Antonella, una mujer fuerte, luchadora y divertida. Desde muy joven comenzó su carrera como profesora. Siempre dispuesta, luchó durante años al lado de su esposo, solo para ser traicionada y reemplazada por otra mujer cuando él estaba en la cima de su carrera y con una vida cómoda. La única cosa buena que sacó de esa relación fue su hija, que ahora tiene 17 años.
Enrico, mafioso o mejor dicho, el Don o Capo de la Mafia, como la mayoría, no por elección, sino por herencia familiar. Vio a sus padres ser asesinados y, después de eso, se convirtió en un hombre frío, cruel y temido por todos. Dueño de una belleza poco común, es autoritario, peligroso y posesivo. No conoce el amor. Estuvo casado durante 10 años con Brigite, como muchos, por alianzas. Brigite fue asesinada en una emboscada, dejándolo con dos hijos pequeños.
Ella cree en el amor, aún sufre por haber amado demasiado, pero quiere empezar de nuevo, aunque con pocas expectativas. Él necesita a alguien que lo ayude con sus hijos y está considerando tener otra esposa.
El destino de Antonella se cruza con el de Don Enrico para salvar a su hija.
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Capítulo 17
Antonella
Voy a buscar a los niños en la escuela y me quedo pensando en cuánto ha tenido que sufrir Enrico y, sin duda, todavía sufre.
Recojo a los niños que vienen sonriendo y ya los amo demasiado a los dos.
Vamos a casa, antes le pregunto a Fernando si podría pasar por el drive-thru a recoger un batido y dice que sí, para nuestra alegría, ¡porque a mí también me encanta!
Compramos y los vamos tomando bien animados.
Hoy hacía un poco de viento, así que terminamos jugando a escondernos dentro de casa, limitamos los espacios porque, de lo contrario, pasaríamos días buscando unos a otros.
Subimos, les doy un baño, cenamos, jugamos a mímica y se ríen muchísimo.
Vi que estaban cansados y los hice dormir.
Voy a mi habitación, tomo un baño y cuando estoy saliendo, escucho la voz de Enrico, que es inconfundible, y luego los pasos en las escaleras.
¿Será que viene a verme? ¿Qué pensamientos son esos, Antonella?
Por si acaso, después de ponerme mi hidratante, elijo una de las mini camisetas más sexys que compré.
Enrico
Quería llegar más temprano para cenar en casa, pero no fue posible.
Al final, cené en el casino; voy a darme un baño y luego veré a Antonella.
Salgo de la ducha, me pongo solo un pantalón de chándal y voy.
Antonella
Mi ángel de la guarda, sé que me escuchas, bien podrías pedirle al todopoderoso que me dé las buenas noches.
Justo en ese momento, la puerta de la habitación se abre y él entra.
Antonella piensa: ángel querido, fuiste rápido esta vez y, ¡vaya!, aún me mandaste a él sin camisa; así me condenas, en lugar de buenas noches, querré darte una bienvenida.
Enrico
Abro la puerta de la habitación donde está ella; de ninguna manera iba a tocar, ¡nunca!
Cuando entro, me encuentro con, ¡vaya! ¿qué mujer es esta? Me va a encantar castigarla; está con una camisón que mi amigo se manifestó en el acto. O sea, si había alguna oportunidad de que ella se escapara de mí, ya está.
*Antonella* – Podrías haber tocado antes de entrar.
*Enrico* – No.
Antonella
Él viene hacia mí y me mira como si fuera una presa y él un lobo hambriento; señor, estoy loca por ser devorada.
Me atrapa contra la pared, quedando a pocos centímetros de mí, un brazo de puro músculo está totalmente estirado apoyado en la pared y la otra mano está en mi quijada, obligándome a mirarlo; veo fuego en sus ojos, fuego en el buen sentido.
*Antonella* – ¿Qué quieres\, Enrico?
*Enrico* – Don Antonella\, de esta manera tendré que castigarte.
*Antonella* – ¿Sólo porque te llamo Enrico?
*Enrico* – Sabes que tienes que llamarme Don\, pero esta noche quiero que me llames mi señor.
*Antonella sonríe* – Dos cosas\, no me respondiste la primera pregunta: ¿qué haces aquí? Y otra\, ¿por qué te llamaría Don o mi señor?
*Enrico* da una sonrisa – Dos cosas: vine aquí porque hoy vas a ser mía y me vas a llamar como te pedí\, porque eres mi Antonella.
Antonella
Él me tira con fuerza y solo con una mano, aprieta mi trasero con fuerza; no para hacerme daño, sino para mostrarme que es él quien domina; ya estoy caliente, muy caliente.
Enrico
No me gusta besuquear, pero quiero y voy a besarte.
Antonella
Él me besa y no fue nada calmado, pero fue caliente e intenso y de repente interrumpe el beso y me suelta.
*Enrico* – Quiero ver qué hay debajo de esta camisola\, Antonella; quítatela para mí y esto no es un pedido\, es una orden.
