Dulce Venganza

Más, más quiero más, gemía excitada.

Mauricio también lo necesitaba e intensifico sus estocadas.

los gemidos de Danna era la melodía más hermosa a sus oídos.

Ella le enterró las uñas en la espalda dejándole marca que él soportó complacido, viendola gritar y retorcerse alcanzando el climax.

Unas estocadas más y él se corrió en su interior.

Salió de ella y se acostó arriba agitado tratando de recuperar el aliento.

El fuego en Danna no se había extinguido ver a su esposo así acostado desnudo, era una tentación y ella no le importaba ser condenada, si era un delito o un pecado lo que sentía, entonces era culpable y pecadora y asumiría el castigo.

Se subió a horcajadas en él y lo beso.

Entre jadeos Mauricio le decía que no quería lastimar al bebé.

Cállate te necesito y no lastimarás al bebé volvió a besarlo.

Las manos de Mauricio acariciaban su espalda hasta llegar a sus glúteos, toco su humedad y se introdujo con suavidad en ella.

Danna no queria suavidad así que se afincó en él haciéndolo entrar de una sola estocada y comenzó a mover su cadera como si bailara sobre él.

llevando a Mauricio a la locura, que gruñía extasiado.

Oh nena, hummm.

Los pechos de Danna rebotaban dándole la mejor de las vistas los tomo con las manos y llevo uno a su boca mientras pellizcaba el otro con sus dedos, haciéndola gritar de placer.

Danna alcanzó otro orgasmo. Mauricio salió de ella la costó en la cama boca abajo y besó su espalda que hace minutos recorrió con sus manos, levantó su cadera y le pidió flexionar sus piernas.

Danna obedeció, él se introduce en ella.

el vaivén de su cadera mientras la embestia lo llevaba a la gloria misma,

Danna ya no se contenía gemía abiertamente pidiéndole más y más ambos llegaron juntos al clímax cansados y sudorosos.

De la puritana Danna no quedaba nada, era fuego puro y eso le encantaba a Mauricio, quien sabía que ella se había expresado abiertamente con él, sin tapujos, ni miedos, ni tabúes, solo el más puro deseo y la pasión desenfrenada que ambos sentían.

se acostaron así y Mauricio la trajo a su pecho donde ella se acurrucó cómodamente.

Besó su frente y le susurró la amo alteza.

Adormilada le respondió te amo Mauricio y se quedó profundamente dormida después de esa confesión.

Mauricio no podía dormir la contemplaba dormir entre sus brazos y sentía que estaba soñando el cansancio lo venció y se quedó dormido.

A la mañana siguiente se despertó por la claridad que entraba por la ventana, habían dejado las cortinas abiertas la noche anterior.

Danna dormía, pero al intentar levantarse le dijo a dónde vas.

Al baño y a cerrar la cortina le beso la frente y se levantó.

primero fue a cerrar la cortina sin percatarse que era escaneado de forma laciva por su esposa.

Al girarse Danna cerro los ojos y se hizo la dormida.

Entró al baño y ella lo siguió, mientras Mauricio orinaba ella se mordía su labio contemplando su sexo trasero.

Huy papi todo eso es tuyo, lo nalguió dejándolo sorprendido y sobresaltado.

No todo yo soy suyo alteza, la tomo de la cintura y la beso.

Necesito hacer pis le dijo bajito.

Bien prepararé la tina para los dos, camino y abrió la llave de la tina, colocando escénicas aromáticas y jabón.

Amor así está bien la temperatura o te gusta más caliente.

La invitó a tocar el agua ella lo hizo y dijo así está perfecta.

Perfecta eres tú ven aquí que me estás volviendo loco, la besó.

La tina estaba casi vacía, pero eso no fue impedimento para meterse en ella.

Mauricio se sentó y la subió sobre él hundiéndose en ella.

Dana se movía mientras que Mauricio marcaba el ritmo sujetándola de la cadera.

Dime lo mismo que anoche quiero saber si estaba soñando, dijo suplicante.

Solo con una condición le dijo de forma negociante.

La que su alteza desee.

Deja de tratarme de usted, por favor tutéame, odio que me trates como extraña.

No soy su alteza, No aún y en la intimidad solo soy yo, solo soy tu mujer.

Mi mujer le dijo sorprendido.

Sí tu mujer, solo tuya mi amor, se afincó más en su miembro haciéndolo gruñir.

Repítelo, la sostuvo con firmeza.

Soy tu mujer Mauricio dijo jadeante.

Se giró con ella encima, tomé una toalla que estaba enrollada y la colocó al borde, apoyó en ella su cabeza y se arrodilló y la suspendió levantando su cadera.

Danna enrolló sus piernas en él.

Mauricio comenzó a embestirla como loco, miembras gruñia pidiéndole que le dijeron lo de anoche.

Danna entre gemidos negaba con la cabeza, aun seguia sin tutearla.

Se sostenía con las dos manos el borde era excitante y placentero escuchar el choque de sus cuerpos mojados.

Mauricio notó que seguía tratándola de usted y le dijo Danna mi amor dime lo que susurraste anoche, anda nena quiero escucharlo.

Danna alcanzaba el clímax y en un sonoro grito le dijo TE AMO MAURICIOOOO.

Con una estocada profunda él también llegó y se derramó en su interior.

Te amo mi linda fogosa duquesa.

Danna se sonrojo y sonrió con ternura.

Mauricio la bañó y ella a él.

La sacó de la tina y la envolvió en una toalla, se puso una bata y la cargó hasta llevarla a la cama, la secó y fue en busca de ropa cómoda.

Danna llamo a la nana por teléfono y le pidió el desayuno para los dos.