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Héroes: Parte Dos

Héroes: Parte Dos

Status: En proceso
Genre:Acción / Comedia / Aventura / Sci-Fi / Héroes / Villano
Popularitas:712
Nilai: 5
nombre de autor: Juan Pablo Saavedra

Tres años después de la tercera guerra heroica, el mundo ha cambiado demasiado, pero a pesar del cambio, dos personas crearon algo que va a ocasionar la mayor batalla de la historia. Los chicos cambiaron físicamente y mental mente, ahora ellos van a enfrentar una pelea seria.

NovelToon tiene autorización de Juan Pablo Saavedra para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.

El contexto de Nicole y Figueroa

Nicole y Figueroa, sin discutir, siguieron a la variante de Aranda, aunque no pudieron evitar sentirse nerviosas. Cuando llegaron a la sala donde estaban Junior y Daniela, Nicole no pudo contener su inquietud.

—¿Qué pasa? —preguntó con cautela.

Junior tomó aire antes de hablar.

—Chicas, necesito que me digan todo lo que los Xtreme Tiempos les revelaron sobre el multiverso.

Figueroa intercambió una mirada con Nicole antes de responder:

—Nos dijeron que el multiverso ya existía hace miles de millones de años, pero estalló una guerra multiversal cuando un ser conocido como el Destructor comenzó a eliminar universos enteros. Las distintas realidades intentaron protegerse, pero fueron cayendo una a una hasta que el Destructor casi lo borró todo. Cuando estaba a punto de completar su tarea, ocurrió un reinicio total del multiverso. Todo fue borrado y comenzó de cero. El Dios que creó el multiverso decidió instaurar un nuevo orden y creó a los Xtreme Tiempos para evitar que el multiverso renaciera de nuevo y así impedir que el Destructor regresara. También aseguraron que el reinicio nunca volviera a suceder.

Daniela frunció el ceño.

—Ya entiendo…

Junior asintió lentamente.

—Gracias, chicas.

Una voz masculina interrumpió de repente:

—Entonces tenemos dos cosas que evitar: la destrucción de los universos y que el reinicio ocurra otra vez.

Nicole, Figueroa, Daniela y Junior quedaron paralizados al escuchar la voz. Era una voz que conocían demasiado bien. Lentamente, giraron la cabeza y vieron entrar a un hombre musculoso, de cabello largo con algunas canas. Sus ojos reflejaban sabiduría y determinación.

El grupo contuvo el aliento. Era el profesor Rubén.

Las lágrimas brotaron de inmediato. En su universo, él había muerto. Verlo vivo les golpeó como una ola de emociones incontrolables.

—¿Qué les pasa? —preguntó la variante de Daniela, notando la expresión de los jóvenes.

—Es solo que… ver al profesor Rubén con vida nos conmueve mucho —admitió Figueroa.

La variante de Junior arqueó una ceja.

—¿Por qué?

Daniela bajó la mirada.

—En nuestro mundo… él está muerto.

El profesor Rubén de ese universo cruzó los brazos y suspiró.

—Espero que no haya sido una muerte horrible.

Nicole se quedó en silencio, evitando responder. Junior apretó los puños.

—Lo importante es que estamos aquí —dijo la variante de Daniela, tratando de retomar la conversación—. Y veo que ustedes nos van a ayudar.

La variante de Ordóñez bufó.

—Deben hacerlo. Al fin y al cabo, fueron ustedes quienes crearon el multiverso. Es lo mínimo que pueden hacer.

Junior, con el ceño fruncido, se adelantó y se puso frente a Nicole y Figueroa, desafiando a la variante de Ordóñez.

—Digan lo que quieran, pero si no fuera por ellas, ustedes ni siquiera existirían.

Hubo un silencio tenso antes de que la variante de Nicole soltara una risa seca.

—Bueno… eso es verdad.

Nicole y Figueroa respiraron hondo. Aunque las palabras de la variante de Ordóñez les afectaron, decidieron ignorar. La conversación continuó mientras planeaban su estrategia para derrotar al Destructor. Sin embargo, Junior sintió algo que no le gustó. Un escalofrío recorrió su cuerpo, sus nervios se dispararon y el vello de su piel se erizó.

