio de aquel conflicto."
Arya lo observó de reojo. "¿Por qué me cuentas esto ahora? Si esta información es tan importante, ¿por qué no llegó a mis manos antes?"
Cailan sonrió con ironía. "Porque los secretos tienen dueños, Lady Arya. Y no siempre estamos preparados para enfrentarlos."
Sienna, que cabalgaba cerca, intervino. "Lo que sea que encontremos allí, espero que valga la pena. Después de lo que pasamos en el camino, no podemos permitirnos más distracciones."
Arya asintió, aunque su mente estaba ocupada con preguntas. ¿Qué podía ser tan importante como para que Cailan arriesgara tanto?
Al llegar a Blackthorn, el grupo encontró una estructura en ruinas, cubierta por enredaderas y parcialmente enterrada en la tierra. Parecía una antigua cripta o un almacén abandonado hace siglos.
"Aquí es," declaró Cailan mientras desmontaba de su caballo. "Según los registros que encontré, esta era una de las propiedades más antiguas de los Eryndor. Dentro, se guardaban documentos y objetos valiosos relacionados con las primeras generaciones de tu familia."
Arya estudió la entrada con atención. "Si hay algo aquí, lo encontraremos. Pero no bajaré la guardia. Esto podría ser una trampa."
Lord Thane asintió, colocándose a su lado. "Iremos contigo, pero debemos avanzar con cuidado. Los secretos de los Eryndor siempre tienen un precio."
El grupo encendió antorchas y entró en la estructura. En el interior, encontraron pasadizos oscuros y habitaciones llenas de escombros. A medida que avanzaban, comenzaron a descubrir cofres sellados y pergaminos desgastados.
Uno de los guardias encontró una caja pequeña con un sello intacto. Arya la abrió con cuidado, revelando un manuscrito antiguo. Al leer las primeras líneas, su rostro se tensó.
"Esto habla de una traición," dijo en voz baja. "Una traición que dividió a los Eryndor hace generaciones. Y no fue entre enemigos externos... fue entre hermanos."
Cailan dio un paso adelante. "Sigue leyendo."
Arya continuó, su voz firme. "El hermano menor, en un intento por tomar el control, vendió información crucial a un enemigo extranjero. Esto llevó a la masacre de cientos de nuestras tropas y marcó el inicio de una guerra que casi destruye a nuestra familia."
Sienna frunció el ceño. "¿Qué tiene esto que ver con nosotros ahora?"
Cailan respondió. "Porque el legado de esa traición no terminó. Los descendientes de aquel hermano han buscado venganza desde entonces. Y si las sospechas son ciertas... Magnus podría estar trabajando con ellos."
Antes de que Arya pudiera procesar la información, un ruido proveniente de la entrada los alertó. Un grupo de hombres armados irrumpió en la cripta, liderados por el mismo hombre de la máscara que había atacado a Sienna.
"¡Por fin te encuentro, Arya Eryndor!" exclamó el hombre, su voz resonando en el eco de las paredes.
Arya desenfundó su espada, su mirada fija en él. "¿Quién eres y qué quieres?"
El hombre se quitó la máscara, revelando un rostro joven pero endurecido por las cicatrices. "Soy Rhydan, hijo de la casa Tarlyn. Mi linaje fue destruido por los Eryndor, y ahora vengo a cobrar la deuda."
Cailan se colocó frente a Arya, protegiéndola. "Rhydan, tu venganza no resolverá nada. Estás perpetuando un ciclo que solo traerá más sangre."
Rhydan lo ignoró, señalando a sus hombres. "¡Capturen a Arya! Los demás son prescindibles."
La batalla estalló en el estrecho espacio de la cripta. Sienna e Llena lucharon con ferocidad, mientras Arya se enfrentaba directamente a Rhydan.
En medio del combate, Rhydan se burló de Arya. "Tu familia siempre ha sido experta en traicionar a los suyos. Incluso ahora, uno de los tuyos está trabajando conmigo. ¿De verdad crees que puedes confiar en alguien?"
Arya esquivó un golpe y contraatacó, forzandolo a retroceder. "Habla, Rhydan. ¿Quién te está ayudando?"
Rhydan sonrió, aunque la sangre brotaba de una herida en su costado. "Todo a su tiempo, Arya. Pero te daré una pista: el enemigo siempre está más cerca de lo que crees."
Antes de que pudiera decir más, Sienna logró desarmarlo, y Rhydan cayó al suelo, inconsciente.
