Evelyn Davis y Dixon Torriceli
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Capítulo 16
Evelyn
Aún no puedo creer que me guste de verdad Dixon, todo fue tan repentino ni siquiera me di cuenta cuando fue que empecé a verlo de manera tan diferente, solo habíamos hablado como tres veces en la semana que llevaba aquí, pero se que desde el día uno empezó a rodar en mi cabeza pero jamás pensé que era de manera diferente a cómo creía.
Han pasado una semana desde que le dije que él también me gustaba, y desde entonces no se como comportarme cuando él está cerca, me pongo nerviosa y hasta olvido que estoy haciendo, todas las noches son llenas de besos en la oficina mientras hacemos cuentas.
Dixon me confesó de donde salía su dinero y a que se dedicaba, juro que cuando me lo dijo no supe que hacer, se dedica a lo mismo que hace mi hermano y mi padre, fue algo que me costó asimilar pero no tuve más remedio que aceptarlo, él me gusta y no quiero que mis perjuicios arruinen esto, las cosas aquí en el restaurante siguen casi igual, la diferencia es que siento que todos saben sobre nuestra........relación.
Los celos de Dixon hacia Lucas aumentaron pero la diferencia ahora es que ya no lo intimida, pero aún se sigue molestando cada que lo ve cerca de mi.
—Esos vestidos tuyos me están olvidando loco — susurran a mi espalda.
Dixon tiene la habilidad de poner mis pelos de punta con una sola palabra y con solo hablarme y besar hace que mi cuerpo reaccione de manera diferente.
—Pues te comento que tengo varios así.
—Estas haciendo que quiera rompértelo ahora mismo — dice y no puedo evitar que el calor suba a mis mejillas — El que te pongas así no me ayuda Dolcezza.
—Es tu culpa.
—Y la tuya por provocarme.
—Yo no te provoque.
—Todo lo que haces me provoca Bellísima.
Siento ganas de besarlo pero me da mucha vergüenza estoy entre hacerlo o no, me debato por unos segundos hasta que cuando por fin voy a tomar la iniciativa Paul llega me sonríe y luego le susurra algo al oído a Dixon lo cual hace que su rostro se vuelva serio.
—Tengo que irme Dolcezza — dice antes de besar mis labios y marcharse con Paul siguiéndolo.
Me quedo allí parada sin entender lo que acaba de suceder, y luego caigo en cuenta que todos en el restaurante me están mirando.
—¿Para donde se fue tu galán? — pregunta Lexi con una sonrisa coqueta.
—No es mi galán — me hago la desentendida.
—Ya no lo niegues todos acabamos de ver el beso que te dio.
Abro los ojos con sorpresa, no me había dado cuenta que estábamos siendo observados por todos «Dios mío, tierra trágame y escúpeme en China».
—¿Enserio todos lo vieron? — preguntó a Lexi y ella asiente —No, que vergüenza. — cubro mi rostro con las manos.
—Traquila Eli, si te hace sentir mejor, no te están observando por qué les sorprenda sino por que ya lo intuían y pues se confirmó.
—¿Ósea que ya lo sabían?.
—Si y no, pues lo sospechábamos pero no estábamos seguros.
—Bueno, creo que eso me tranquiliza un poco.
........
Dixon
Anoche Paul fue por mi al restaurante diciéndome que sabe donde están los Davis, pasamos toda la noche planeando el ataque, son la 4 de la tarde aquí en Rusia.
Los Davis están dentro del club que tenemos en frente, hoy será el día en el que Julián Davis y su esposa morirán en mis manos, he esperado este día por muchos años y se que lo disfrutaré como nunca.
Mis hombres se distribuyen alrededor del club, no han dejado ni una sola salida sin vigilancia hoy si o si deben morir.
—El objetivo está en la mira señor — dice uno de mis hombres.
—Déjenmelo a mi, vigilen que no se mueva de su sitio.
Sin decir nada más corto la comunicación, salgo de la camioneta con Paul y Jackson, entramos al club nos vamos en dirección donde se encuentra Julián, tengo a Julián de frente él dándome la espalda su esposa a su lado al igual que su hijo, están hablando con alguien, estoy apunto de sacar mi arma cuando de repente una lluvia de disparos se apodera del lugar, mis hombres empiezan a pelear y a disparar veo a la familia Davis siendo escoltada y sin dudarlo me voy tras de ellos con varios de mis hombres y Paul y Jackson.
Mis hombres derriban a los suyos y los suyos derriban a varios de los míos, tengo a Julián en la mira le disparo pero su hijo lo apartar haciendo que la bala solo le atraviese el brazo «Maldito» llegamos a un callejón en donde Erick me dispara tratando de sacar a sus padre yo le devuelvo los disparos los cuales no recibe gracias a sus hombres que se atraviesan.
Ellos se meten a una sala y más atrás me meto yo, y cuando por fin estoy seguro de que los tengo no los veo solo a Erick y a sus hombres a los cuales mato cuando no veo a mi objetivo.
—¿Donde están? — le grito a Erick cuando no veo a sus padres.
—Se han ido.
Mi mirada se oscurece, «No es posible»
—Revisen todo el maldito club y no dejen salir a nadie —Ordeno a mis hombres — Habla Davis ¿Donde están?.
—Ya te lo dije.
Me hace perder la paciencia y no contengo el impulso de lanzarme sobre él y empezar a lanzarle puñetazos en la cara, lo agarro por el cuello de la camisa para que me mire.
—No juegues conmigo Erick, Dime donde están.
—No te lo dire Dixon, olvídate de eso.
—Eres un maldito, sabes la clase de escoria que es tu padre y aún así sigues velando por el, eres un maldito.
—Es mi padre Dixon, sea lo que sea lo sigue siendo, y si acepto que es de lo peor pero conmigo no es así y tú lo sabes.
El maldito de Julián puede ser escoria como persona, pero el maldito es buen padre y un buen esposo, él maldito lo tiene todo para ser feliz pero su avaricia lo ha llevado a cometer errores los cuales lo han llevado hacer muchos enemigos, sabe que si no muere en mis manos será en manos de uno de sus tantos enemigos.