*Antonella* – ¡Ay\, caramba!\, este hombre va a acabar conmigo así.
Me quedo perdidita.
*Enrico* – Estoy esperando\, Antonella\, pero si prefieres puedo rasgar esa camisola en un abrir y cerrar de ojos.
*Antonella* – Señor\, ¡no rasgues mi camisola preferida! ¡Mejor quítatela!
Enrico
Ella desliza una tirante y luego el otro y deja caer ese pequeño pedazo de tela a sus pies.
¡Vaya mujer hermosa, todo en su lugar y apuesto que sus pechos caben perfectamente en mis manos!
*Enrico* – Da una vueltecita\, quiero verte por completo...
Eres muy linda, Antonella, o mejor dicho, Bella, pero falta un pedazo de tela aún.
Antonella
Él se acerca a mí y, ¿qué hombre es este...?
Sí, vamos a ver si es tan delicioso como es hermoso; aprieta mi trasero, me jala y me lanza en la cama, sin ninguna delicadeza, pero con una fuerza que me vuelve completamente loca. ¡Qué hombre!
*Enrico* – Ah\, mi bella\, falta un pedazo; no tengo ninguna paciencia.
Antonella
Él rasga mi braga y ni siquiera sé adónde fue a parar.
Entonces se quita los pantalones y su erección aparece ....... wow ...... ¿qué es eso? Si tuvieras veinte años menos me asustarías.
Enrico sonríe - no tengas miedo Bella ,
Antonella apoya una rodilla en la cama y se inclina sobre mí, besándome y pasándome la lengua, pasando una de sus manos por mi zona íntima y frotándome el clítoris con la palma de la mano, y yo gimo fuerte.
Usted sabe bella f\ * duro y sin piedad
Antonella - Hago el amor Enrico
Enrico - mi señor Bella, tirando de ella sobre su espalda, inclínate para mí Bella, quiero follarte duro, duro y delicioso.
Antonella
Me puso boca arriba, me separó las piernas y me pidió que me inclinara para que pudiera sentir su miembro grande y duro en la entrada de mi zona íntima.
Enrico- Voy a ponértelo, pero primero quiero que digas que sí, mi señor.
Antonella me da una palmada en el culo, pero no tan fuerte como para hacerme daño, sino lo suficiente como para ponerme cachondo.
Enrico- di Bella
Antonella - sí mi señor
Enrico - sí, ¿qué Bella?
Antonella - de nada......
Me penetra con fuerza y vaya, qué hombre,
Enrico - estás caliente Bella, muy caliente....
Enrico - Tengo que reprenderte, Bella mía, sigues olvidándote de llamarme como es debido.
Antonella
Empieza a moverse lentamente, torturándome con sus movimientos, y al mismo tiempo me acaricia los pechos,
Estoy reventando de excitación, me da otra palmada en el culo y
Enrico - qué mujer, no más ser agradable .....
Antonela
Entonces empezó a empujar su pene duro como una roca con fuerza y a un ritmo vertiginoso, no puedo contenerme, voy a explotar, nunca me había sentido tan cachonda.
Deja de sonreír pícaramente y
Enrico - Te dije que tenía que castigarte,
Antonella
Me da la vuelta y pone mis pies sobre sus hombros y me penetra sin piedad y creo que gemí demasiado fuerte.....
No aguanto más y tengo un orgasmo increíble y él sigue a un ritmo que me pone muy cachonda y pronto siento que
Enrico - P**ra que empalmada mi Bella, ven conmigo, traviesa, vamos.
Gime fuerte y
Enrico - Vine por C*ra** mi Bella.
Antonella, estoy tratando de encontrar mi alma, que se ha perdido en toda la locura. ¿Qué clase de hombre es este? Realmente quiero ser castigado ....
Enrico
Que mujer tan caliente!!! fue diferente, me da tanto placer, tenemos una conexión increíble, nunca he sentido nada igual.......
después de unos minutos .......... necesito estar seguro
Antonella
Se da la vuelta, cae encima de mí y
Enrico - el castigo no ha terminado todavía
Antonella - Espero que tarde
Antonella
Y aquí vamos de nuevo, ya está duro otra vez y ¡¡¡qué agarre!!!
Después de que estuviéramos exhaustos y me hiciera tener dos orgasmos más, nunca había tenido tantos....
Podría morir...
Ni siquiera me importa si me va a matar o no, me tumbo en su pecho, ¡qué delicia!
Enrico
Sale de la nada y se tumba en mi pecho, ¿qué coño es eso? y por qué es diferente con ella, ¡me gusta!
*y no puedo pedirle que se vaya, oh mi Bella, me estás jodiendo la cabeza y el corazón.
Enrico - Antonella, quiero que sepas que a partir de ahora eres sólo mía, espero que me hayas escuchado y entendido que eres mía. .... No me gustaría matarte.
Antonella pensando wow eso es demasiado sexy....
Nos sentamos en silencio, calmándonos