El Regreso De Adriana

Claudia miró a Adriana y le dijo, cariño como supiste.

Mamá viví con Estela por mucho sabia lo que iba a hacer después de verme así que no iba a permitir que te volvieran a lastimar lamento haber demorado.

No te preocupes cariño es bueno que tú estés bien y me alegra tanto de que hayas encontrado a alguien que te ame tanto Christopher solo asintió y luego dijo es un gusto conocerla así que extendió la mano y toco la de Claudia, él sabía muy bien quien era ella y quería demostrarle a Adriana que por ella haría el esfuerzo de estar cerca de los que amaba aunque en esta ocasión llevaba un guante cuando lo hizo igual hizo un gran esfuerzo. Adriana solo le sonrió y luego miro a Claudia y por alguna razón se sintió plena y feliz la pequeña Ariana la miro y solo sonrió.

Christopher la vio y aunque había algo que llamaba mucho la atención de aquel hombre no podía ser indiferente la pequeña no tenía culpa de nada aunque esos ojos, los ojos de la niña eran hermosos y muy profundos tal como los de Fabrizzio, el rasgo que ellos tenían en su familia era muy definido y eran sus ojos así que por un momento Christopher quizás pensó que si ella se encariñara con la niña Fabrizzio aprovecharía eso y era lo que menos quería.

Luego de pensar por un momento en todo y nada el chofer le aviso que habían llegado Adriana se sorprendió, ya que pensó que llegarían al hotel, sin embargo, se encontró fuera de una casa muy hermosa esta se ubicaba en una zona residencial y en los alrededores estaba llena de flores algo que le encanto a Adriana desde que vio todo, luego volteo y dijo Cris.

Lo sé cariño envié por tus cosas todo ya esta ahí.

Cariño no quiero incomodar. Dijo Claudia mirando a Adriana. Esta iba a responderle cuando Cris se adelantó y dijo la casa tiene varias habitaciones y jamás molestaría, mientras mi princesa este contenta yo feliz de que ustedes estén aquí.

Cris te quedarás aquí.

Si cariño pero en la primera planta recuerda que aún no nos casamos así que aunque vivamos juntos seguiré manteniendo mi postura de respetarte hasta que nos casemos.

Claudia que oía todo revelo una hermosa sonrisa estaba feliz por su niña aunque Adriana no pensaba igual pero bueno estaba segura de que Cris la amaba así que dejaría de pensar en eso por el momento.

Mientras esto ocurría con ellos

Fabrizzio seguía en la empresa, Alberto lo miraba pensativo hasta que Fabrizzio le dijo necesito una copa,

Amigo el mejor camino no es el alcohol ya pasaste por eso.

¿Acaso la viste? Lo mira a él como me miraba fui un estúpido y ese idiota aunque odio el hecho de que ahora él la tenga, la defendió de una manera que jamás yo lo habría hecho, de verdad estaba tan ciego que no vi nunca la maravillosa mujer que tenía.

Alberto solo movió la cabeza con resignación su amigo perdió a una gran mujer

Pero lamentaba verlo así en esos dos años él verdaderamente estuvo arrepentido, se desahogó tanto en alcohol que le toco a él ir por él en varias oportunidades y sacarlo de los bares arrastras y en otras hechas a Estela que quería aprovechar cualquier oportunidad para meterse en su cama.

Una vez lo encontró con una bailarina que tenía los ojos de Adriana y le decía que la amaba Alberto sabía muy bien lo que su amigo había pasado pero algo que tenía claro es que su oportunidad con ella la perdió así que le dijo que era tiempo de dejarla ir y empezar a salir de nuevo quizás conocería a alguien que valiera la pena.

Este solo soltó un gran suspiro y asintió sabía que su amigo tenía razón solo que hizo algo inesperado algo que Alberto no imaginaba, levanto el teléfono y dijo Luciano sigue cuidando de que ella esté bien y colgó.

Al oír aquello Alberto lo vio desconcertado y le dijo ¿a quién llamaste?

A Luciano Rossi, sabes que siempre supe donde estaba Adriana y supe de ese sujeto pero hay algo en el que no me da confianza, así que solo lo dejaré por esta vez porque por lo visto ambos se aman pero igual no dejaré que esta vez ella sufra la cuidaré desde la distancia.

Alberto por primera vez en mucho tiempo sintió que su amigo había dado un cambio ya era un logro que dejara la idea de reconquistar a Adriana pero al oír el nombre de Luciano se alertó, todos en la ciudad sabían quienes eran los Rossi en especial Luciano que era la oveja negra de esa familia era reconocido por juntarse con mafiosos y gente de baja calaña aunque aun así había algo que no entendía como era que Fabrizzio y él se habían conocido, siempre se lo quiso preguntar pero alejo ese pensamiento al saber que Fabrizzio no seguiría en lo mismo con respecto a Adriana.

Así que solo suspiro y le dijo esta bien amigo es tu decisión, luego de ello se sentó frente a él y le dijo que te parece si revisamos este borrador y sugerimos algunas ideas, los modelos me parecen estupendos podríamos ayudar avanzando el nuevo catálogo de joyas.

Bueno está bien ambos se quedaron en su oficina, mientras en casa de Estela el médico salía de revisar a Fausto, había algo que siempre le había intrigado a Estela así que sin ir muy lejos se acercó poco a poco a su papá y pregunto papá como te sientes.

Acaso no ves que ese maldito idiota me rompió la mano como crees que me siento, papá es que a decir verdad tengo una duda si Adriana y yo somos tus hijas porque no la quieres.

Nunca digas una estupidez como esa, lo mejor es que te quites esas burdas idea de la cabeza dijo Fausto enojado mientras miraba a Estela esta asintió y se fue de inmediato a su habitación sabia que había algo raro pero lo mejor era dejarlo así mientras no se viera perjudicada tampoco le importaría.

Después de que ella subió Fausto empezó a recordar muchas cosas de su pasado y de repente recordó como alguien le pedía que lo ayude y este solo sonrió pensando en que jamás nadie se podría enterar de su secreto con eso en mente se levantó y se fue a su habitación una vez ahí saco una pequeña llave y se dirigió a una caja que guardaba muy en el fondo del closet donde había fotos en las que él aparecía muy feliz junto a Esperanza y Adriana luego de verlas por un tiempo se burló y dijo de verdad que eras un tonto así que cerro la pequeña caja y esa llave la puso en la cadena que colgaba en su cuello así se fue a dormir, pero lo que él no sabía, es que sus días ya estaban contados.