Ella es Noel, una periodista apasionada y amante por su trabajo, sueña algún día llegar a ser la conductora del noticiero estelar, pero al investigar la historia que la llevaría a un ascenso posible, sin saber que esa misma historia la haría vivir en carne propia el sufrimiento, el maltrato, la venta y el tráfico...
¿Tu que tan dispuesta estarías para salvar tu propia vida?.
¿Estarías dispuesta a hacer lo impensable?.
¿Doblegarte o ser doblegada de las maneras más crueles e inimaginables?.
Dime, ¿Tú, que harías?...
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Capítulo 11.
Noel.
Al abrir mis ojos todo a mi alrededor estaba muy iluminado, intente levantarme, pero estaba atada a la camilla, gire mi cabeza y con mi vista observe el lugar y lo vi a él ahí, a Demetrius Ivankov.
Quien me veía fijamente con sus ojos penetrantes y oscuros, toda su aura desprendia terror.
Se levantó y se acercó a mi con una seriedad extrema, me tomo de la mano y la beso con delicadeza.
-¿cómo te sientes?.
- bien, creo que después de todo me siento bien - estaba un poco nerviosa porque su rostro era inexpresivo y no sabía si él ya estaba enterado de lo que intente hacer.
Alejo su mano de la mía, se levantó del pequeño banco que había cerca de la camilla y yo solo lo observaba, y sin verlo venir o quizás si, mi mejilla fue marcada con un fuerte puñetazo donde sentía que todo él rostro me dolía.
-¿creíste que no me enteraría de que intentaste escapar?, eres una estúpida Noel, - me dio una fuerte bofetada en mi otra mejilla - ¿creias que te dejaría el camino tan fácil?, pues jamás será asi, sabía que en algún momento lo volvería a intentar, pero hasta para escapar eres terrible y te comunicó que tu nunca saldrás de aquí y grabatelo muy bien, tu, Noel, eres solo mía, ¡solo mía!, ¿entendiste?.
Mis lágrimas solo salían una a una sin emitir algún sonido, si no hubiera intentado escapar, yo no estaría en este momento sufriendo.
- ¿entendiste?, ¡Noel, contesta lo que te pregunte!, ¿entendiste?. - Asentí mientras me atragantaba con mi propia saliva - ahora estarás contenta, porque por ti, tendré que darle un escarmiento al imbécil de Kalisto por tocarse el corazón contigo.
Al escuchar sus palabras abrí mis ojos en sorpresa, jamás imaginé que a él también le pasaría solo por lo que le pedí, no era justo, no era nada justo para él.
Comencé a remover mi mano izquierda con fuerza hasta que logre zafarme del cinto qué me sujetaba, Demetrius se dio media vuelta para irse, pero alcance a tomarlo de su mano.
- Demi, por favor, todo esto es mi culpa, Kalisto solo me obedesio, por favor.
Se giró y se soltó de mi agarre, levantó su ceja y solo me veía - ¿te gusta? - abrí mis ojos de tal sorpresa por su pregunta, me jalo del brazo mientras sus dedos los sentía hundirse en mi piel. - ¡contesta!.
- no, no, Kalisto no me gusta, solo tú eres el dueño de mi corazón Demi - cuando dije las palabras mágicas, él me soltó de mi brazo - solo, que él intento ser considerado, solo eso, y te lo vuelvo a decir, es, es mi culpa, solo mi culpa Demi.
Y antes de poder seguir implorando por la piel de Kalisto, acarició mi cabello junto a mi mejilla, me sonrió y con habilidad paso su mano tras mi nuca y me beso con mucho deseo y desenfreno.
Tanto que de un movimiento ya estaba desatada, me cargo, solo seguí besándolo hasta que caímos al sofá qué había en aquella habitación.
Me arrancó la bata qué cubría mi cuerpo desnudo, su labios tocaron mi piel y nuevamente tuvimos sexo en el sofá de esa habitación, habitación que estaba en el hospital.
Demetrius era tan salvaje conmigo, que mis gemidos fueron cambiados por gritos de dolor, el seguía moviéndome a su placer cuando la puerta se abrió, al girar me di cuenta que era un médico, pero el grito de Demetrius lo hizo huir.
- ¡largo! - siguió pen;;;;, hasta que termino, y solo me aventó al suelo como un trapo usado, donde al caer mi pecho ardió al igual que mi pierna, al ver mi piel me di cuenta que tenía quemaduras, no tan graves, pero si muy dolorosas.
- ¡levantate, que ya nos vamos! - él se acomodo su ropa y salió de la habitación.
Me levanté y volví a ponerme la bata, mis lágrimas salían por el dolor que sentía no por las quemaduras, ni la humillación sino ese dolor salía desde lo más profundo de mi alma al entender que me tenía que resignar al vivir todo lo que me quede de vida a su lado.
La puerta se abrió y eran dos enfermeras, quienes me hicieron la curacion necesaria de mi pecho y mi pierna, ellas solo tenían su vista en mi piel.
Suspiré porque mi interior tenía un gran debate de si era lo ideal pedir ayuda o solo callarme, y cuando estuve a punto de decirles, la puerta se abrió y era Demetrius con su rostro serio.
Se acercó a nosotras, las vio de arriba a bajo e hizo un ademan para que se salieran - te traje un cambio nena, tapate los golpes con maquillaje que nos vamos de viaje.
Abrí mis ojos, pero no dije nada solo asentí tomando de entre sus manos aquel vestido y un pequeño neceser, fui al baño, me asee, me cambie, arregle un poco mi cabello y me maquille.
Me puse un poco de perfume y salí, él estaba sentado sumergido en su teléfono, al verme sonrió y se levantó, - te ves muy hermosa nena.
- gracias Demi, - sonreí y asentí ante su cumplido.
Me tomo de la mano y salimos de aquella habitación, cada paso que dábamos, las enfermeras, enfermeros y médicos nos observaban, era tan incómodo por que no sabía si era porque escucharon lo gritos o por el ejército que nos rodeaba.
Salimos del hospital y abordamos las camionetas oscuras, fuimos a alta velocidad por las calles donde yo solo estaba atenta al camino hasta que la voz de Demetrius me hizo voltear.
Estaba hablando por teléfono mientras fumaba un cigarrillo.
📲 Guille hazlo pagar.
Del otro lado sabía que le contestaban por que él solo asentía a las palabras de la otra persona.
📲 Asi qué eso me ocultaba, es un traidor y como tal lo tienes que tratar, hazlo que resista hasta que regrese.
Abrí mis ojos por lo que escuchaba, no sabía quien hablaba o de quien hablaba, pero una cosa si sabía que la piel se me erizaba de solo pensar lo que sufrirá aquella persona.
📲 Emplea todo lo que te he enseñado.
Y solo colgó, volteo a verme, me jalo hasta estar cerca de su cuerpo - al llegar me tendrás que agradecer, pues este viaje es para demostrarte que me importas nena.
Sonreí un poco nerviosa, no sabía a donde ivamos y que es lo que quiere que haga, tengo temor, pero aun así tengo que ser fuerte y si tengo una oportunidad de escapar lo intentaré de nuevo.
Llegamos a la pista, bajamos para abordar el jet, tomamos nuestros asientos hasta que despegó, él se sumergido en sus asuntos y yo solo observaba por la ventanilla, las nubes blancas...