De repente, una luz roja cegadora inundó la habitación. Todos se cubrieron los ojos mientras Junior, incapaz de comprender lo que sentía, supo que se trataba de algo aterrador. Las variantes se pusieron en guardia, listas para enfrentar lo que fuera que hubiese llegado. Un estruendo sacudió el lugar cuando una onda de choque destruyó la ventana, lanzándolos a todos por los aires.

Nicole y Figueroa se estrellaron contra la pared y se retorcieron de dolor. Junior rodó por el suelo hasta golpearse contra el borde de la escalera. Aunque el impacto fue fuerte, lo peor era la sensación que lo invadía. Aquella presencia emanaba una maldad pura y desbordante, algo que solo podía describirse como absoluta oscuridad.

De la luz roja emergió un humo denso. Cuando este se disipó, una figura femenina se materializó. La variante de Junior la miró fijamente y su rostro palideció de inmediato.

—¿Qué haces aquí?—preguntó la variante de Nicole con cautela.

—¿Camila?—susurró la variante de Junior, con una mezcla de sorpresa y temor.

Daniela, Nicole, Figueroa y Junior se quedaron en shock al escuchar el nombre. Al levantar la vista, vieron que todas las variantes también estaban petrificadas. Frente a ellos estaba la variante de Camila, pero algo en ella estaba mal.

La variante de Junior se acercó lentamente, pero Camila levantó un dedo y lo señaló. Un rayo láser rojo atravesó su pecho sin previo aviso. Todos gritaron horrorizados cuando su cuerpo cayó al suelo, expulsando sangre por la boca.

Las variantes se llenaron de furia y tristeza, mientras la Camila oscura esbozaba una sonrisa cruel. Antes de que pudieran reaccionar, dos rayos de energía salieron de la luz roja, golpeando a todos y aturdiéndolos momentáneamente.

Una figura masculina emergió de la luz y se dirigió hacia Nicole y Figueroa con una velocidad imposible. Junior intentó interponerse, pero el hombre lo esquivó con facilidad. En un parpadeo, su mano afilada como una cuchilla cortó la pierna derecha de Figueroa.

El grito de dolor de Figueroa resonó en el lugar mientras un chorro de sangre manchaba el suelo. Su pierna, ahora separada de su cuerpo, cayó pesadamente al suelo. Junior, con los ojos encendidos de furia, atacó al agresor, pero éste desapareció y reapareció junto a la variante oscura de Camila.

Solo entonces comprendieron la verdad: ese hombre no era otro que una variante de Camila, pero en versión masculina.

—Destrucción masiva—murmuró Camilo, alzando su mano.

El edificio entero comenzó a estremecerse. Grietas se formaron en las paredes mientras la estructura temblaba. Sin perder tiempo, la variante de Ordóñez cargó a Nicole, Figueroa y Daniela y corrió hacia la salida. Junior, tambaleante, logró levantarse y se apresuró a avisar a los demás.

—¡El edificio estaba colapsando! —le dijo Junior a todos.

Usando sus poderes, Junior destruyó la puerta que los mantenía encerrados y gritó a todos que salieran. El estruendo del derrumbe se hizo ensordecedor cuando las paredes y el techo cedieron. En el ultimo momento, Junior creó un campo de fuerza que protegió a los suyos mientras el edificio se desmoronaba por completo, generando una gigantesca nube de polvo y escombros.

Cuando el polvo finalmente se disipó, Junior desactivó el escudo y los supervivientes examinaron los alrededores. Pero no encontraron rastro alguno de la variante Camila o Camilo.

La variante de Ordóñez colocó a Nicole, Daniela y Figueroa en el suelo. Todos miraron a Figueroa con preocupación al ver su pierna amputada.

—Sara, estarás bien. Cuando regresemos a nuestro mundo, te pondremos en una cápsula de recuperación y tu pierna volverá a crecer—aseguró Ordóñez.

