AMOR INESPERADO.

Diana tocó ala puerta y enseguida salió Rosario a recibirla ella, la saludo cálidamente y la llevo dentro, Rosario la guio hasta el despacho, Dónde ya la esperaba Mateo.

Mateo le indico a Rosario qué se retirará. Y dando unos cuantos pasos se acercó a la puerta para asegurarse de que estuviera serrada.

Y acercándose a Diana le dijo en el oído, -Me alegra que hayas cumplido tu palabra y dime cuál es tu decisión final, aceptaras estar conmigo le dijo en un tono seductor y tan cerca al oído qué hizo que se le erizará la piel.

Diana se ruborizó solo de pensar en estar con él una vez más.

Y molesta se alejó para decirle.

- Claro que no, ya le había dicho antes y se lo vuelvo a decir jamás estaré contigo otra vez, si estoy aquí es por el trabajo, y solo porque no tenía alternativa de lo contrario nunca volvería a verlo.

Le dijo mientras se daba la vuelta para ponerse de espaldas a él, estaba tan molesta que no quería ni verlo.

- Está bien toma asiento, para que puedas firmar el contrato, ten si quieres leerlo antes de firmarlo o si quieres simplemente fírmalo de cualquier forma es un hecho que trabajarás para mí.

Diana lo miro resentida mientras sostenía el contrato en sus manos.

Mateo al ver que Diana no pensaba hojearlo le dijo, normalmente un peón gana entre dos mil y dos mil quinientos, yo pago a mis trabajadores tres mil a excepción de los que tienes algún puesto diferente hay quien gana cuatro mil y otros más.

Tú ganarás seis mil a la semana, se te habilitará una tarjeta donde puntualmente cada sábado se te depositaran los seis mil. Lo que hagas con tu dinero es tu decisión puedes sacarlos o mantenerlos allí.

Todos mis empleados cuentan con un seguro médico, ya que tú no serás una empleada cualquiera tendrás uno en el hospital "El Ángel", es unos de los mejores allí hay buenos doctores qué son de mi entera confianza. Así que si en algún momento te sientes mal no dudes en ir allí, se te atenderá de la mejor manera. Antes del año tendrás derecho a tomar quince días de vacaciones pagadas.

 Se te dará un auto para cuando tengas que salir como ves la finca está un poco retirada.

A, se me olvidaba, viáticos y todo lo que necesites correrá por mi cuenta te daré una tarjeta para cualquier gasto qué surja.

Diana lo escuchaba perpleja qué clase patrón era Mateo, que daría tantas comodidades a un empleado aparte del sueldo que está muy por encima de lo que gana cualquier empleado.

Dime si estás conforme o quieres cambiar algo.

- Dado qué no estoy aquí por mi voluntad me da igual de cualquier forma, todo será como usted quiera.

- Bueno en eso tiene razón, y para empezar llámame de tú no sería correcto qué me llames de usted.

Diana pensó este hombre esta loco, pero no dijo nada solo asintió.

Mateo sonrió para sus adentro sentía mucha satisfacción de tener a Diana allí; sin embargo, su semblante reflejaba un hombre frío y distante.

Diana se levantó y le dijo.

- Me puede indicar mis horarios de trabajo y que es lo que debo de hacer.

Mateo se aclaró la garganta, para comenzar a decirle. - Tu trabajo conociste en hacerte pasar por mi pareja, novia, prometida, amante o como quieras llamarle, en la casa y ante todos tendrás que comportarte como una buena esposa.

Cuanto antes tienes que mudarte aquí tu trabajo es las 24 horas.

- ¿Qué has dicho?. Diana gritó aterrorizada, su rostro reflejaba miedo y molestia a la vez.

Mateo al ver la expresión de Diana, se molestó un poco no podía creer que Diana sintiera tanta repulsión de simplemente fingir ser su pareja, pensaba tan desagradable soy para que ella se ponga así.

Aunque también pensó que Diana imaginaba que tendríamos que compartir la recámara. Y que tal vez por eso se había exaltado tanto.

- No dormiremos juntos si es lo que te preocupa tú tendrás tu recámara y yo la mía.

A Diana se le suavizó un poco su expresión al oír a Mateo. Y suspiró aliviada.

- Pero eso si ante mis padres y mis hermanas, seremos la pareja perfecta y ante todos eso quiere decir que si creo prudente te acariciaré te besaré o te diré palabras románticas y espero lo mismo de ti.

Quiero que actúes normal como se comportaría una verdadera esposa, y cambia esa forma de mirarme. No me gusta que me veas como si fuera un ogro, soy una buena persona si puedes hacer todo lo que te digo todo estará bien.

Diana hundió la cara entres sus manos, realmente no sabía como lidiar con eso.

Agobiada por esa situación se descubrió la cara y le dijo.

- Como pretendes que finja durante un año ser tu esposa o tu amante o lo que sea. Mis padres me han comprometido a casarme con el idiota de mi exnovio.

- ¿Y tú aceptas ese compromiso, tú quieres casarte con él?. Le pregunto curioso.

- Claro que no prefiero meterme a un convento qué casarme con él.

- Bueno si ese es el caso, toma nuestro contrato como tu salvación, veelo de esta forma si ante todos eres mi mujer no pueden obligarte a casarte con otro.

Diana se exaltó, y dijo, - crees que es tan fácil. El idiota de Roberto tiene mucho poder él no se va a quedar de brazos cruzados así tan fácil. Desde que termine con él no me ha dejado de molestar y acosar e incluso no me ha permitido relacionarme con nadie más.

 A todo él qué se me acerca a cortejarte lo ahuyenta, he llegado a pensar que lo mejor es irme muy lejos de aquí donde él no sepa nada de mí. (Diana pensó, pero ahora que gaste todos mis ahorros cada día es más difícil).

Mateo al verla así sintió pena.

- No te preocupes por eso, aquí estarás a salvo y créeme que a mí no me va a asustar.

- Y por tus padres no te preocupes, yo mismo puedo ir contigo y presentarme como tu pareja y a hacerles oficial el qué ya estamos viviendo juntos, creo que de esa forma dejara de presionarte para que te cases con el tu ex.

Diana suspiró aliviada, al ver la seguridad con la que hablaba Mateo y rogó a Dios porque realmente así fuera, pero en el fondo sentía miedo de que algo le pudiera hacer a Mateo.

Ya que aún recordaba al último con el que salió un par de veces, después de que le dieran una tremenda golpisa no quiso saber nada de ella y sus padres la culpaba por lo que le había pasado, él le dijo que había sido Roberto quien lo había mandado golpear como una advertencia para que se alejara de ella y aunque no había nada que lo

Comprobará ella no tenía la menor duda. Conocía muy bien a Roberto y sabía que era capas de eso y sabe Dios de que más.

Diana al ver lo seguro que se mostraba Mateo sintió una seguridad qué nunca había sentido.