Lauren Rossi, creía tener la relación perfecta con su amado novio, Paul, hasta que lo descubre en la cama su mejor amiga. Cegada por el dolor, Lauren decide ir a un bar a ahogar sus penas en alcohol; lo que ella no sabía que en ese bar se encontraría con el mismísimo diablo, llamado Alexei Kutnezcov.
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Capítulo 18
Caminamos hacia un lugar apartado de la mansión, el lugar tenía muchos guardias, asumo que para proteger a los niños en caso de una emergencia. Llegamos a la enorme puerta y los nervios se hicieron presentes, estaba apunto de conocer a los hijos de mí marido y, aunque son niños, me preocupa no caerles bien.
Respiré profundamente y le di un pequeño asentimiento a Alexei para que abriera la puerta, él obedeció y pronto ví a tres niños jugando entre ellos en aquella habitación.
Eran mucho más que encantadores, eran perfectos. La versión miniatura de Alexei, no me cabe duda que él es su padre. Los tres tenían el cabello castaño oscuro, tirando a negro; igual a su padre, pero los podía diferenciar por los ojos, uno tenía ojos azules, el segundo tenía ojos verdes y el tercero tenía ojos color gris. Mí esposo, cuñado y yo, ingresamos al lugar, captando rápidamente la atención de los niños.
Los niños comenzaron a hablar en ruso, no entendía lo que decían pero aparentemente estaban muy emocionados. Los tres corrieron hacia Xander y se arrojaron a sus brazos mientras reían, era una escena muy bonita, pero entonces noté que no le dedicaron ni una sola mirada a su padre.
Miré a mí esposo, quien observaba todo con una expresión amarga, pero no dijo nada al respecto. Escuché a mí cuñado decirle algo a los niños, quienes me miraron rápidamente y se acercaron a mí, comenzando a hablar en un inglés muy malo, pero no lo suficiente como para no comprender. Los tres me saludaron y comenzaron a presentarse a ellos mismos.
—Soy Eos, –Dijo el pequeño de ojos verdes–.
—Soy Ezra, hola señora, –Saludó el pequeño de ojos azules–.
—Soy Reegan... –Se presentó el pequeño de ojos color grisáceos. Los tres estaban nerviosos, sobretodo porque se veían obligados a hablar en inglés. Miraron a su padre un momento, y luego se movieron incómodamente sobre sus pies–.
Me agaché a su altura y besé sus mejillas, dejándolos sorprendidos por unos segundos.
—Soy Lauren, es un placer conocerlos, niños –Sonreí dulcemente, estaba feliz de poder conocerlos, pero obviamente ellos no se sentían muy cómodos. Pero no puedo culparlos, también me sentiría así si fuera al revés–. ¡Amor! –Miré a mí esposo, quien me observó al instante–, ¿No vas a saludar a los niños? –Cuestioné y él soltó un suspiro–.
—Hola, muchachos. –Fue todo lo que dijo, no había emoción en su voz y tampoco brillo en sus ojos. Los niños simplemente asintieron levemente y Xander se los llevó a jugar a otra parte–.
Me acerqué a mí esposo y acaricié su rostro suavemente, se le notaba tenso y algo molesto.
—¿Mí amor? ¿Qué ocurre, mí vida? –Quise saber, mientras nos sentábamos en el sofá–.
Alexei ocultó su rostro en mis pechos, mientras sus brazos rodeaban mí cintura, como si estuviera buscando algún tipo de consuelo silencioso. Acaricié su cabello y esperé a que estuviera listo para hablar, no lo presioné, sabía que debía darle su espacio en ésta ocasión.
Luego de lo que pareció una eternidad, finalmente comenzó a hablar.
—No quería que los conocieras, porque ni siquiera yo los conozco... –murmuró–. Me siento avergonzado, tengo hijos con los que no me interesa tener una relación y, por más que lo intento, no sé cómo acercarme a ellos. Las pocas veces que lo he intentado, simplemente nos quedamos en silencio viéndonos las caras, es muy incómodo y doloroso. Sé que no soy el mejor hombre del mundo pero sigo siendo su padre, al principio no quería saber nada de ellos por como fueron concebidos. Pero luego ví como ellos eran felices con Xander y sentí celos, quería que me sonrieran como lo hacían con él. Quería que se emocionaran al verme, pero nunca pasó, cada vez que me ven simplemente se quedan tiesos como si fueran maniquíes.
Guardó silencio un momento y simplemente se aferró más a mí.
—Era muy doloroso ver su reacción ante mí, entonces un día simplemente dejé de verlos. Sí, los cuidaba, mis hombres siempre me mantenían informado sobre las acciones de mis hijos, pero nunca volví a acercarme. Si soy honesto, entonces mis hijos y yo somos completos extraños.
Ciertamente, no podía hacer mucho por él, yo no soy madre y no logro comprender el dolor que mí esposo está sintiendo. Pero hay algo de lo que estoy segura, esos niños se sienten abandonados por su padre. Y Alexei se siente un fracaso cuando se trata de paternidad.
Acaricié su cabello con suavidad, mientras lo sentía derretirse por mí tacto.
—Bueno, ciertamente no has sido el mejor padre y tampoco estuviste presente en sus cortas vidas, mí amor... –Dije, y él soltó un gruñido ante mis palabras, pues sabía que era cierto–. Creo que sería bueno que comenzarás a pasar tiempo con los niños, nada forzado simplemente; paso a paso, ¿Qué opinas?
Realmente quería que él arreglara su relación con sus hijos, porque si ésto continuaba así, sería demasiado tarde cuando él se arrepintiera.
Dudó un momento y luego soltó un suspiro.
—Lo haré... Comenzaré a pasar tiempo con mis hijos.