—¿Yo pensé que no tenían esa tecnología?—preguntó la variante de Ordóñez con sorpresa.

—La tenemos desde hace un año—confirmó Nicole.

La variante de Ordóñez miró al horizonte con determinación.

—Bien. Mis amigos y yo tenemos algo pendiente con una ex amiga.

La variante de Ordóñez se alejó, dejando a los chicos centrados en Figueroa, quien seguía perdiendo sangre a raudales. Junior presionó con sus manos para tratar de detener la hemorragia, mientras Nicole y Daniela rasgaban un pedazo de tela para hacer un torniquete. Sin embargo, aunque estaban ocupados con su amiga, la preocupación en sus rostros era evidente. Junior miró hacia el lugar por donde la variante de Ordóñez se había marchado, sintiendo un presentimiento sombrío.

—Mi variante dijo “Camila”… pero ¿cómo? ¿Acaso las variantes de Camila son las responsables del caos en el multiverso? Camila, espero que no estés con ellas… —pensó Junior, su corazón latiendo con fuerza en su pecho.

Mientras tanto, las variantes de los chicos se levantaron y se prepararon para lo inevitable. Habían decidido que debían enfrentarse a Camila y a su versión masculina, Camilo. Pero no estaban solos. De la nada, aparecieron otras tres figuras femeninas. Se trataba de más versiones de Camila, cada una con una apariencia y aura distinta.

La primera tenía el cabello rojo intenso, un tono ardiente como llamas. Su maquillaje era oscuro, con labios pintados de un morado vibrante. La segunda era una joven de cabellera azul profundo, sus brazos y piernas estaban marcados con cicatrices, y su expresión reflejaba una mezcla de dolor y desdén. La tercera tenía el cabello negro y labios con marcas de mordidas, además de una mirada fría y calculadora.

La variante de Nicole se adelantó, con los ojos empañados en lágrimas y la voz temblorosa.

—¡Camila! ¿Por qué? ¿Por qué mataste a mi primo? —gritó, con una mezcla de rabia y tristeza.

Camila de la Tierra 1102 sonrió de manera burlona.

—Eso no te incumbe, Nicole.

Camilo soltó una carcajada.

—Vaya, Camila, veo que fuiste capaz de hacerlo. Pensé que no te atrevías a hacerlo — dijo con tono burlón.

—Cállate, Camilo.

Las otras variantes de Camila rieron con sorna.

—¡Así es! —exclamó la de cabello rojo—. Somos las Camilas más fuertes de todo el multiverso.

—Jajajaja, bien dicho, hermanita— añadió la de cabello azul, con una sonrisa torcida.

—Hora de la limpieza— sentenció la de cabello negro, alzando su mano hacia el cielo.

De repente, una nube de color rojo sangre cubrió toda la ciudad. La variante de Nicole intentó correr hacia Camila, pero la energía opresiva la detuvo en seco. Junior sintió un escalofrío recorrer su espalda. Algo andaba terriblemente mal.

—¡CAMILA! —gritó la variante de Nicole, con desesperación en su voz.

Todos alzaron la mirada. El cielo se tornó de un rojo intenso, y entonces, sin previo aviso, enormes columnas de luz descendieron con violencia sobre la ciudad. Las explosiones iluminaron todo el horizonte, destruyendo edificios y convirtiendo calles enteras en cráteres humeantes. La ciudad había sido convertida en un infierno en cuestión de segundos.

Junior reaccionó rápido, cubriendo a sus amigos con un campo de fuerza mientras los escombros llovían a su alrededor. Sin embargo, el ataque era demasiado intenso. La presión lo hacía tambalearse y la sangre comenzó a escurrir de su boca por el esfuerzo.

—No… puedo… aguantar… —dijo entre jadeos.

Entonces, en un último esfuerzo desesperado, Junior liberó su verdadera forma. Una luz blanca lo envolvió y su poder divino se manifestó en todo su esplendor. A pesar del dolor, mantuvo su escudo y protegió a los suyos.

Mientras tanto, las variantes de Camila y Camilo simplemente reían desde lo alto, regodeándose en la destrucción que habían causado.

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